Pague una y vea dos. Así fueron los cines de antaño, con doblete, en que el espectador compraba una boleta y veía dos películas. Maravilloso, ¿no?
A ese ritmo fue el fin de semana con dos carreras de la Fórmula Uno y la Fórmula E.
En la primera categoría eléctrica, el triunfo fue para Sam Bird (escudería DS Virgin Racing, 101 puntos).
El Gran Premio se corrió el sábado, en las calles de Roma, la Ciudad Eterna, y con bendición papal abordo. Para esta, durante la semana, el CEO de la Fórmula E, el español Alejandro Agag, los equipos, los pilotos y sus autos, visitaron El Vaticano, donde sobraron el agua bendita y las bendiciones para todos por parte del Papa Francisco.
El sueco Felix Rosenqvist (Mahindra Racing, 82) también llevó lo suyo de manos del Papa, pero no por esto, sino por una falla mecánica debió abandonar la carrera, pese a haber arrancado en la primera fila.
Faltando diez vueltas para el final Rosenqvist le dio su golpecito al carro contra un muro, lo que propició el daño de la suspensión; ahí se le cayó la estantería. Buena ‘vibra’ es este tipo y ya habíamos pujado en carreras anteriores para verle ganar.
A Sam Bird, le acompañaron en el podio, en el segundo lugar, Lucas Di Grassi (Audi Sport ABT Schaeffler, 39) y, en el tercero, el alemán André Lotterer (Techeetah, 33).
El exFórmula Uno que lidera el campeonato, Jean-Eric Vergne (Techeetah, 119), llegó de quinto e hizo su mejor papel luego de pegarse con el británico Alex Lynn (DS Virgin Racing, 17) en la primera vuelta.
Un suceso de carrera, para destacar fue la estrellada entre el portugués Antonio Félix da Costa (MS&AD Andretti Formula E, 16) y el argentino José María López (Dragon Racing, 13) durante las sesiones de clasificación.
Jean-Eric Vergne lidera el campeonato; la próxima carrera, la octava del calendario, se correrá en las calles de París, el 28 de abril.
Los que saben de esto (la prensa especializada) comentaron que la carrera sí ‘estuvo muy buena’; si eso dicen es porque así fue.
Sí hubo espectáculo en las dos carreras
Y como en doblete van dos, el domingo, en Shangai (Gran Premio de China), el ganador fue el australiano Daniel Ricciardo (escudería Red Bull Racing Tag Heuer, 37 puntos en el campeonato), de quien se estaba esperando el triunfo.
La nota desagradable, a la entrada misma de la carrera la puso Sebastian Vettel (Ferrari, 54), quien apenas se dio la largada se preocupó más por cerrar y casi sacar de la carrera a su compañero de equipo Kimi Räikkönen (30), en una maniobra de pésimo gusto, reflejando solo lo ‘mala gente’ y el típico comportamiento de que ‘si nos es para mí, no es para usted’.
Los comentarios de la prensa deportiva fueron benevolentes con Vettel (por estos lados no) hablando de se trataba de la competencia misma; de mal gusto lo que hizo el piloto y quizás, por eso, la suerte se pasó del lado de Kimi, quien subió al podio en el tercer lugar. Vettel llegó de octavo.
De repetir a la saciedad el orden y la sincronía del trabajo del equipo Red Bull; uno tras otro (Ricciardo y Max Verstappen, 18) entraron a ‘pits’, cambiaron sus llantas en tiempos récord y salieron. La verdad maravilloso ver un trabajo en equipo; creo que es la primera vez que se ve una situación de estas.
Ya para cerrar, Valteri Bottas (Mercedes, 40) y Kimi Räikkönen le pusieron la nota gélida a la premiación (perecían estar en audiencia papal). No se inmutan por nada (foto). Aunque no lo crean, Kimi el segundo lleva 16 años como piloto de la Fórmula Uno. Por su parte, Ricciardo, brindando con sus propios zapatos (es su estilo).
Los registros de velocidad en carrera dieron 328 kilómetros por hora en una recta larga.
Decepcionaron en la carrera Brendon Hartley (Scudería Toro Rosso Honda, 0), de quien se esperaba más y nos quedamos esperando una mejor suerte para Sergio Pérez (Force India, 0)
Sergey Sirotkin (Williams, 0), pese a toda la plata que pusieron por su butaca en la escudería, ha pasado sin pena ni gloria, (el domingo llegó de último) mientras que el polaco Robert Józef Kubica espera que le den su chancecito en el equipo de Frank Williams.
Próxima carrera, el 29 de abril en Bakú, Azerbaiján.
Les anuncio que, a cuatro manos con mi amigo Daniel Casas (quien aportó la idea) escribiremos una nota sobre ‘los segundones’ en la Fórmula Uno; verbigracia, Rubens Barrichelo y varios más que desempeñaron el tonto papel de soltar el acelerador para que su compañero de escudería ganara una carrera.