De infarto, emotivo de principio a fin resultó el partido del sábado en la noche, el cual, Millos estaba obligado a ganar si quería seguir con opciones serias en la carrera por la clasificación a los playoff.

No fue tan redondo ni tan bien afrontado el juego, como los recientes frente a Envigado y el verde montañero. Esta vez las angustias defensivas volvieron a aparecer, más por errores y fallas individuales que por deficiencias en el funcionamiento colectivo. El arquero Vikonis, esta vez sí, tuvo que desempolvar su traje de héroe.

Tras la ventaja inicial, Millonarios se dejó estar del rival, dejó que el partido se hiciera de ida y vuelta y, si bien, contó con algunas opciones para ampliar la ventaja, el DIM se arrimaba constantemente a nuestros predios con algún grado de peligrosidad.

El empuje del DIM, no obstante, encontró en varias ocasiones un aliado en las extrañas decisiones arbitrales: Un clarísimo tiro de esquina a favor de Millos señalado por el asistente pero que el juez central desistió de otorgar; la falta inexistente que pitó a Román Torres –con tarjeta amarilla incluida- que terminó en el empate pasajero del DIM; un desborde de Lewis Ochoa quien medio metro antes de la línea final sacó un centro hacia atrás que, si bien no encontró destinatario entre los azules, ya el asistente había señalado como saque de puerta como si el balón hubiese abandonado la cancha; son solo algunas de las perlas de la terna arbitral.

Contra esto, contra el empate del DIM iniciando el segundo tiempo, y contra nuestros propios fantasmas, el azul, haciendo gala de altísimas dosis de pundonor, actitud y testosterona al límite, acorraló al rival en su cancha, lo peloteó, vulneró su línea defensiva con los punzantes pases entre líneas de Mayer, el desequilibrio de Maxi, y la actuación descollante de un Rafael Robayo quien partido a partido retoma el protagonismo y el fútbol que lo han convertido en ícono para una gran parte de la hinchada albiazul.

Pase gol para el de Maxi, y la magistral definición para la tercera y definitiva anotación rubricaron para Robayo el calificativo de figurón del partido y lo consolidaron como el mejor jugador del equipo en lo que va de la Liga 2015.

Fue de infarto, porque  con el empate el partido parecía irse de nuestras manos, y con él, las esperanzas de clasificación a la siguiente fase de la Liga. Esta vez los dioses del fútbol estuvieron de nuestro lado y nos permitieron lograr una victoria emocionante, aguerrida, luchada y muy merecida.

Y de infarto será la última fecha del todos contra todos porque, lamentablemente, los resultados de la fecha no permitieron que tengamos aún asegurada la clasificación y nos obliga a lucharla en el derbi bogotano contra el “Querido Vecino”. Increíblemente, por lo apretado del torneo, con 32 puntos y una importante diferencia de gol a favor podría Millos quedar apeado de la definición de la estrella.

Una victoria en el clásico nos dejaría automáticamente en la fase definitiva de la Liga; un empate o una derrota nos obligaría a “volear” camándula para que Junior y Tolima, LOS DOS, no triunfen en sus respectivos partidos.

No me cabe duda que, por lo que ha mostrado Millos en estos últimos partidos por la Liga, tenemos el fútbol suficiente para derrotar al “Querido Vecino” pero, como todos sabemos, los partidos no se ganan antes de jugarlos. Hay que afrontar este juego como lo que es: ¡una verdadera final anticipada!

Que la fuerza y todas las deidades futbolísticas estén de nuestro lado.

Cordial y albiazul saludo!

Twitter @azulhstalatumba

PD: Por si a alguien le inquieta, o le interesa conocer la razón por la que me refiero a Santafe como al «Querido Vecino», en este enlace encontrarán la razón. Es un post escrito en 2007 o 2008 por un blogguero de ElTiempo.com que se hacía llamar primero campeoni…o algo así.

http://independientesantafe6.blogspot.com/2008/07/querido-vecino.html