Tal como lo prometí empezamos este ciclo con las “10 Razones Para Pensar Que la Radio Está en Peligro”. En esta entrega trataremos el síndrome “Técnico de Fútbol”: los directores de emisora duran menos y sufren más que los DTs del rentado colombiano.

Me refiero especialmente a los directores de emisoras musicales que por la falta de planeación de ellos, de sus jefes y de las cadenas tienen ciclos de trabajo que no superan el año en promedio..

Esta falta de planeación ha causado que la radio se llene de oportunistas, de personas que van tras el éxito del momento. Pocas son las emisoras que cuentan con una estrategia trazada a mediano plazo y las que la tienen caen en la trampa de la moda y de las exigencias imposibles de cumplir con objetivos de corto plazo, lapidarios e irreales medidos por los estudios de sintonía.

¿Cómo diferenciar un oportunista de la radio de un estratega de la radio? El oportunista ve una oportunidad de momento y trata de atraparla, pero si llega al menos de tercero en la carrera por el éxito tendrá muy poco para beneficiarse de esa situación. Por su parte, el estratega de radio busca y trabaja por un final ideal en la mente, maneja una visión inspiradora y que le otorgue beneficios a largo plazo.

El oportunista de radio es aquel que está ocupado lidiando con los asuntos del día a día de su emisora, tratando de reaccionar a lo que parece nuevo y atractivo para su mercado. Por el contrario, el estratega de radio es pro-activo al desarrollo de diferentes alternativas para lograr su cometido. Este visionario escoge la estrategia y las tácticas que según su criterio son las más probables para lograr el éxito. Las oportunidades que busca responden siempre a la pregunta: “¿Son éstas las mejores oportunidades para lograr cumplir con mi visión?”

Infortunadamente, a nivel corporativo se está generando una cultura del “día a día” y de las mediciones continuas que presionan de manera indebida a los directores de radio, convirtiéndolos más en oportunistas que en estrategas de la radio.

Los espero la próxima semana donde sabrán en qué se parece un éxito de Rocío Durcal a uno de System of A Down. Allí se genera la segunda razón para pensar que la radio está en peligro.