Y sí, finalmente me decidí a escribir la típica reflexión de fin de año. Para mí el 2023 fue putamente duro. Por muchas razones. Aunque irónicamente no ha sido el más duro.

Esta reflexión no es de aquellas que uno encuentra en Facebook diciendo lo felices y agradecidos que están con la vida, gracias a los amigos que nunca fallan y esas cosas.

Y tampoco es de esas de LinkedIn en las que buscan mostrarse como los más pro y sacar de la estantería las medallas más brillantes y los logros más grandes.

No, esta es una lista de cosas que aprendí este año y que también te pueden servir a ti. Si no las escribo para eso, pues mejor me hago un “querido diario” y las dejo para mí.

Son 7 consejos.

Este es una entrada larga, así que sepárate 5 minutos para leer.

Igual es el último del año. Todo se vale.

¿Qué aprendí en el 2023 y qué de eso te puede servir a ti?

Hay que creer más en uno mismo.

Primero, que hay que creer más en uno mismo. En el Marmograma de la semana pasada te hablaba de eso.

¿Cómo lo aprendí? Pues como suele pasar, dándome cuenta que si hubiera hecho antes lo que ahora hago, me habría ahorrado un montón de vueltas pendejas. A veces son los demás los que te hacen dudar, y a veces casi siempre es uno mismo el que no se cree capaz.

Todo el 2021 y el 2022 (sí, 2 larguísimos años), me la pasé ensayando maneras de generar ingresos pasivos.

Aprendí de dropshipping (que en Colombia es una mierda), aprendí de pauta, aprendí de SEO y Google Ads, aprendí de Marketing de Afiliados… y todo eso para terminar haciendo algo que quería hace muchos años y que siempre tuve en frente:

Ayudar a las personas a potenciar y explotar sus habilidades. Mejorar sus marcas personales.

No digo que los ingresos pasivos no sean buenos métodos, pero requieren bastante tiempo y dedicación para empezar a generar algo de retorno, y yo no podía darme ese lujo. Necesitaba generar ingresos rápido. Ese arriendo no se paga solo.

Otro día profundizo en el dropshipping, pero para resumirte, vendí 64 millones de pesos (más de 16 mil USD) en un mes, pero no me quedaron ganancias, por el contrario perdí 3 millones. Así que NEXT.

En fin, si hubiese creído más en mí hace 2 años, otra sería la historia en este momento.

Seguro a ti te ha pasado alguna vez en la vida, más si te llamas Iván. El bendito Síndrome del Impostor ataca a cada rato. Incluso creo que fue el tema del que más hablé en mi podcast.

Ahora no solo genero más ingresos sino que trabajo feliz en algo que disfruto infinitamente.

Amo escribir.

Hay que perder el miedo a vender.

Ahora que vendo tanto (y que todo empezó cuando decidí ser más directo vendiendo mis servicios) pienso en por qué coños será que nos da miedo ofrecer servicios y vendernos.

Creo que tiene mucho que ver con lo de no creer en nosotros, pero también porque en nuestros países se sataniza mucho la plata. Es como si estuviera mal ganar dinero o cobrar por lo que sabemos. Como que el que tiene mucha plata, o es traqueto o es prepago.

Si no le cuentas a la gente el servicio que ofreces, ¿cómo lo vas a vender? Es simple, el que no muestra no vende.

Ahora, no hablo exclusivamente de transacciones monetarias. También se pueden vender ideas, proyectos, nuestras habilidades.

Todos deberíamos saber vender. Mejor, todos deberíamos saberNOS vender.

Convencer a alguien de las bondades de lo que estamos ofreciendo, de la campaña, de la canción, de la idea de negocio, de nuestros servicios.

Pero nada, en el colegio nos enseñan a tocar flauta y que el Amazonas es el río más caudaloso. En la universidad vi hasta física cuántica, que hasta la fecha para lo único que me ha servido es para entender los chistes de The Big Bang Theory.

Pocas habilidades tan útiles en la vida como aprender a vender. ¡Aprende a vender!

El dinero no es satanás

No está mal cobrar por un servicio. No está mal cobrar por un consejo que das en una asesoría. Claro, a menos que se trate de tu mamá.

Tu mamá no te debería cobrar.

No digo que debas cobrar por todo, ni que debas ser un interesado y solo lo hagas si te pagan. Pero si quieres vivir de algo, ¡no te dé vergüenza cobrar por ello!

Si eres bueno en algo, y tienes experiencia, cobra bien, cobra duro.

Cuando yo empecé a ofrecer asesorías particulares, en mayo de este año, cobraba muy poquito. Aparte me daba vergüenza cobrar, aún sabiendo que soy bueno y que mi servicio era barato (mi gran amiga Marce López siempre me lo dijo).

