Si alguien se tomara la molestia de revisar la programación de las emisoras musicales en Colombia, y discriminara género por género, con toda seguridad se encontraría con que el genero más programado en el reggaetón. Hay algo en ese ritmo importado de Puerto Rico que llegó y se quedó, a pesar de tantos profetas de las compañías discográficas y estaciones que vaticinaron que sería tan solo ‘flor de un día’.
Antes que se forma una idea equivocada sobre mi perfil, debo aclarar que NO me gusta el reggaetón. No soporto la actitud traqueta y superficial de sus cantantes; pero sobretodo es un ritmo que no me llega hasta donde me llegan otras cosas que amo como una buena canción de Moby, Shout out Louds, Cerati, Coldplay, Bajo Tierra , Big Audio Dynamite o U2 por ejemplo.
Debo confesar sin embargo que siento cierta atracción ‘casposa’ por ‘Atrévete‘ y que una vez me enrumbé duro con ‘Gasolina‘. Bueno, todos tenemos nuestros deslices, creo yo.
Hasta aquí el gusto personal, por que si debemos reconocer que la llegada de reggaetón a la radio y a la cultura colombiana ha sido un fenómeno arrasador. Basta con saber, que después de Puerto Rico, el país con más grupos del género en cuestión es Colombia.
No se si los reggaetoneros se hacen sentir mucho, o si es que los seguidores de otras músicas son muy parcos. Quizás por su fuerza, su presencia, o por ese exhibicionismo permanente, el reggaetón es objeto de ataques desde todos los frentes.
Gabo in da house
Gabriel Posada es un veterano de la llamada radio juvenil del país. Entre otros cargos, fue director de Radio Activa y La Mega en Medellín. Actualmente trabaja en Miami, como Copywriter Creative de Firefly Agency (mas información en www.firefly-us.com ).
Gabo es uno de aquellos que, no se si intencional o fortuitamente, le tocó presentar a System of A Down y después a Héctor y Tito. No lo envidio, pero lo entiendo perfectamente. Pero quizás sea por esa condición de haber vivido en dos mundos aparentemente distantes que tiene la autoridad, el conocimiento y una divertida manera de escribir, para compartir el siguiente comentario sobre el reggaetón y sus enemigos. Disfrútenlo y coméntenlo.
CRUZADA ANTI REGGAE-TÓN… TERÍA
Por Gabriel Posada
Me llegó en estos días un correo electrónico, en el que convocaban a una cruzada nacional colombiana contra el reggaetón. Me dio mucha risa, me pareció un mamarracho de campaña, una huevonada! Lo borré.
Mas tarde, recordando los primeros acordeonazos de los días en que el vallenato pasaba de ser música exclusiva de camioneta costeña, lo recuperé para escribir esto. Es mas; también se me vino a la memoria el recuerdo de los días nefastos de los 80 cuando las rancheras sólo sonaban en Toyotas de ganadero y las cantaban sus aguardienteras mozas.
Después puse Pearl Jam en el computador y busqué referencias para el tema y me encontré 719 páginas que mencionan las cruzadas anti reggaetón hasta en España. Es un tema ya trillado, un poco vinagroso. Pero me dio por escribir y ahí si no me para es nadie cuando me despacho.
La propuesta del mail que me llegó desde Medellín era muy simple: otra pulsera. Otra que se suma a la bien intencionada campaña amarilla contra el cáncer del ciclista Armstrong de ‘ser fuerte’ y a la que le han chupado rueda los movimientos feministas y hasta Bono de U2. Esta vez el color era dizque morado y decía ‘No Mas Reggaetón’.
Con el tema político de la revolución bolivariana de Chavez se reviven frases constantemente como ‘Los pueblos tienen los líderes que se merecen‘ y a mí me parece que también se aplica con la música: ‘los pueblos tienen los ídolos que se merecen‘. Es una pena. Estoy de acuerdo con que hoy, cualquiera tiene acceso a un PC con tarjeta de sonido, e inclusive sé de músicos que venden pistas de Reggaetón por diez mil pesos en el populoso barrio Guayabal de Medellín y que ya no hay quien pare esta avalancha de talentos espontáneos locales, que descubrieron en este ritmo candente, una manera de uniformar las pobreza tercermundista con gorras prestadas de equipos de los que ignoran si son de basquetból o de béisbol, ropa en tres tallas mas grandes, tenis caros pagados a cuotas y destellantes cadenas de imitación con la inicial del nombre; (‘Y’ de Yeison). Porque de las camionetas , Hummer, Escalade y GMC, ni hablar. He manejado varias (no porque sea dueño de ellas) y he confirmado lo costosas que llegan a ser. Así que para los videos se rotan un carro bacano, ‘prestao’. Lo importante es aparentar.
No todo en el Reggaetón es malo; me parece que hay canciones muy divertidas y contagiosas y ese ritmo tan berraco, mueve las frecuencias de cualquier bajo. Lo digo desde la radicalidad con la que he estudiado el Rock y con la tolerancia que tuve que aprender para continuar mi carrera en los medios. Reconociendo que en Colombia hay que venderle el alma al diablo de Reggaetón si quieres seguir haciendo radio musical.
