En su trámite, el partido jugado el martes a altas horas de la noche fue muy similar al que se le ganó bien a La Equidad el pasado sábado.
Fueron dos rivales que salieron al gramado del Nemesio con la clara intención de conservar el cero en sus porterías, de cerrar los espacios a nuestro equipo, tratando de desconectar el circuito de fútbol y buen toque de balón que claramente es la pretensión de este Millos versión Hernán Torres.
La mejor arma de nuestro equipo, en ambos casos, fue la paciencia. Sin desesperarse, sin regalarse en el fondo pero con la absoluta convicción de imponer condiciones Millos, con la fe del carbonero. lo intentaba abriendo el juego por las puntas, o los volantes por el centro filtrar balones a nuestros delanteros, o simplemente ante los pocos espacios ensayaban lanzamientos de media distancia al arco rival.
Esta paciencia y convicción en ambos casos rindió sus frutos. El sábado anterior con el tiro libre a favor que cobró magistralmente Tancredi, y el martes en la noche con la apertura de cancha de Lewis -qué nivel el del paisa- que terminó con el centro preciso a la cabeza de Cosme.
Luego de la apertura del marcador, este Millos de Hernán Torres ha dado muestras claras de una absoluta solvencia para manejar y controlar los partidos. Sin pasar angustias en defensa, sin que nuevamente Nelson Ramos se haya tenido que vestir de héroe y con base en el desgaste físico producido al rival, termina por ganar los partidos con holgura y dando claras muestras de superioridad.
Quiero mantener los pies bien puestos en la tierra, no quiero dejar volar el globo de la ilusión cuando el torneo apenas está comenzando, todos los días me hago un proceso de «auto-aterrizaje» llenándome de motivos para ello: que el torneo es largo, que no hemos enfrentado verdaderos rivales de peso, que escoba nueva barre bien. Sin embargo, luego de cada una de las actuaciones que ha realizado el equipo se me hace mucho más difícil moderar mi optimismo y la verdad, me asusta dejarme ilusionar.
El siguiente es mi concepto de la actuación de nuestros futbolistas, de acuerdo a lo observado en el partido jugado ante el Inti Gas peruano.
Nelson Ramos: Partido tranquilo. Seguro en las pocas acciones que fue exigido y se vio muy seguro cuando salió a cortar los centros enviados por los peruanos.
Lewis Ochoa: Debo parecer disco rayado, pero es que partido a partido me sorprende más el fútbol del paisa. Es fundamental en el equipo. Ojalá la gasolina le alcance para conservar ese nivel.
Pedro Franco: Se le nota mucho más seguro y tranquilo, Además de ser bastión de la defensa se constituye en importante alternativa de ataque en los tiros de costado a favor.
Oswaldo Enriquez: Otro que se ha contagiado de la seguridad y tranquilidad que ha ganado el sistema defensivo de Millonarios. Serio, práctico, sin complicarse.
Jarold Martínez: Aunque le cuesta entrar plenamente al circuito futbolístico del equipo, ha cumplido con la tarea por su lateral.
Elkin Blanco: Otro de los jugadores que no para de sorprenderme. Muestra jerarquía, solvencia, garra e impone respeto por su zona.
Johnny Ramírez: Poco a poco va alcanzando el nivel que traía en su anterior equipo. Cumple sus labores de marca y cuando puede apoya el juego ofensivo desde la zona de volantes.
José Luis Tancredi: Se sigue ganando con su entrega el cariño de la tribuna, que lo vitorea desde cuando escucha su nombre por los altavoces y reclamó la decisión de Torres de excluirlo de la cancha. Anda bien el uruguayo.
Omar Vásquez: Le cuesta asociarse con sus compañeros, por la inclinación natural que tiene a manejar demasiado el balón, pero creo que va subiendo en su nivel.
Wason Rentería: Muestra su categoría. Mantiene preocupado a los contrarios. A pesar de la marca especial que propuso el rival sobre el chocoano y que por momentos logró borrarlo del juego, cuando le quedó la oportunidad supo aprovecharla y darle la tranquilidad al equipo.
Wilberto Cosme: Anda en racha y eso toca aprovecharlo. Aunque por momentos luce atropellado, Millos ha encontrado en él la razón perfecta para olvidarse de….cómo era que se llamaba? Bueno, ese que se fue a jugar a un equipo argentino.
Harrison Otálvaro: Sustituyó a Tancredi promediando la segunda parte. Entró conectado y dinámico, se juntó bien con Robayo y encontró su premio con ese buen gol que anotó.
Rafael Robayo: Sintió el impulso que le dio la tribuna cuando se presentó para hacer su ingreso a la cancha. Entró a cumplir una clara función de ataque (me luce que el DT lo ve más como alternativa en la segunda línea de volantes) y cumplió. Si anota esa posibilidad que le quedó apenas ingresó, el estadio se hubiera enloquecido.
Matías Urbano: Creo que no se le han dado suficientes minutos al argentino. Quizá por esa razón entra un poco pasado de revoluciones. Creo que en su momento será buena alternativa de gol.
Hernán Torres (DT): Planteamiento acertado. Las sustituciones ordenadas (aunque un poco criticada la salida de Tancredi) le surtieron efecto. Me gusta que siempre está metido en el partido, dando instrucciones constantemente a sus dirigidos y tomando decisiones oportunas que el partido requiere.
El sábado Millos presentará, para mí, el primer gran examen del semestre. Es cierto que el rival no ha tenido buenos resultados, y que por ahora no se le ve cohesión como equipo, pero es innegable que cuenta con buenos jugadores, y que por ahí con una individualidad pueden complicarnos.
Pero este Milos es diferente, muy diferente al Millos de torneos anteriores. Este es un equipo con convicción, con actitud y que a eso le ha sumado una gran dosis de orden y trabajo táctico que seguramente no se la pondrá nada fácil al rival que por la inversión realizada, por ser el local y quizá por la nómina de que dispone, en el papel es el favorito de la crítica especializada.
Cordial y albiazul saludo.
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