Voy a tomarme la licencia “dictatorial” de escribir este post en dos secciones, para todos los gustos.
La primera parte de este está escrita en los términos en que gran cantidad de “hinchas” exigentes y de fino paladar quisieran leer en las diferentes columnas, blogs, artículos, etc. referentes a Millonarios.
La segunda está escrita en lo que es mi sentir tras la desilusión producida por la derrota sufrida ayer en Medellín
Lo que quieren leer esos “hinchas”
De manera humillante el equipo verde de Medellín apabulló al nuestro, lo pasó por encima porque la nómina de Millonarios está plagada de jugadores de quinta categoría que deberían estar jugando en cualquier equipo de la B, dirigidos por un cuerpo técnico fracasado que no tiene idea de lo que es dirigir a un equipo de tanta alcurnia, tanto poderío económico e institucional como Millonarios y todo es culpa de esta pésima dirigencia que en mala hora llegó a la institución sacando a sombrerazos de sus honrosos puestos a esos prohombres, a esos ilustres caballeros como eran los beneméritos y nunca bien ponderados Luis Augusto García y Juan Carlos López.
Es inaceptable que esto le suceda al equipo por el que pasaron nombres verdaderamente grandes e ilustres como Alfredo Di Stéfano. Adolfo Pedernera, Marino Klinger, Alcides Aguilera y otros tantos que llevaron a Millonarios a ser considerado por muchos especialistas como el mejor equipo del mundo.
La derrota en esta Copa Postobón es lo más humillante que hemos padecido en los casi 70 años de historia y la hinchada verdadera, aquella que supo que alguna vez contamos con esos grandes equipos que se pasearon victoriosos por todas las canchas del país, del continente, del mundo, de la galaxia; esa hinchada que fecha a fecha se sacrifica sacando dos horas de su tiempo para sentarse a ver por televisión al otrora equipo del alma; debe sentar su enérgica voz de protesta para que lleguen al equipo dirigentes visionarios, cuerpos técnicos triunfadores y jugadores de la alcurnia de aquella época dorada….qué desgracia es ser ahora hincha de Millonarios.
Bueno, espero con los párrafos precedentes haber saciado en parte la «sed de sangre» de ese grupo de “hinchas” insatisfechos a los que tanto ofende la opinión optimista, no fatalista de quien escribe estas líneas.
Un tuitero, muy acertado, escribió a mi cuenta una frase bastante apropiada para estos casos: “Estuvieron comiendo m**** durante 24 años y ahora vienen a dárselas de tener un paladar muy fino”….Reflexionemos!
Mi opinión
Obviamente siempre será doloroso perder, y más si lo que se pierde es una final, y más si la final se pierde contra el más enconado de los rivales en el FPC, pero por mucho dolor que se sienta NUNCA voy a ensañarme con odios e improperios hacia los jugadores, técnico y dirigentes que el destino tiene, hoy por hoy, defendiendo los colores de mi equipo del alma. Claro está que hay que reconocer que varios de estos jugadores no están en su mejor nivel.
No obstante, siento que Millos en medio de todo hizo una presentación decorosa en esta final, con todo y las limitaciones que el bajo nivel de varias de sus fichas claves acarrean.
En Bogotá se rescató un punto de un partido que estaba prácticamente perdido, mientras que en Medellín hizo un partido mano a mano, en el que cualquiera de los contendores hubiese podido resultar triunfador.
Una pelota quieta, en la que prima la capacidad técnica y el talento del cobrador, fue la que definió el juego a favor del rival. Nacional tuvo sus chances de ampliar la ventaja, pero también Millos las tuvo para igualar, e incluso, antes del gol del verde, nuestro equipo lucía un poco más claro y peligroso en el arco rival.
Los comentaristas en prensa, radio y televisión en su gran mayoría coinciden en que la final fue disputada por dos grandes equipos, quizá los dos mejores de la actualidad futbolística del país. El rival fue más contundente, efectivo y, si se quiere, fue justo triunfador, pero Millos a punta de actitud y amor propio, trató de equilibrar las falencias de sus individualidades, dejando a la postre la imagen de ser un digno finalista y un firme candidato para llegar a la final para disputar el título de Liga.
Se esfumó una ilusión, pero queda la más importante, la que otorga estrella y cupo a la Copa Libertadores. El trabajo ahora es superar la amargura de esta derrota y llenarse de motivación para iniciar a partir de este miércoles el camino victorioso hacia una nueva estrella.
Queda una gran ilusión para los hinchas (menos para aquellos del paladar fino) y estoy seguro que, como sucedió tras la eliminación de la Suramericana en 2012, nuestros jugadores están con la sed de revancha y se la van a jugar a fondo para acceder a la finalísima de Liga, ojalá contra el mismo rival, para que la revancha sea completa!
Cordial y albiazul saludo
@azulhstalatumba