Millos volvió a la senda victoriosa en la Liga tras cuatro fechas amargas matizadas con dimes y diretes, con rumores de rompimiento de grupo y con una pobre respuesta futbolística de parte de los jugadores.
La situación del equipo no resistía para el partido de ayer un resultado diferente a la victoria. Era preciso, perentorio, necesario y obligatorio vencer en condición de local a uno de los equipos, en teoría, más débiles de la Liga, firme candidato a deambular por los puestos poco honrosos del final de la tabla del descenso. Un resultado diferente al triunfo, habría significado ni más ni menos en una casi segura eliminación dados los compromisos que se tienen por afrontar.
Para ser claros, no vencer a Patriotas habría sido una muestra clara e inequívoca de que este Millonarios versión 2013-1 no merecería, por no tener con qué, acceder a la disputa del título que se otorga a mitad de año en el FPC.
Aunque no fue un partido de esos que uno llamaría redondo, Millos volvió a mostrar por grandes pasajes del encuentro muchas de las condiciones que lo llevaron a la obtención del título aquel 16 de diciembre de 2012.
Fue un triunfo no tan fácil como lo haría creer el abultado tanteador, pero más que merecido por la actitud de los jugadores que, no obstante, aún no están en lo más alto de su nivel futbolístico.
Irónicamente los goles de la victoria que le permiten al azul reingresar al grupo de los ocho privilegiados, fueron anotados por tres de los jugadores más vilipendiados, cuestionados e insultados por parte de aquellos hinchas «no tibios», de los que no tragan entero, de los que a pesar de su condición de hinchas no dejan a un lado su carácter crítico y objetivo.
La victoria alivia, es un bálsamo curativo para el dolor que sentimos al ver a nuestro equipo por fuera de los ocho primeros después de mucho tiempo de no padecer tales angustias pero, sobre todo, el triunfo de ayer es un espaldarazo, un golpe de confianza y un estímulo a la autoestima de nuestros futbolistas.
Es cierto que aún no se tiene ese nivel que llevó a Millos a comandar la tabla de posiciones durante casi todo el torneo anterior, pero con toda seguridad la holgada victoria le dará a nuestros jugadores ese aire en la camiseta que se constituye en un plus anímico de cara a los cuatro difíciles encuentros que tendrán que afrontar en lo que resta de la Liga.
La plantilla de jugadores en general tuvo un buen desempeño a lo largo del encuentro. Sin embargo, merecen especial mención jugadores como Erik Moreno que ayer se vio mucho más metido en el juego, asociándose con sus compañeros y hasta haciendo algunas jugadas que dan muestra de que es mucho más que ese jugador torpe y perezoso que muchos creíamos. Anotó un gol, y le sirvió a Robayo el balón con el tiempo y el espacio precisos para conseguir el segundo.
Precisamente Rafael Robayo fue otro de los destacados, no solo por los dos goles anotados, sino por que dio una muestra de su polifuncionalidad, primero cumpliendo con labores de marca en la primera línea de volantes y luego desdoblándose en función de ataque cuando el DT modificó el módulo táctico en el segundo tiempo. En el juego de ayer se acercó por mucho al Robayo anterior a su paso por la MLS.
Harrison Otálvaro sigue siendo de los jugadores que mayor dinámica muestra en el equipo y se convierte en la mejor alternativa de generación de fútbol cuando Mayer no está del todo claro en su juego.
Finalmente quiero destacar a Wason Rentería, quizá el jugador que más controversia genera entre la hinchada. Con humildad aceptó la decisión del DT de enviarlo al banco de suplentes, asumiendo que su desempeño no ha estado a la altura de lo que todos sabemos puede entregar. Ingresó promediando el segundo tiempo brindándole al equipo su despliegue físico para asumir el rol de único punta y apoyando en labores de recuperación de balón.
Participó en la jugada del tercer gol y anotó el mejor de la tarde, festejándolo sin ánimo revanchista y dedicándoselo a los asistentes al estadio a pesar de las duras críticas e insultos de los que ha venido siendo objeto. Curiosamente su gol fue el que nos permitió reingresar al grupo de los ocho, ratificando que los goles que hace, aunque no son en la cantidad que muchos esperan, suelen ser de alta importancia para los objetivos del equipo.
En conclusión, el triunfo reconforta, nos mete de nuevo en la conversación pero aún falta lo más duro para concretar la clasificación a cuadrangulares. Esta Liga no muestra a ningún equipo claramente superior a los demás. Las diferencias en puntos son mínimas. Millos es hoy octavo a solo cuatro puntos del líder, a tres del segundo y a uno del sexto.
El calendario no se presenta fácil para clasificar pero el equipo aún depende de sí mismo. La suerte ha querido que en este remate de calendario enfrentemos a rivales directos en la lucha por los sitiales de privilegio, por lo que las posibilidades de ingresar en la disputa por la retención del título están enteramente en los pies y la cabeza de nuestros futbolistas, así como en la sapiencia y astucia del cuerpo técnico.
Con toda seguridad si el fútbol, la suerte y los jugadores se alinean Millos tiene todas las capacidades y posibilidades no solo de ingresar a los cuadrangulares finales sino, además, de pelear con todos los argumentos la consecución de la estrella 15.
Cordial y albiazul saludo
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