Brasil ya ha enfrentado críticas por el aumento de la violencia en las favelas que rodean Río de Janeiro, su falta de preocupación por el virus Zika y el desalojo de miles de lugareños para hacer espacio a los Juegos Olímpicos. Ahora, dos estudios no publicados, y obtenidos por Reuters,  informan de la existencia de «superbacterias», identificadas como Klebsiella pneumoniae carbapenemase (Klebsiella o KPC), frente a las playas de Río, donde eventos de remo, piragüismo y natación se llevarán a cabo durante los Juegos Olímpicos de 2016. Estas «superbacterias» son causadas por un tratamiento inadecuado de las aguas residuales. Council on Hemispheric Affairs, 15.06.2016.

Cada cuatro años, como enviados del cielo, descendían sobre la Antigua Grecia los Juegos Olímpicos. El deporte y la exigencia atlética de únicamente quienes eran hombres libres y hablaban griego establecían una tregua o paz olímpica. Era una fiesta. Y la vida pública quedaba paralizada, suspendido el ajetreo oficial, ofrendado en el altar de las relaciones panhelénicas. Comenzaron en el año 776 a. C., y tal vez desde entonces, el deporte y sus competencias estrictas se instalan en el calendario como remansos de la vida de todos los días, y se ponen al servicio de la aspiración suprema del hombre de llegar a ser como los dioses.

Solo que aunque parezcan configurar un globo de ideales exento de problemas diferentes de retrasos en las obras o un suministro irredento de condones  -como si los asistentes en vez de ir a competir se reunieran para establecer marcas de fornicar-, los grandes eventos internacionales, continentales o mundiales del siglo XXI son una multitud de pares de zapatos deportivos parados en una bomba de tiempo.

Este año va a ser así. El próximo 3 de junio, cuando Colombia se enfrente a los Estados Unidos y la pelota ruede en el Levi’s Stadium de San Francisco (California) inaugurando la Copa América Centenario 2016, habrá comenzado una serie de eventos que no terminará hasta el 18 de septiembre en Brasil. Ahí estarán la UEFA Euro 2016 en Francia y su Tour glorioso, y los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Río de Janeiro, celebrándose en países azogados por la candela social y el espectro del desbarajuste económico, la refriega de las migraciones y los refugiados y el fantasma espeluznante del Estado Islámico.

La copa de los inmigrantes

Muchos de los países que juegan esta copa que se celebra por primera vez en Norteamérica, están en el tiro al blanco recibiendo las saetas de Donald Trump (¿el próximo presidente de los Estados Unidos?) contra los inmigrantes. Repartidas fundamentalmente en las dos costas, las 10 sedes de la copa recibirán 11 países de Centroamérica, Suramérica y las Antillas, que disputarán la pelota con el anfitrión. Encabezados por México, que aporta el 63% de los habitantes de origen hispano, estarán en Los Ángeles, la ciudad con más población latina en los Estados Unidos, que a su vez, aporta al torneo el estadio con mayor capacidad (Rose Bowl, 91.136 espectadores).

¿Habrá en las tribunas pancartas recordándole a Trump que debe desdecirse de la prometida infamia del muro? ¿Pondrán alguna atención a este evento los candidatos a la presidencia, recordando que los 55,2 millones de latinos en los Estados Unidos (solo la mitad está registrados para votar) son el 17%de la población total del país?

La paradoja es que la justicia del anfitrión redujo tras las rejas a la dirigencia mayor de los organizadores. Cierto. El 27 de mayo se cumplió el aniversario del momento en que durante el congreso de la FIFA, las autoridades suizas se llevaron esposados a algunos de esos zares corruptos. “Hoy, el llamado Fifagate, en cabeza de la justicia estadounidense, en una investigación liderada por la fiscal Loretta Lynch, entrega un balance de 17 personas detenidas que aceptaron su culpabilidad (entre ellos, el expresidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Luis Bedoya), otras nueve que aún no admiten cargos y ocho más que están pendientes de ser extraditadas”.

La Copa se acaba el 26 de junio en New Jersey, y el 3 de agosto, “están citados a una audiencia en el tribunal federal de Nueva York nueve acusados que se declararon no culpables”. Allá irán a parar algunos que encabezaron la movida del fútbol en varias naciones asistentes: el expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol José María Marín , el expresidente de la Federación Venezolana Rafael Esquivel, el expresidente de la Federación Nacional de Fútbol de Guatemala Brayan Jiménez, el expresidente de la Federación Costarricense Eduardo Li, el expresidente de la Conmebol Juan Ángel Napout y el expresidente de la Federación Nicaragüense de Fútbol Julio Rocha, extraditado recientemente desde Suiza.

Estados Unidos le dice adiós este año a Barack Obama quien, con todos sus méritos y su elegante forma de bailar tango, no pudo evitar dejar el barco al borde de la zozobra económica. La clase media estadounidense está en una verdadera crisis, los ingresos han disminuido en el 80% de todas las áreas metropolitanas, el 22% de los trabajadores está pasando agua, cada día hay más personas saltando matones entre dos o más empleos, entre otras razones, para pagar los abominables préstamos educativos. Pero eso no es lo malo. Casi todas ellas están encantadas con Trump.

