Quizá es muy temprano para decir que estamos fuera de cualquier posibilidad, o siquiera aventurarse a dar un porcentaje de una segura eliminación.

Lo único cierto es que con este resultado Millonarios entra en un déficit de puntos si se toma como punto de comparación los dos torneos anteriores en lo que llegamos a sus respectivas fases semifinales.

Con respecto al partido se puede decir que en la cancha se vio el fiel reflejo de la actualidad de los dos contendores. Un encuentro nivelado por lo bajo, con más ganas que fútbol, en el que los dos rivales fueron incapaces de reflejar en el tanteador las ventajas y errores que entregaban los contrincantes. Tan solo Nazarit supo aprovechar la falta de confianza, fuerza, testosterona mostrada por Britez en uno de los tantos balones que se filtraron por la zona izquierda de nuestra defensa, y marcó el tanto que significaría el desnivel en el marcador.

En esta oportunidad, por el partido del sábado, considero que no hay nada para reprocharle a Richard Páez, pues alineó lo que la mayoría creíamos era el mejor equipo para afrontar el encuentro, y los cambios realizados fueron comprensibles y los esperados por quienes observábamos el partido. Puso lo que tenía, en la realidad no tenemos más.

Acepto que hace unos días escribí en este mismo espacio que consideraba que el equipo de éste torneo era mejor que el del anterior. ¡Qué equivocado estaba!

Los «refuerzos», corridas siete fechas del torneo, aún no muestran condiciones suficientes para ser considerados como tal. Son jugadores comunes y corrientes, cuyas posiciones muy seguramente habrían podido ser mejor cubiertas por muchachos de la cantera o, por qué no decirlo, por varios de los futbolistas desechados de la plantilla anterior.

La culpabilidad de Páez, como varios foristas lo han manifestado en diversos comentarios, radica en haber aceptado un equipo como el que le armaron los dirigentes.

Desde diciembre de 2011, el venezolano entregó una lista de los jugadores de los que trabajaron el año pasado con él, y con los que aspiraba a laborar esta temporada. Es cierto que de ese listado casi todos quedaron, pero de los que dejaron ir, dos siempre fueron considerados fundamentales en los logros obtenidos por Millos: Rafael Robayo y Edison Toloza.

Los directivos pensaron, equivocadamente, que estos dos jugadores, más Flavio Córdoba y Alejandro Cichero que también hacían parte del pedido del técnico, serían fácilmente reemplazables con futbolistas baratos que se ajustaran a la tan cacareada política de techos salariales que tantos éxitos administrativos y financieros les ha dado.

Como socio de Millonarios F.C., soy consciente y entiendo que una empresa debe ser manejada con criterios de responsabilidad económica, en la que no se debe gastar más de lo que ingresa. Pero el fútbol es un negocio sui generis, que más allá de los logros de resultados en números negros en los estados financieros, debe además ofrecer logros en materia deportiva.

Si de responsabilidad financiera se trataba, lo fundamental habría sido tratar conservar en la plantilla a jugadores, como los mencionados, que resultaban fundamentales en el rendimiento del equipo, y en cambio haber concentrado los esfuerzos económicos y gerenciales, para sumar dos o tres verdaderos refuerzos cuyos costos, muy seguramente, estarían cercanos a lo que cuesta tener en nómina siete u ocho jugadores que el técnico ni siquiera utiliza en razón, seguramente, al pobre nivel que muestran en los entrenamientos.

Reitero, es prematuro hablar de eliminaciones, pues aún quedan 33 puntos en disputa y sabemos que en el fútbol cualquier cosa puede pasar.

Como hincha, fanático y enfermo por Millonarios haré fuerza para que el equipo repunte, para que  dejen de desperdiciarse las opciones de gol que se crean en cada partido, para que la zona defensiva se haga fuerte y deje de estar regalando goles en contra, y para que Richard Páez finalmente logre encontrarle la vuelta a este equipo y se puedan sumar los puntos necesarios para llegar a los cuadrangulares y pelear la opción de título.

No obstante, porque todo hay que tomarlo en cuenta, una posible eliminación sería un verdadero cachetazo para la dirigencia del equipo, que se estaba acostumbrando a que con equipos baratos, con futbolistas del montón y sin necesidad de reformular sus políticas en materia de contratación, ha obtenido logros en materia deportiva, y por eso no se han preocupado por armar un mejor plantel.

Señores Directivos:

No siempre la suerte acompaña. Es cierto que con un equipo barato ajustado a sus normas de techos salariales se alcanzaron dos semifinales, y una Copa Postobón. Pero tengan en cuenta que de ese equipo barato se fueron: el goleador, el que era el «pulmón» en el terreno de juego, y dos defensores centrales que el DT consideraba fundamentales, los cuales debido a su esquema administrativo, no fueron adecuada y suficientemente reemplazados.

Tengan en cuenta que el segundo semestre será mucho más exigente, pues al torneo local se le suma el compromiso con el Real Madrid (el cual sería una locura afrontarlo con la actual plantilla), la Copa Suramericana y la necesidad de sumar puntos en la reclasificación pues de seguir en la curva de rendimiento que llevamos, seguramente el fantasma de la promoción y el descenso no tardarán en reaparecer en el horizonte albiazul.
Respetuosamente les solicitamos que valoren el potencial que Millos tiene en su hinchada. 

Ustedes siempre hablan en sus comunicados que este es un equipo con siete millones de hinchas. ¡No teman en invertir!.

Seguramente con un equipo bien conformado, con futbolistas de primer nivel para el mercado colombiano, las asistencias al Nemesio serán masivas.

Con un plantel que verdaderamente haga sentir orgulloso al hincha, los precios exorbitantes que ustedes cobran serían el menor de los obstáculos para acompañar al equipo y, ante la expectativa de una nueva emisión de acciones, seguramente serán muchos de esos siete millones de hinchas, los que estén dispuestos a meterse la mano al bolsillo para hacer de este equipo nuevamente, el equipo más grande del país.

Cordial y albiazul saludo