Yo mismo recibí a Daddy Yankee en el 2002 en El Planeta Rock cuando nadie le prestó atención en las emisoras por ser su música un ritmo marginal y los únicos que entendíamos su intención, seríamos los que escuchábamos rap. Así que lo saqué a rumbear, después de hacer un divertidísimo programa de radio. Es más; Raymond Ayala, como me dijo que era su verdadero nombre y yo, tenemos una amiguita en común. Lo cual no me hace muy orgulloso; pero ahora sabemos que las prepago y los artistas que aterrizan, van de la mano.
Daddy Yankee logró desde un improvisado estudio sin proponérselo, darle una nueva identidad a la decadente música puertorriqueña y por ahí derecho poner en el mapa a otros artistas muecos de la misma corriente que reclaman su invento.
También logró el reconocimiento para merecerse salir a lado de Snoop Dogg y mencionar las palabras ‘Real Gangstas’, acercando esta música al verdadero negocio del Hip Hop en USA; del que logró sacar US$20 Millones y un contrato con Pepsi y con Intersscope (la casa de Marylin Manson), durante los días de ‘Barrio Fino’. Pero los raperos no lo dejarán pasar de ahí, porque no les interesa. Aquí se corea la ‘Gasolina’ en una fiesta, pero a nadie le interesa que dicen sus letras en español.
Volviendo al culísimo tema de la cruzada anti Reggaetón, recordaba ritmos y tendencias tan absurdas como la ‘Macarena’ y me pongo a pensar en la posibilidad de armar un movimiento radical en contra de todas las cosas absurdas que suenan en la radio y haría un a lista: Una cruzada anti despecho y personalizada directamente contra Darío Gómez y el guaro, sin ser consumidor de ninguno de los anteriores; con pulseras de plata martillada. Una cruzada anti guasca y personalizada contra Octavio Mesa (Q.E.P.D) con pulseras de guasca de plátano literalmente. Una contra los corridos prohibidos con pulseras de las Farc. O una contra la Polka, por ser la música mas aburridora del mundo.
Los proponentes de la cruzada anti Reggaetón en Cali se quejan de que ‘los carros pasan haciendo estridencia con sus bajos’; pues claro! Si vas a pié y un man pasa en un carrazo con una chimba, te debe dar envidia no? Otros se quejan de que portan armas en los videos. Obvio; para comprar una 9 mm con salvoconducto se necesita mucho billete, por eso la magia de las imitaciones; especialmente cuando se quiere ser Rapero y no se tiene visa, ni se habla inglés, ni se sabe donde queda Compton (B-Itch!) Y dicen que tiene un alto contenido sexual: Probablemente no hay otro método para captar la atención de nuestras Yasuris Yamilets!
Creo que el radio es otro electrodoméstico de la casa y que a uno no lo obligan a escuchar lo que le entra por los oídos. Para eso tiene un botón de On y otro de Off . Y tampoco lo obligan a ir a ver el ‘Zandunguéo’ ni el ‘Perréo’. Sin embargo esa diversidad es la que hace bella nuestra cultura criolla. Pero estoy de acuerdo con que el Reggaetón no es ningún estilo de vida; si lo es, es una vida prestada; o usted ya ha vendido 2 millones de copias de un disco. Pero como van las ventas… lo dudo!
Una vez entrevisté a un grupo en cabina y todos llegaron con sus acostumbrados disfraces. Al día siguiente volvió uno de ellos con un disco que les encargué, pero vino de pantalón de prenses y una camisa de cuadros con el pelo engominado. Le pregunté: ‘¿hoy estás de civil?’. Y me respondió: ‘Sí, es que tengo una cita en la alcaldía’. Le dije, entonces ‘ahí pierdes todos tus poderes’ Entonces se puso rojo y se emputó!
Creo que la música y la cultura no es lo que nos vomitan nuestros medios de información. Si de verdad hay intención honesta de conocer la verdadera música, ésta no te la va a poner la estación que tanto te fastidia. Pero sin embargo la sigues oyendo por pereza de buscar un poco mas allá entre los divertidos rimos que nos ofrece la nueva generación de artistas eclécticos o prefieres repetir los mismos clásicos refritos por miedo a lo exótico de lo novedoso.
Si hay que hacer una cruzada contra la música; entonces ya se hubiera hecho contra las milongas con tufo de ‘aguardiente parao’ en los 60, contra los tangos que mencionen armas blancas (…’toma este puñal, ábreme las venas; no quiero la vida si he de verte ajena‘…) , o contra José Luis Rodríguez el Puma: … ‘coge niña este puñal y ábreme por un costado…‘ o que tal la ranchera de Jose Alfredo: …’El día que a mí me maten, que sea de cinco balazos y estar cerquita de tí, pera morir en tus brazos...’ o qué tal lanzarse contra doña Mercedes Sossa y toda la nueva trova , por pobres!
Pero no, la música es sólo otra expresión cultural, como lo puede ser una escultura; pero nos dejamos ganar terreno del mal gusto. Hay que elegir bien con qué alimentarnos. Con qué alimentamos el cuerpo y el espíritu.
Esta semana lea también en www.gabrielposada.com ‘Red Hot Chili Peppers, la Fechoría’