Doloroso porque fue Millonarios el equipo que puso el fútbol, el orden, la actitud, el pundonor y las acciones de gol sobre el gramado del Nemesio.

Doloroso por esa gran masa de hinchas azules que, ilusionados con derrotar al odiado rival, colmaron las tribunas del Nemesio hasta donde nos dejaron, pues por esa extraña decisión de darle cabida a la hinchada visitante, son muchos los asientos que dejan de ocuparse.

Doloroso porque aunque aún el equipo se mantiene dentro de los ocho primeros clasificados, el Deportes Tolima, con tan solo un punto menos que nosotros, tiene por delante dos compromisos relativamente fáciles en condición de local, situación que obliga a Millonarios a lograr dos buenos resultados enfrentando a dos de los clubes favoritos al título.

Doloroso porque, aun desplegando una de las mejores propuestas de fútbol dentro de los equipos del rentado nacional, Millonarios todavía no tiene asegurada su participación en los play off que definirán el título de esta Liga Águila.

Doloroso porque el equipo de Lunari, encontrando el equilibrio que tanto se le pidió durante gran parte de la Liga, ha fallado en lo que fue una de sus principales fortalezas: la efectividad en el arco contrario.

Doloroso porque en los últimos partidos jugados por Millos la diosa Fortuna no ha estado de nuestro lado. Jugamos cada partido mejor que el anterior, pero dicha mejoría no se traduce en la misma proporción en la tabla de posiciones.

Doloroso porque nuevamente Vikonis fue un espectador de excepción sobre el terreno de juego. Ya no tiene que vestirse de superhéroe para mantener el cero en su arco, gracias a que en los dos recientes partidos ha tenido el respaldo del cuarteto defensivo que, a mi juicio, debe mantenerse como titular por lo que nos quede de vida en la presente Liga.

Doloroso por el magnifico despliegue físico y futbolístico de la línea de volantes que hoy contó con Fabián Vargas como cabeza de área; y Macalister y Robayo realizando la doble función de defensa y de generación de fútbol (sigo sin entender por qué razón algunos tachan a Robayo como un jugador frio).

Doloroso por la gran cantidad de opciones CLARAS de gol que se generaron a lo largo del partido que lamentablemente se desperdiciaron. Tuvimos todo para golear al rival, pero el arco rival parece habérsenos cerrado.

Doloroso porque indudablemente tenemos cómo pelear por el título de la Liga, con un equipo altamente competitivo y a la altura de otros quizá mejor conformados y mejor administrados pero, igualmente, con serías posibilidades de quedarnos por fuera de la fiesta final.

De mi parte, como hincha raso de Millonarios, no tengo nada que reprocharle al equipo. Un equipo que cada partido deja el alma y hasta la última gota de sudor en la cancha.

Me siento orgulloso de ver a un equipo con gran personalidad y coraje poniendo en aprietos y haciendo ver mal a sus rivales; pero me angustia sentir de espaldas al Cristo (del fútbol).

Jugando como Millos viene jugando, no me cabe la menor duda que el equipo tiene las armas, las herramientas y el fútbol suficiente para sacar la cantidad de puntos necesarios para asegurar su clasificación.

Solo resta esperar que la puntería que tanto nos acompañó al principio de la Liga reaparezca, y se pueda certificar en el arco contrario, las buenas exhibiciones de fútbol que viene haciendo el equipo.

Semana difícil la que se viene. Dos compromisos –por Copa y por Liga-, frente Equidad y el DIM. en los que Millos se juega el semestre y gran parte de su año futbolístico… ojalá que los dioses del fútbol se pongan de nuestro lado.

Cordial y albiazul saludo

Twitter @azulhstalatumba