http://www.ted.com/talks/jackson_katz_violence_against_women_it_s_a_men_s_issue.html

Paradoja del Macho: Por qué algunos hombres hieren mujeres y cómo todos los hombres pueden ayudar”.

Así se llama el libro de Jackson Katz quien sin tapujos describe el por qué la violencia contra las mujeres no es un asunto de mujeres. Es un asunto de hombres.

Su tesis me ha parecido revolucionaria. Cuando la oí por primera vez hablé con diferentes compañeros de trabajo y les expliqué algunos de sus argumentos. Casi ninguno expresó opiniones. Me llamó la atención. Todos ellos, inteligentes, curiosos e intelectualmente activos se quedaron callados y me miraron con algo de sorpresa.  La sensación fue principalmente que el tema no les atañe.

Uno de ellos,  – tal vez el más progresista – pensé, compró el libro. Pero al cabo de unos días, cuando le volví a mencionar el tema me dijo “es que yo no creo en la teoría sexista”.

Y ese es precisamente el argumento central del Katzman. Son las mujeres las que han liderado los esfuerzos para combatir la violencia contra ellas. Son ellas las voceras, las víctimas, las afectadas. Y los hombres en silencio. Observadores.

En realidad es sobre ellos.

¿Cuántos de estos hombres son también víctimas? La violencia contra las mujeres no afecta sólo a la mujer. Afecta por ejemplo  a sus hijos (hombres y mujeres). Ellos,  que en la mayoría de los casos son actores presenciales de los abusos contra la mujer en los hogares, desarrollan luego en su edad adulta actitudes violentas o personalidades agresivas. En muchos casos se vuelven nuevamente victimarios,  repitiendo lo mismo que vivieron.

Y no estoy pensando solo en el hombre que golpea a su mujer hasta matarla. Estoy hablando de los comentarios, los chismes, la relación grupal entre hombres y mujeres, el trato entre colegas de trabajo, la “condescendencia” entre jefes y empleadas. La lista no acaba.

Como también lo afirma Jackson,  la sola definición de “masculinidad” y la presión de grupo entre los jóvenes estimulan en muchos casos, el apoyo a estas actividades violentas o abusivas contra las mujeres.  Es más “macho” el que más larga tenga la lista de conquistas, coqueteos, etc. etc….Es más macho el que le ayuda a su amigo a abusar de su novia, o el que se ríe cuando uno de sus compañeros se expresa de manera denigrante de sus compañeras.

Las mujeres somos parte del mismo mundo. Pero esa será otra entrada de este  blog.

Volviendo a Jackson,  él propone en su libro  un cambio radical en las normas “sexistas”  en la cultura masculina.  Y  va más allá. Plantea que sean los hombres los que lideren el cambio. Y él es un ejemplo. Ha fundado un programa de  Mentores en la Prevención de la Violencia (MVP) para el Centro de Estudios del Deporte en la Sociedad de la Universidad Norteasen. El programa se ha replicado en otras universidades y centros de deporte.  Además está dirigiendo el primer programa de prevención de la violencia  en el Marine Corp. de los Estados Unidos.  ¿Se imaginan cambiar esta  cultura entre deportistas, y militares?

La propuesta de Jackson es la de construir sobre lo que las mujeres han estado liderando por años. Según sus palabras “no es un asunto sencillo… somos parte de una cultura dominada por hombres donde la violencia contra las mujeres es más que común”.

Ahora pensemos en nuestro entorno. Por la reacción de mis compañeros  (todos colombianos), creo que aún estamos lejos de siquiera tocar las raíces de este problema. Pero como soy terca, insistente y perseverante, empiezo por dejar estas palabras. Y ver la reacción. Eso ya es un comienzo.