¿Quién no ha sentido maripositas con un abrazo bien dado? Los abrazos apretados y sinceros reconfortan. Como que nos recargan, ¿no? Aunque bueno, los que nos hacen sentir maripositas no es tanto por lo bien dados sino por quien nos abraza. Por ejemplo una traga maluca, de esas que uno ve y empieza la taquicardia… donde nos dé un abrazo se nos derrite hasta la duramadre.
Quizás algunos notaron que este mes he estado hablando de relaciones y sentimientos. Hablé de enamorarse, hablé de la actitud en la vida, la próxima semana espero hablar de lo inconformes que podemos ser. Bueno, hoy hablemos de abrazos.
Siempre he sido un convencido del poder del abrazo. Cuando mis amigos de la U me decían «ay, no joda, vaya y abrace un árbol», pues yo iba y lo abrazaba, todo obediente. Con la ventaja de que en la Universidad Nacional, detrás de Ingeniería estaba plagado de árboles. Era fácil. Y abrazar un árbol recarga energías, en serio. Al principio uno se siente medio tonto, pero luego uno se ríe, así sea por lo tonto que se siente. ¡Háganle y apostemos! También tengo la gran bendición de venir de una familia muy cariñosa, en la que nos estamos quichiquiando todo el tiempo.
Para los que no conozcan el término, quichiquear viene del quechua «quichi» que significa «abra» y del muisca «quear» que significa «zar». Abra-zar. ¿Entienden? Y para los que me creyeron… no es cierto, no tengo idea de dónde viene la palabra quichiquear, pero sé que es muy cachaca (rola, bogotana) y significa consentir, abrazar, y así. Es como el arrumaco mexicano.
¿Ven? Ya me dispersé. Retomemos. Les venía diciendo que vengo de una familia cariñosa y consentidora, de las que se reúnen cada sábado en la casa de la abuelita (aunque mi abuelita ya murió, nosotros seguimos manteniendo la tradición), y fácilmente podemos vernos 10, 20 y hasta 30 personas si estamos celebrando los cumpleaños del mes. Y cada vez que nos saludamos es de abrazo apretado y beso espichao. Con ganas, como debe ser. A veces hasta les digo «tequieroprimaaaaaa» cuando las abrazo. Porque es cierto, las quiero como hermanitas. Suena rosa, pero es verdad. Por ejemplo hoy, por casualidad, almorzamos 10 familiares en el centro comercial. Nos encontramos y terminamos compartiendo porción de arroz y al final rematamos con helado que me regaló Mafe.
Y bueno, por ahí investigando me encontré con unos beneficios del abrazo (es que uno tiene que documentarse para hablar). La Unidad Investigativa Marmotiana -o UIM- encontró lo siguiente:
No sé si sabían, pero darle la mano a alguien (por ejemplo cuando se saluda) por 6 segundos aumenta los niveles de oxitocina sanguínea (llamada la hormona de la confianza), eso quiere decir que si se hace eso quedamos biológicamente impulsados a agradar y querer ayudar a los demás (eso se llama resiliencia social). Ahora imagínense si eso pasa con un apretón de manos, cómo será con un abrazo. Para más información al respecto, vean esta conferencia de Jane McGonigal en el TED. Vale la pena.
Abrazar es bonito. Muy pocos podrán decir lo contrario. Muy pocos se negarán a un abrazo bien dado y, de hecho, creo que quien se niegue a un abrazo es quien más lo necesita. Cuando saluden a sus seres queridos, abracen y abracen fuerte. Cuando saluden a alguien a quien le tienen confianza, abrácenlo de verdad. Y a los que no les tengan confianza, salúdenlos con una sonrisa, que es como un abrazo a distancia.
Créanme, eso cambia vidas y cambia ánimos. A mí me pasa.
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La banda sonora de la semana me costó. Pero me encontré unos abrazos de zanahoria que me hicieron reír (hasta envidia les sentí a las mugres zanahorias esas). Y la canción es pegajosa (o sea, si todos habláramos inglés). Pero los reto a que vean el video y no sonrían. Los reto.
Esta semana les quedo debiendo la historia anónima. Resulta que ese blog lo mantenemos Lina Parra, Dany Echeverry y yo (de hecho, más ellas dos que yo) y no hemos tenido el tiempo suficiente para publicar nuevas historias. Varias necesitan bastante edición y corrección de estilo, por lo que se nos ha complicado tenerlas listas para publicación. Ojalá ese proyecto se pudiera financiar de alguna manera pero, mientras eso pasa, seguiremos haciéndolo en nuestros tiempos libres. Muchas gracias a ustedes por entender, muchas gracias a Lina y Dany por su trabajo maravilloso.
Lo que sí les traigo (como de costumbre) son algunos blogs de mis estudiantes de la materia Gestión de Redes Sociales y Plataformas en la Universidad Externado. Esta vez les traigo tres.
2 close 2 fashion, de Gabriela Grijalba, quien está muy interesada en la moda. Me gusta el enfoque que usa, la manera en que habla de la moda. https://2close2fashion.wordpress.com/
Los diálogos, de David Alejandro Guarín, un proyecto de podcast con los diálogos de paz. Creo que tiene muy buena madera como periodista investigativo. https://losdialogosblog.wordpress.com/
Bat dot habits. Por María Fernanda Maldonado. Préstenle mucha atención a este blog. La entrada con que arranca habla de la depresión en primera persona. A mí particularmente me dejó pensando bastante. Recomendado. https://batdothabits.wordpress.com/
Les cuento que ando un poco triste esta semana. Resulta que un proyecto que quiero mucho, en el que llevo casi 2 años trabajando, está muriendo. Como les contaba en alguna entrada («No vuelvo a contratar colombiano»), los desarrolladores con que he trabajado han sido fatales. El último sencillamente desapareció, dejó de responder mensajes hasta que un día apareció como si nada; tomé la decisión de dejar de trabajar con él, aunque eso signifique terminar el proyecto. Creo que él no se merece continuar con esto y, mucho menos, tener una participación en la empresa en caso de que el proyecto funcione. Qué tristeza que uno tenga que llegar a esas decisiones y conclusiones por la irresponsabilidad de la gente. Es triste y frustrante que tantas buenas ideas se vean diluidas por esas situaciones.
Bueno, en el fondo espero que algún día aparezca un desarrollador comprometido y talentoso, que sea capaz de ponerse la camiseta conmigo y sacar el proyecto adelante. O que Oscar (mi socio) y yo encontremos la manera de financiarlo y pagarle a un desarrollador por su salario. Por lo pronto seguiré con mis otros proyectos, hay algunos muy interesantes entre los que busco socios emprendedores. Me niego a creer que no hay emprendedores juiciosos y responsables ahí afuera, así que aún espero encontrarlos.
Los dejo por ahora, muchas gracias por leer. Tan queridos como siempre. Mil gracias a los que comentan y me dicen que los marmotazos son su plan de jueves (o de domingo, en este caso); otros me han dicho que cuando no hay entrada nueva re-leen las antiguas. No sé si eso sea como el equivalente a una maratón de series en Netflix, jajajaja. Como sea, me halaga mucho que hagan eso. Bueno, ya no más carreta que hay que trabajar. Un abrazo de corazón para todos, especialmente las damas. ¡Chau!