Algo que me tiene pensando mucho últimamente son los precios y tarifas de nuestros servicios.
Y es que por estos días en Colombia el costo de vida se ha subido a un ritmo que jamás habíamos visto. Supongo que algo parecido sucede en otros países.
Ahora, si el precio de la vida sube, ¿por qué no subir nuestras tarifas? Y no solo es subirlas, sino subirlas por lo menos al mismo ritmo y proporción que el costo de vida. Porque además, si subimos la calidad de nuestros servicios, tenemos más experiencia, eso se debe reflejar en nuestras tarifas.
Es común que escuchemos quejarse de la inflación, pero muchas veces no nos damos cuenta de que, al mismo tiempo, nosotros también deberíamos subir nuestros precios para tener un mejor servicio y una mejor calidad de vida. ¿Cómo evitamos ser mediocres para cobrar?
Es importante que tengamos una mentalidad de prosperidad para no satanizar la plata y para no tratar de ser los más baratos del mercado. La idea es que te contraten por ser el mejor y no por ser el más barato.
Los clientes que te contratan por barato son los primeros que se van a ir cuando encuentren a alguien que cobre menos que tú. Y, créeme, no quieres tener esos clientes. Porque, además, son los que más joden, jajaja. Es como ley de vida.
Siento que en muchos de nuestros países se ve mal tener o ganar plata. Cuando alguien tiene plata pensamos que es mal habida y no lo bajamos de traqueto o de prepago. Entiendo el porqué nos volvimos así, ¡pero ya es hora de cambiarlo!
Dejemos de sentir envidia del que tiene plata, o el que se la gana “fácil” (siempre y cuando sea legal, obvio). Pensemos más bien cómo hizo y aprendámosle. Incluso podemos pedirle consejo. Sé de primera mano que quienes han logrado esos triunfos suelen ser muy generosos con su conocimiento, porque también saben que mientras mejor nos vaya a todos, mejor les va a ir a ellos también.
Yo quiero que todos ganemos más. Experiencia, felicidad y sí, ¡dinero! Hagamos plata, carajo.
Si gracias a mis asesorías tu vida es mejor, seguramente me vas a volver a contratar. Entonces no seamos envidiosos con el éxito de los demás.
Otra razón por la que es bueno cobrar bien, es porque es indispensable que contemos con diferentes alternativas para cubrir los casos en los que haya alguna falla. Y muchas veces eso se resuelve con plata. Simple.
Imagínense estar en una asesoría y que se me caiga el internet por falta de pago. ¡Qué oso! O si falló el servicio (porque eso pasa), yo debo tener alternativas, como compartir el internet de mi celular. Pero si no lo hago por andar pensando en cuánto me cuesta… voy a dejar una pésima impresión en mis clientes.
¡No seamos tacaños!
Al igual que tener una buena preparación para ofrecer un buen servicio. Hay que estudiar, prepararse. Yo era de los que prefería aprender solo, con tutoriales de YouTube o podcast. Pero desde que empecé a invertir en mí, en mi conocimiento y preparación, se dispararon mis ventas.
Por eso ahora soy feliz pagando cursos, comprando libros, pidiendo asesoría.
En fin, hay que ser competitivos en términos de buen servicio. Y no olvidemos el estilo de vida.
Aprendamos a cobrar lo justo, lo razonable y a ir acorde con los costos de la vida.
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Esta entrada fue creada con Inteligencia Artificial y herramientas de automatización, a partir de un episodio de mi podcast “Marmotazos”.
Lo único que hice fue subir el audio a una plataforma y se crea automáticamente el texto que acabas de leer. Hice algunos pequeños ajustes para darle mi toque personal.
Incluso se puede publicar automáticamente en mi blog y se comparte en mis redes, sin que yo mueva un dedo.
Cosas como esta son las que puedes aprender en mis asesorías.
Escucha el episodio original acá.
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