Por cuenta de un juez que ordenó cambiar el eslogan de la alcaldía de Bogotá, la ciudad tendrá que gastar un montón de plata para cambiar los documentos oficiales (acá la noticia). Me imagino que eso va desde la papelería hasta comerciales de televisión, pasando por vallas, avisos, cuñas radiales, etc. Desconozco la cifra pero, créanme, es mucha plata.

Para quienes no sepan, el eslogan es «Bogotá para todos» y se está ordenando cambiar por «Bogotá para todos y todas».

Y es que eso del «lenguaje inclusivo» es la cosa más ridícula que se han podido inventar. ¿Quién es el desocupado que se pone a discutir por eso? ¿Y cuál es el juez que le presta atención? Hombre, no hay derecho a ser tan estúpidos y tan sin oficio en la vida. (Cuando digo «hombre», lo uso como una expresión cualquiera, no quiere decir que el párrafo solo está dirigido a las mujeres ni estoy siendo machista). Es una completa estupidez que un juez ordene eso.

Creo que estamos demasiado obsesionados con la igualdad de derechos como para llegar a eso. Esta mañana hablaba Catalina Ruiz-Navarro en la W (@catalinapordios en Twitter) y decía que «es muy triste  que la medida haya tenido que ser ordenada por un juez y no por iniciativa de la alcaldía». Decía que con el eslogan «Bogotá para todos» sólo le habla a los hombres.

¿En serio Catalina? ¿Usted se siente menos persona cuando alguien dice «nos vamos todos de paseo»? Si el fin de semana en su casa dicen «hay que hacer almuerzo para todos», ¿siente que le va a tocar aguantar hambre o pedir domicilio? ¿Cuando está lavando loza (que es cuando uno más reflexiona) está pensando en que todos y todas deberíamos ser mejores personas? Lo digo porque el ejercicio mental es interesante. Si usted usa en su mente TODO el tiempo el lenguaje incluyente, cuando se habla a usted, es porque lo tiene bien interiorizado. De resto, es pura basura verbal y ganas de joder la vida. Perdón por mi francés.

Sentirse excluido por algo me parece un rasgo de inseguridad. Creo que quien se siente excluido por el lenguaje tiene un problema, como cuando se arma un plan en un chat y alguien no va «porque no lo invitaron». ¿Acaso necesitaba que dijeran expresamente «Catalina, vamos a la fiesta»? Catalina, por Dios. Dejemos de verle lo malo a todo.

Cuando hablan de «la» raza humana yo me siento incluido, no sé ustedes. Igual si hablan de «la» especie; he de suponer que mujeres como Catalina se sienten excluidas cuando alguien dice «seres humanos» y piensan que la cosa no es con ellas: «AAAAAAH NOOOO, yo no soy mejor persona porque dijeron que el ser humano es quien debería evolucionar. Y yo soy mujer, no dijeron humana».

Y ya que hablamos de raza, es algo comparable a usar la palabra «negro». ¿A qué bendita hora decir negro es malo? Si yo veo una negra linda digo «qué negra tan linda». Es que los negros son unos duros. En los deportes son unos dioses y, carajo, qué sabrosura le meten a todo lo que hacen. Envidiable. ¿Cuántas veces le hemos gritado al televisor en pleno partido de la selección «VAMOS NEGROOOO, METE ESE GOOOOL»? ¿Acaso deberíamos corregirnos y decir «VAMOS MI AFRO-COLOMBIANO CARAJOOO» o «DELE MI AFRODESCENDIENTE-PERSONA-DE-COLORRRRR, DELE AL ARCOOOO (y arca)»? A este paso vamos a tener que decir «Persona en situación de color oscuro» o «persona en situación de feminidad».

Ojo, no estoy desconociendo el machismo tradicional que rige nuestra especie (sí: nuestra, de todos y todas y toditos). Claramente nuestra sociedad es machista y eso hay que combatirlo, con mensajes claros (sin enredos ni enredas), con concientización y educación. El acoso sexual es un problema serio, al que deberíamos prestarle real atención, en lugar de esto del lenguaje inclusivo. Es más, esa platica que se va a gastar en cambiar por el «todos y todas» deberían gastársela en campañas de educación contra el machismo y en medidas que lo sancionen. Igual para el racismo, xenofobia y todo tipo de discriminación.

Ahora, como se supone que el juez lo hace porque procura incluir a las mujeres en el lenguaje (y el eslogan), pregunté en mis redes sociales si alguna mujer se sentía excluida por el eslogan.

En Facebook (acá en link) he recibido hasta ahora 27 comentarios, todos de mujeres, y NINGUNA ha dicho que se sienta discriminada. Por el contrario, decir «todos y todas» es más discriminatorio:

Creáme, señor juez, quien quiera que usted sea: Lo que menos queremos en Bogotá es excluir a las mujeres. Imagínense esta vaina con solo hombres. Qué vaina más aburrida. Digo, aburrido. Vaina aburrido. En fin, lo que sea.

@OmarGamboa

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Un abrazo para todos, como siempre gracias por leer, comentar y compartir. ¡Chau!

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