La Navidad es una celebración y la comida un
placer. Ambas son un encuentro en familia, una fiesta alrededor del regocijo y
un espíritu que nos cobija cada año. Es una intimidad ceremoniosa que se expresa
en símbolos como el árbol de Navidad o los Pesebres, cuya contemplación no deja
de asombrar a grandes y chicos de la ciudad en Pascua.
Bogotá, diciembre de 1944.
Archivo. Fotos Antiguas de Bogotá. facebook. 2007.
La buena
comida…
«En la Nochebuena los buñuelos eran el emblema
de la época, y los hacendados de tierra caliente se hacían un deber de manar el
regalo de melado a sus amigos, regalo que no bajaba de un zurrón por cada casa,
y los conventos enviaban una o dos cargas a los procuradores para endulzar sus
cuentas con los provinciales».
Juan Manuel
Groot. Crónicas S. XVIII
Lumbreras decembrinas
Pesebre en Unicentro
«[…] pero
los pesebres sobretodo era lo que más fijaba la atención. Casi no había casa
donde no pusieran pesebre. Había entre los maestros de oficios y
principalmente, entre los sastres, ciertos varones eruditos que lo entendían
para poner pesebres y bosques, y nótese de paso que los sastres siempre han
sido eruditos entre nosotros»
JM Groot.
Crónicas S. XVIII
Invocaciones
infaltables
«La familia
de alguna casa hacía la novena de aguinaldo a las siete de la noche, y en
muchas de ellas había convidados, después del rezo era la exhibición del
pesebre […]».
JM Groot. Crónicas
S. XVIII