Quizás eres como yo, de esos que siente que marchar es una pendejada. Quizás sientas que solo sirve para perder tiempo, que al final nada va a cambiar.

Pero te voy a decir por qué cambié de parecer y por qué espero estar este domingo marchando junto a un montón de gente que también está inconforme con este gobierno.

Esta entrada es la ruptura de una promesa que me hice hace como 5 años de no hablar públicamente de política. Pero la situación lo amerita.

 

Bueno, digamos las cosas como son: Una marcha no va a cambiar nada. No es que el lunes en el gobierno se levanten diciendo «cáspita, parece que la gente no está contenta. ¡Pronto, cambiemos todo» Es como cuando Santos decía que «ese tal paro no existe».

Por naturaleza les aflorará el cinismo, y más en alguien como Petro. Desde ese mismo día, tanto Petro como sus bodegueros, van a negar la marcha. Van a decir que no salió nadie, mostrando fotos de las 6 de la mañana, o fotos antiguas. Van a intentar tapar el sol con un dedo.

Pero ese es el punto. TIENE que ser un sol. No puede ser una chispita.

Es la primera razón por la que debemos marchar: Mientras más masivo sea, más difícil será para ellos ser cínicos y negarlo todo.

La segunda razón tiene que ver precisamente con la forma de ser de Petro.

Miren, a Petro no le interesa arreglar el país. Él no se hizo presidente para eso, es algo que ya sabíamos muchos, y tristemente lo están confirmando los otros, los que creyeron en sus promesas. Que somos potencia del amor, y de la vida y no sé qué más pendejadas retóricas. Porque para ponerle palabras ancestrales son muy buenos, pero para dar resultados, ceros.

¿Qué le interesa a Petro realmente? La respuesta es simple: Petro.

Es un megalómano de aquí a Shanghai. Y ese anhelo de grandeza es justamente su debilidad.

Es por eso que está tanto tiempo en Twitter respondiendo y afirmando cosas sin saber, aunque sean falsas. Petro NECESITA tener la razón.

Por eso esta marcha es tan importante. Independiente de que Petro cambie sus políticas, el hecho de darse cuenta que la gente no lo quiere le afecta terriblemente el ego. Y no lo puede resistir.

Entonces, salir a marchar este domingo, tiene un mensaje contundente: Creemos que Petro está haciendo un mal trabajo. O si lo decimos de una manera menos diplomática, más real y visceral, Petro es un pésimo presidente y no queremos que se siga tirando al país.

Que Petro sepa eso le va a doler como no se imaginan.

Pero ese mensaje también le llega a las instituciones y a otras personas que sí pueden empezar a hacer algo al respecto desde adentro, como a los congresistas, a los jueces, a los medios, a los partidos.

El mensaje es que están con Petro o están con el pueblo. Porque Petro NO es el pueblo, a pesar de que él crea lo contrario.

Y eso sí le asusta a los partidos políticos, y con cada marcha se alejarán más de Petro. Ya ha venido pasando.

Así que la segunda razón es enviarle un mensaje claro a Petro y a la clase política. Ese mismo mensaje les llegará a los medios. Nacionales e internacionales.

Tiene que ser un mensaje claro y contundente.


La tercera razón es la que yo pensaba menos probable, pero me cambió todo cuando vi un documental en Netflix llamado “La bomba y la Guerra Fría” en el que se cuenta cómo las marchas y manifestaciones ciudadanas influyeron definitivamente en hechos como la caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética.

Si no es porque los ciudadanos en Berlín se van al muro a ver si sí es cierto que pueden cruzar, no habrían cambiado la historia del mundo esa noche.

Eso sin mencionar nuestro ejemplo más cercano: Lo mucho que afectó a las FARC cuando hicimos la marcha del 2008. Aunque no sepamos toda la historia, la verdad es que eso influyó mucho en sus cabecillas.

Las marchas y manifestaciones sí sirven, sí mandan mensajes. El rollo es que no basta con una sola vez.

Esta foto es de Alberto Acero, en la marcha contra las FARC, en 2008. En Bogotá.

La última razón, que quizás es la más importante: Estamos mamados de que nos engañen. De que ganen votos con promesas falsas.

Si no votaste por Petro, esta es tu oportunidad para exigirle públicamente que ejerza como un verdadero presidente y que empiece a trabajar por el bienestar del país, no el suyo propio.

O si votaste por Petro, este es el momento de que le exijas que te cumpla lo que te prometió. Simple.

Si te arrepientes de tu voto, esta es la verdadera manera de hacérselo saber al mundo —y votando mejor en un par de años, claro—.

O si aún le crees a Petro y crees que es bien intencionado, esta marcha es un buen momento para exigirle que te cumpla lo que te prometió.

Mira, el presidente trabaja PARA nosotros, para el pueblo. Su salario sale de NUESTROS impuestos, de nuestra plata. No es un ser superior ni intocable, es un servidor del pueblo.

Por eso mismo el pueblo está no solo en el derecho sino en la obligación de exigirle que trabaje por mejorar el país y no por perjudicarlo.

Ahora, si partimos de la base de que el presidente no está trabajando por el país, llegó la hora de hacer algo de verdad, que lo hagas tú. Y yo. Y todos.

Porque a punta de quejarse y de hablar mal en reuniones familiares o de amigos, no sirve para nada.

Si quieres hacer algo por tu país, sal a marchar.


¿Estás cansado de que dañe las relaciones políticas (y por tanto económicas) con otros países? Sal a marchar.

¿Te ha afectado de alguna manera, a ti o a algún familiar, todo lo que está haciendo con las EPS? ¿No te entregan algún medicamento o no te aprueban algún procedimiento? Sal a marchar.

¿Te ha afectado la inflación y lo mucho que están subiendo los precios de todo? Sal a marchar.

¿Has perdido oportunidades laborales o económicas por la situación actual del país? Ahí tienes la marcha.

¿Te aburre e indigna ver que solo contrata a amigos y simpatizantes en cargos claves, y se ganen cantidades de millones de pesos, aunque no estén capacitados para su cargo? Ya sabes qué puedes hacer.

¿Te parece el colmo que la primera dama se la pase bailando y paseando con la plata de nuestros impuestos? Nos vemos el domingo en las calles.

Se debe marchar ahora, cuando todavía se puede. Porque si este señor se queda otros 4 años, ya no lo baja nadie. Y ahí sí marchar no servirá de nada. Ejemplos en otros países hay cualquier cantidad.

Que sea una marcha multitudinaria, contundente y, sobre todo, pacífica.

Sal a marchar, así sea por razones egoístas: Marcha por ti, por tu familia, por tu futuro. Porque los políticos no lo van a hacer por ti.

@OmarGamboa