Como era de esperarse para quienes apasionadamente seguimos los Olímpicos, han sido muchas y de varios estilos las historias inspiradoras. De esas que nos hacen de nuevo validar el deporte como uno de los elementos mas importantes para el desarrollo de los seres humanos.

Historias como la de Oksana Chusovitina quien con 41 años de edad y participando en sus séptimos olímpicos se consolida como la deportista mas vieja en la historia de este gran evento deportivo. Y si esto no fuera ya un éxito por sí mismo, es de resaltar que la gimnasta de Usbekistan clasificó esta semana para las finales de caballete. Con éxito o sin él en sus eventos, esta mujer es a todas luces un ejemplo para quienes creen que todo se detiene después de la cuarta década de vida.

O la de Yusra Mardini, una joven de 18 años que antes de formar parte del primer equipo de refugiados en participar en los Olímpicos, salvó a 19 personas quienes sin su ayuda hubieran perecido. Tras escapar de Siria en un bote que navegaba rumbo a Grecia, Mardini y su hermana se vieron en la necesidad de lanzarse al agua para empujar la embarcación a la que intempestivamente le falló el motor. Luego de tres horas de intenso esfuerzo las hermanas Mardini lograron llegar a la costa de Grecia salvando su vida y la de los demás refugiados. Y aunque no recogerá ninguna medalla en estos Olímpicos, Mardini ya es, y lo será por siempre, una estrella para quienes salen de sus países con pocas esperanzas de vida y con miedo al fracaso.

Y aunque creo que todas las mamás nos merecemos no una sino varias medallas, destaco hoy una madre Olímpica. Dana Vollmer es la primera mamá en ganar medalla de bronce en la competencia de natación en 100 metros mariposa. Y el merito es aun mayor pues había renunciado a su deporte en 2013, pero antes de que naciera su primer hijo la picó el bichito de la competencia. Y aunque le costó mucho trabajo volver a estar en forma, alcanzó su sueño. Gracias a la tenacidad y la consistencia que caracteriza a la deportista, no solo logró volver a ser competitiva, sino que clasificó para ser parte del equipo que este año representa a los Estados Unidos en los Olímpicos. Vollmer no es solo una deportista ejemplar. Es una mujer que demuestra que la maternidad no es una condición que detenga, impida o limite. Todo lo contrario. Estimula, desarrolla e inspira.

La otra es la brasilera Rafaela Silva quien ganó medalla de oro por su desempeño en judo. Silva viene de Ciudad de Dios, uno de los barrios mas pobres y violentos de Río de Janeiro. Sin embargo gracias a su dedicación al deporte, Silva consiguió cambiar su destino. La joven de 24 años es la esperanza para muchas que como ella nacieron en condiciones difíciles y sienten que no hay luz al final del túnel.

 

Y como empecé con la más vieja, termino con la más joven. Se trata de una niña de 13 años que viene de Nepal. Como lo decía esta semana un artículo en The Guardian, Guarika Singh volverá en otoño a su colegio para contarle a sus amigas que sus mejores vacaciones las pasó en Brasil, participando nada más ni nada menos que en los Olímpicos. Y no solo eso. Llegará orgullosa porque esta semana logró ganar su heat en 100 metros espalda. Era algo que no pensaba lograr a pesar de sus largos y persistentes entrenamientos. Aunque Singh cuenta con 7 récords nacionales, su corta edad e inexperiencia la ponían muy por debajo de sus contrincantes. De cualquier manera el logro más importante de su vida ha sido sobrevivir al terremoto que acabó con la vida de más de 9 mil personas en su país el año pasado. Guarika tiene por delante la posibilidad de participar no en uno sino en 4 olímpicos más. Dada su historia, es seguro que estaremos hablando de ella en los años por venir.

Estas son las historias que inspiran, que alegran y dan ganas. Estas son, sin duda las mujeres que debemos seguir y emular. Estas son.