Camila Vallejo y los movimientos estudiantiles en América y Oriente Medio

            Camila Vallejo, mezcla de inteligencia y belleza


 Cada generación estudiantil
que buscó las reformas convierte a sus líderes en iconos mediáticos: Dany «El
Rojo» en el mayo francés o Camila Vallejo en el movimiento estudiantil austral. Y es que la estudiante de geografía de la Universidad de Chile reúne los requisitos
para tener a los medios en su bolsillo: hermosa, inteligente, intrépida y
valiente. Señalada por su tendencia comunista y sectaria, recuerda la frase que
pronunció -seguramente- Winston Churchill: «quien a los veinte años no es de
izquierda, no tiene corazón; y quien a los sesenta no es conservador, no tiene
cerebro».

 

   La revuela estudiantil comenzó por el
anunció del presidente Sebastián Piñera de aleccionar la empresa privada y
vincularla con la sostenibilidad de la educación superior pública. Novedad que
de inmediato levantó voces de protesta y conllevó a un paro nacional educativo
de dimensiones que el empresario y presidente no calculó ni previeron sus
ministros de gobierno. La ciudadanía está con los estudiantes y la figura de
Camila Vallejo se asemeja a la Michelle Bachellet o Gabriela Mistral en
diferentes sondeos de opinión. Cada visita suya a diversos países de la región
(Brasil, Argentina, Uruguay) es un suceso mediático y una oportunidad de los
mandatarios para escuchar a la «rosa de los estudiantes», como se titula un
video dedicado a ella.

 

 La revuelta estudiantil no sólo es de Chile,
sino que se extiende por los continentes y diferentes sociedades. En el Medio
Oriente la llamada Primavera Árabe se inició con la inmolación de Mohamed
Bouazizi, un joven vendedor de frutas que no aguantó su situación y decidió
inmolarse, prendiéndose fuego en el palacio de gobierno de Rabat. Y ha
desencadenado levantamientos insospechados en regímenes dictatoriales cuyos
presidentes actúan con poder absoluto y sin oposición visible. Marruecos,
Egipto, Libia, Yemen, Siria. Son países cuya política está en agitación
extrema, unos con saldos de víctimas mayores que otros. Con una similitud
curiosa: la importancia de las redes sociales como herramienta de movilización
ciudadana.



                    Inmolación de Bouazizi, que inició el movimiento juvenil en Oriente Medio

   

En Estados Unidos el movimiento Ocuppy Wall Street está empeñado en
hacer recapacitar a la sociedad estaudinense sobre el inhumano y paquidérmico
sistema económico y financiero. Ya en Harvard, el reconocido economista
neoliberal Gregory Mankiw recibió una lección de dignidad y sentido de
responsabilidad de los estudiantes primíparos de su cátedra de «Introducción a
la economía». 

 

El mundo está
cambiando, y los estudiantes y jóvenes retoman las banderas de la consciencia
nacional, cultural y educativa de su sociedad respectiva. De un cambio, de una
apuesta, un «¡no más!».