La celebración no ha cambiado.
Tampoco los anfitriones y convidados. Quizás los motivos (o las excusas) y los
preámbulos del regocijo. El paso del tiempo recobra su memoria en las
celebraciones de diciembre. 


 

 

Luces y sombras citadinas

 

 

  «En la
iluminación de la ciudad con velitas participaba toda la población. En la
oscura Santafé, con las perspectivas de sus calles rectas, encaladas en blanco,
este se convertía en un espectáculo magnífico y fantasmagórico. El día por
antonomasia de iluminación era el 7 de diciembre, víspera de la «Pura y Limpia
Concepción, Patrona Universal de España y de las Indias».


Pedro María Ibáñez.
Crónica de Bogotá. S XVII.

 

El juego hipnotizador

 

 

                 Bogotá azul. Juegos pirotécnicos de un centro comercial. Fotografía Gettyimages

 

   «La
pólvora era otro objeto infaltable. El polvorero como profesión sobresalía como
un oficio misterioso y admirado. En la zona de Santafé debía existir alguna
especialización local. Los Juegos de
Zipaquirá
los nombran en repetidas ocasiones haciendo referencia a un tipo
especial de juegos pirotécnicos».


Julián Vargas Jurado. Crónica de Santafé s. XVIII.