Con el partido de ida de los octavos de final, Millos hilvanó la tercera actuación deficiente en línea.
Pareciera que nuestros rivales ya le tomaron la medida al equipo de Richard Páez. Envigado, al igual que lo hicieron Santa fe y Junior, encontró buenos resultados ejerciendo presión desde el primer sector de nuestra zona defensiva. Con ese trabajo propiciaron fallas reiterativas en la entrega del balón, permitiéndose recuperarlo en zonas de riesgo y generar así peligrosos contragolpes que llevan peligro constante al arco defendido por Ramos.
Luego del primer gol en contra, Millos trató de reaccionar tratando de hacer el mismo trabajo de presión sobre la zona defensiva de Envigado, con la diferencia de que nuestros futbolistas seguían equivocándose en los pases. Precisamente de una jugada así, de un balón que Tolosa no supo administrar, arrancó la jugada que derivó en el segundo gol de los naranjas.
Para el segundo tiempo, Millonarios mejoró en algo su accionar. Salió decidido a recortar esa ventaja que, a la luz de lo visto en el primer tiempo, parecía muy difícil de remontar en el partido de vuelta. Y amen que lo consiguió con ese derechazo impecable con el que Lewis Ochoa logró derrotar la resistencia del portero envigadeño. Después de eso, mucha enjundia de los azules, poca claridad, y el conformismo tácito de Envigado con la ventaja lograda.
Se puede decir que la serie aún está abierta. Un gol de diferencia parece una desventaja posible de remontar el jueves en el Nemesio, pero son muchas cosas las que hay que revisar en el accionar de algunos de nuestros futbolistas.
Tolosa ha sido fundamental en la campaña de este año, pero ya lleva varios partidos con el arco cerrado, y lo que es peor, haciendo gala de un egoísmo desesperante.
Lo de Carpintero ya preocupa. Todos conocemos sus antecedentes como goleador, pero en Millos, por lo menos lo que mostró en el partido de hoy, ha resultado por decir lo menos, inoperante. No recuerdo que haya tocado el balón a lo largo del primer tiempo.
Por su parte, Páez debe pensar en las alternativas que tenga a manos para vencer esa presión que salen a ejercer los rivales y con la que han conseguido maniatar e impedir cualquier intención en ataque de nuestro equipo.
El próximo jueves en el Nemesio, seguramente con las tribunas teñidas de azul, tenemos la última oportunidad para demostrar que esta seguidilla de resultados negativos es producto de un bache temporal en el rendimiento del equipo, pero que se cuenta con la suficiente jerarquía y el fútbol necesario para lograr por lo menos igualar la campaña del semestre anterior, en el que se consiguió el pase a las semifinales del torneo.
Con la fe intacta y la esperanza de que se puede remontar la serie.
Cordial y albiazul saludo.
PD: Solo como dato estadístico, las mejores actuaciones del equipo se dieron con Tancredi actuando como titular, y el bache que estamos atravesando apareció cuando por lesión el uruguayo no pudo seguir jugando….y pensar que muchos lo vilipendiábamos.