Pues esos primeros clientes recibieron mis servicios y son unos afortunados porque ahora cobro el doble. Claro, también les agradezco mucho que hayan confiado en mí, sobre todo porque yo mismo no lo hacía.

Sí, dupliqué mis tarifas en 9 meses. Algunos dirían que es sacrilegio. Algunos me dijeron que no podía aumentar mis tarifas así porque sí.

Y muy posiblemente las siga aumentando en el 2024, a medida que aprendo más y me voy volviendo aún mejor profesional, que ya soy bastante bueno.

Celébrate los pequeños logros

Uno siempre se celebra los grandes triunfos. Arma cenas, sale de rumba, y así. Pero los pequeños, que son los más comunes, los ignora, los menosprecia.

Si uno celebra el cumpleaños, cuyo único mérito es seguir existiendo 365 días después, ¿por qué no se va a celebrar terminar un curso? O empezarlo. Digo, si no eres de los que paga todo el año de gimnasio en enero para no volver más desde febrero.

Yo me celebro con un helado de Mimos o una malteada de macadamia en El Corral. Es un ejemplo para colombianos pero me entiendes la idea.

Date gustos. Cómprate esa hamburguesa con adición de guacamole. Cómprate ese filete texano que te tiene babeando hace 4 meses. Esos aretes de los que te antojaste en Navidad.

La mentalidad de abundancia influye también en las ventas. Cuando no eres tacaño para comprar, no eres tacaño para vender.

Fíjate en lo importante.

A veces nos enfocamos más en una publicación que no tuvo casi likes, que en lo que hemos vendido.

Las publicaciones que más clientes me han generado no son las más populares.

Y al contrario también pasa, me he llenado de likes, tengo un montón de seguidores en la mayoría de mis redes. En mi blog de El Tiempo tengo entradas de más de 40 mil lecturas.

Ahora pregúntame cuánto vendí con esas entradas. Los likes, las visitas, todo eso son pendejadas, son “indicadores de vanidad”.

No sirven sino para sentirte popular, pero eso no necesariamente es lo mismo que ser exitoso.

Yo prefiero tener 100 buenos lectores que me compren, que tener 40 mil que solo vinieron a vitrinear.

Y también suele pasar que los clientes que más compran son los que menos likes te dan. Hace unos meses me escribió un amigo a pedirme mis servicios. Jamás me dio un like o comentó alguna publicación.

Pero cuando leyó una de mis entradas en LinkedIn se decidió a llamarme. Le conté cómo son mis asesorías, esa tarde me pagó y al día siguiente tuvimos nuestra primera sesión.

Invierte en aprender

Creo que fue uno de mis grandes aprendizajes del 2023. Yo era de los que poco compraba cursos y poco pagaba asesorías. Pues no tienes idea todo lo que aprendí este año gracias a que ahora sí lo hago.

Y no solo cosas que uso en mi vida profesional, puedes aprender a cocinar, pintar, cantar, tocar instrumentos, lo que sea.

También puedes escuchar podcast, ver documentales o tutoriales.

Obviamente recomiendo que empieces por aprender lo que te va a servir en tu vida profesional, como mis asesorías 1 a 1.

Dos meses de trabajo, con 8 sesiones personalizadas en las que nos vamos a enfocar en hacerte un profesional más atractivo para tu industria.

Ser referente, volverte conferencista, ganarte ese aumento, o ese ascenso. Lo que estés buscando.

Déjame un comentario si te interesa lograr esas cosas. Para eso estoy.

Solo procura no demorarte mucho porque únicamente atiendo 4 clientes nuevos por mes. Y para enero ya tengo dos cupos reservados. Solo digo.

Mi ñapa: Sé honesto y coherente.

Es el bonus track, porque no es algo que haya aprendido este año, pero es un consejo que no puedo dejar de dar.

Ser coherente es para lado y lado: Si eres bueno, no cobres poco.

Y si no sabes si eres tan bueno, puedes cobrar menos, mientras aprendes. Y le puedes aclarar eso a tus clientes.

Nada agradece más un cliente que la honestidad.

La honestidad también tiene que ver con que no te vendas como algo que no eres.

No digas que sabes de algo que no tienes idea, no vendas humo, no engañes a la gente, ni a tus clientes. Eso se nota, y es insostenible en el mediano plazo.

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¡Chan chan! Espero que te sirvan esos 7 aprendizajes. Y mis errores, que no hay nada más maluco que cometer errores que veías venir.

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Felices fiestas y feliz 2024.

Que esté lleno de risas, plata, sexo y rockanroll.

Marmota, también conocido como @OmarGamboa