Conozco mujeres que no querían ser madres, pero que por presión social terminaron teniendo hijos.
¿El resultado? Cuando tienen suerte, un círculo social cercano y una buena condición económica, estos niños son criados por las niñeras, o por las abuelas. No tengo nada en contra de una o la otra, pero creo que es la madre la que debe estar al frente de la crianza de sus hijos.
Cuando son menos favorecidos, los niños que vienen al mundo de una mamá que hubiera querido no ser madre, crecen muy solos. Estas siempre están tratando de llenar su tiempo con otras actividades. El diálogo es inexistente. Las madres a la fuerza no logran estar al nivel de sus hijos. Al contrario, no ven la hora de que crezcan, de que sean independientes y de que por fin no los necesiten.
La vida de los infantes termina siendo obstáculo para otro ser humano. Un mensaje muy duro para un niño, y fácilmente detectable cuando el objeto de tal sentimiento es la madre. Algo que deja cicatrices difíciles de sanar.
Estas mujeres, asumiendo un rol a la fuerza, viven sus vidas resentidas, pensando mas en el pasado, y el futuro que en el presente. En vez de sentirse mas mujeres por ser madres, se sienten menos valiosas y muy limitadas.
¿Y por qué son madres?
Aún es muy fuerte la idea de que las mujeres que no son madres son menos mujeres.
El hecho de estar condicionadas físicamente para ser madres, no quiere decir que estemos obligadas a serlo y mucho menos que al decidir no ser madres, perdamos algunas de nuestras características femeninas.
Pero la sociedad en general, no ha hecho aun ese clic. Se juzga rápidamente de incompletas a las mujeres que llegando a sus 40’s no son madres, antes de siquiera saber las razones que tienen para no serlo. Y lo peor. Independientemente de esas razones, la respuesta siempre es : Ay pobrecita!. O algo similar, como si fuera un hecho que sin hijos la mujer será menos.
Se de muchas mujeres, y me incluyo, que antes de ser mamás, dieron a luz muchas otras cosas y fueron maternales en mil otras áreas de la vida. La sensibilidad, la ternura, y la paciencia, entre otras se pueden desarrollar en cosas distintas a la maternidad.
Se de mujeres plenas, felices y muy completas sin hijos.
Como dijo Dalai Lama “La gente toma diferentes caminos para buscar la felicidad. Solo por que no estén en tu camino no significa que estén perdidos».