Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Por PanzaVidela

Sobre el partido

Ayer en Cali los pocos aficionados que asistieron al Pascual Guerrero tuvieron la ocasión de ver dos equipos que expresan un fútbol acorde a su triste y oscuro presente. Como para haber sentado juntos en una misma tribuna a un Juan Manuel Battaglia y a un «Pájaro» Juárez. Sin comentarios.

Para no centrarnos en la crítica hacia ambos equipos intentemos rescatar lo positivo en ambas escuadras. Por los lados de los «Diablos Rojos» hay que valorar la motivación y profesionalismo de un grupo de jugadores a los cuales no les pagan hace varias quincenas. Eso, dentro de las innumerables limitaciones y penurias de su nómina, hay que valorarlo. Por los lados azules, y hablando del tema estrictamente futbolístico, se le ve al equipo mucho más «suelto» a la hora del ir al ataque. Los argumentos del medio campo hacia delante aparecieron en los últimos dos juegos. Desdoblamiento de laterales al ataque (especialmente Casierra), toque de primera intención, velocidad y sorpresa en los jugadores del medio campo.

Las tres razones fundamentales por las cuales se pierde un partido que era tranquilamente «ganable» fueron:

1- Es inadmisible cobrar en un mismo partido 2 penalties como lo hicieron Ulloque y
    Ramírez. El primero, víctima de su inexperiencia, ejecutó tan suave como si en el
    arco estuviera su hermana. El segundo, víctima de un «exceso de confianza» ejecutó   
    como si en el arco estuviera la Madre Teresa de Calcuta. Y eso, en un equipo con las   
    necesidades apremiantes como las que tiene Millonarios, lo dan como razones justas   
    para no llevarse ni un solo punto en el maletín.

2-  Los errores compartidos en la zona defensiva se han convertido en cuentas de cobro   
     que los rivales nos pasan por ventanilla. Como no tenemos un arquero «salvador» en
     el arco, los pocos errores de los juveniles Henríquez y Franco en la zaga terminan en
     gol. Estos errores son perfectamente entendibles en estos dos juveniles que vienen
     haciendo un gran semestre como pareja de centrales.
Pero en una de diez que se    
     equivocan, el balón termina adentro. La realidad dice que Obelar -por lo mostrado   
     hasta le momento-  no es el arquero ganador de puntos que necesitamos.

3- Se le llama falta de jerarquía al no saber administrar un marcador que es favorable y al    
    dejarse «voltear» un marcador (1-2) como nos pasó ayer en Cali. Nada más peligroso
    en el fútbol que sentirse ganador cuando aún restan 40 minutos por jugar. Y esto es
    algo normal en un equipo con un promedio de edad muy jóven y al que aún le faltan
    muchos minutos por jugar para poder exigirle esa «jerarquía».

Sobre Millonarios

Mientras tanto en «Ciudad Lópica» nuestros súper héroes (López, García, Rendón, Reyes y Robledo) siguen pensando en la manera para salvar su patrimonio (¿Salvar su patrimonio?) antes que ceder una «pizca» de poder, en vistas a la próxima asamblea extraordinaria citada para dentro de 15 días.

Contemplando las cartas que ofrece la actual baraja de posibilidades me preguntaba acerca de aquella marcada con el nombre de «Liquidación» y pensaba -por un momento- en lo que sería –poniéndonos en la situación hipotética, aunque no imposible– que en este momento aparecieran 30 mil millones de pesos en Millonarios.

¿Como sería la realidad si ese dinero en lugar de utilizarlo para pagar la deuda creada por la peor administración que hayamos visto en la historia de nuestro equipo, fuera utilizada -por poner un ejemplo- en el comienzo de un nuevo club? Con 30 mil millones se comienza muy bien un equipo de fútbol. Se haría un club muy poderoso.

Aunque tendríamos que presenciar el triste espectáculo de ver a nuestros súper héroes huír en su bote salvavidas -en el que ya están montados- sin un peso del botín. Mientras el otrora súper navío que es Millonarios va a parar al fondo del mar. Con todo el peso de su deuda.

Aunque suene un poco descabellado, esa carta está en la baraja de posibilidades.

¡Saludo Albiazul!

Compartir post