¿Son los NoMos los pequeños personajes míticos que viven en los árboles, y se esconden detrás de los hongos al lado de las hadas que cuidan la naturaleza y los animales?
No. Esos se escriben con G.
Así se les ha denominado a las mujeres que no quieren o no pueden ser madres. La sigla viene de su significado en inglés No Mothers. (No madres)
En su presentación, Day menciona toda serie de causas para ser un NoMo. Decisiones personales, enfermedades, edad, el tipo de relaciones afectivas y la salud de la pareja o de ellas mismas, entre otras.
En el website de la organización, aseguran que alrededor de 1,5 millones de mujeres del Reino Unido, Irlanda, EE. UU., Canadá y Australia que rondan los cuarenta años no han tenido hijos. Estamos hablando del doble de mujeres que no fueron madres durante la generación anterior.
Y estos números, dice Day, podrían estar creciendo dadas las dificultades sociales que enfrentan hoy las mujeres para conseguir pareja. Algo que denomina como la Infertilidad Social.
Según la británica, solo durante la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial se habían dado cifras tan altas de mujeres que no lograron ser madres llegando o justo pasando los 40 años de edad.
De acuerdo a los argumentos de Joy, estas mujeres sufren porque entre otras cosas, siguen siendo juzgadas por la sociedad que carga con aquel estereotipo de que la mujer que no tiene hijos es menos mujer.
Esto para Day no es cierto, y carece de sentido. Pero para la mayoría de mujeres que pasan por situaciones similares es cierto y las deprime. Son mujeres que tratan de llenar el vacío con acciones extremas, o se vuelven entre otras cosas trabajadoras adictas.
La respuesta a esta problemática no es más que el trabajo interno y la cercanía a sus pares para contar con un círculo de apoyo que además permita contrarrestar esos prejuicios sociales que existen contra ellas.
Acciones que validen la feminidad y el ser mujer simplemente por ser, por existir.
Hoy Celebro la valentía de Day. Ser mujer es mucho más que ser madre.