Y sin embargo, el problema, el verdadero problema, está a 7666 kilómetros cruzando el Atlántico, con la celebración de la UEFA Euro 2016.

Fútbol en el infierno

El 10 de junio, cuando en América estén jugando Chile y la Argentina de Messi contra Bolivia y Panamá, en Saint Denis, Francia y Rumanía darán comienzo a la UEFA Euro 2016. Son 23 equipos de Europa (entre ellos, España, Alemania, Inglaterra e Italia) y Turquía, que sigue golpeando a las puertas de las unión y tiene en sus fronteras, contenida pero creciente, la caja de Pandora de los refugiados.

No puede estar peor Francia para esta fiesta del mejor fútbol del mundo. Al momento de teclear esta nota, el país está galopando en uno de los conflictos sociales más graves de su historia, lo que es mucho decir en la fuente de la revolución. La reforma laboral (o Ley de Trabajo) tiene a la población borboteando en las calles, mientras el primer ministro Manuel Valls y el presidente François Hollande tratan de que no se convierta en melcocha su pulso de hierro. Sindicato tras sindicato se están sumando al violento reproche colectivo. Un tercio de las 12.000 gasolineras están cerradas, generando verdaderos motines entre la población. El puerto de Fos-sur Mer está bloqueado, y allí es donde llegan los barcos con el petróleo salvador. Las centrales nucleares trabajan a paso de vela, los camioneros bloquean y entorpecen el flujo de alimentos. Vienen paros de trenes, más vuelos anulados, el Metro de París rielando para precipitarse en la protesta, y la violencia y el vandalismo creciendo hasta en las villas más anónimas.

Y es porque Francia ya no es la de antes. Es como si un castigo de la historia hubiera cobrado a Europa las atrocidades del colonialismo, y el viento devolviera los barcos que una vez se dirigieron a Oriente por el Mediterráneo. Las imágenes de esta semana hieren: casi 6000 rescatados del océano en tres días, con un inexacto número de muertos, los refugiados creciendo y botes improvisados para navegaciones de argonautas cargados de confinados seres humanos proliferando hacia ese punto de la brújula.

Y está el Estado Islámico. La alerta antiterrorista movilizará a más de 90.000 agentes entre policías, gendarmes, militares, voluntarios y efectivos de seguridad privada para que esa copa adelfinada que simboliza al torneo no se manche de sangre. Pero la policía está cansada. Proteger vidas y bienes les está saliendo caro, porque en Francia como en muchos lugares del mundo, agredir y socavar la autoridad es la esencia del desafío. De crecer la repulsa, y con ella el espíritu violento, las dimensiones se ensancharán. Y a menos que Valls y Hollande den una vergonzosa reversa que podría llevar al colapso al gobierno socialista, el asunto se les puede salir de las manos.

¿Francia está lista para la Eurocopa? Amenazas terroristas, una huelga laboral que no se detendrá hasta que exista una negociación clara e inundaciones por doquier: Francia inaugura la copa del continente con una extensa bitácora de malas noticias. La seguridad está en vilo. El Espectador, 09.06.2016.

La marcha de los sucesos no les ayuda mucho. Hasta el 10 de julio, cuando la UEFA Euro 2016 debe terminar retornando a París para jugar la final, van a pasar muchas cosas. La primera, el 14 de junio, cuando en un día de partidos anodinos está convocada la gran marcha nacional, cuyo estallido nadie se atreve a predecir con certeza en términos de consecuencias. Nueve días después, el 23 de junio, se celebrará en el Reino Unido y en Gibraltar un referéndum sobre su permanencia en la Unión Europea. De los cuatro países que lo forman, Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte estarán en la brega hasta el 22 de junio que termina la fase de grupos. ¿Qué pasará con los que clasifiquen a octavos de final si ganan los separatistas?

El 26 de junio son las elecciones en el país de al lado, siendo España el actual campeón de la Eurocopa. Y el 2 de julio, cuando los octavos de final continúen en Burdeos, los aficionados al deporte no podrán despegar sus ojos de Francia. Ese sábado comenzarán en Moint-Saint-Michel los primeros 188 kilómetros del Tour de Francia 2016. Mon Dieu! Vive la France!

 Y hay más…

El 5 de agosto, el foco mundial brincará 8626 kilómetros hacia América del Sur, para fijarse en Brasil donde comienzan los Juegos Olímpicos Río 2016, empantanados en un país turbulento, agobiado por la crisis política, el levantamiento social y el desmembramiento moral donde el crimen y el atropello sexual han desbordado aún los recatos de la barbarie. El 18 de septiembre comenzarán también allí los Juegos Paralímpicos.

Y yo quisiera analizar ese asunto, pero ahí les dejo ese trompo en la uña…

Un grupo de 150 científicos y expertos en salud de universidades prestigiosas como Harvard, Columbia o Zúrich han enviado una carta abierta a la Organización Mundial de la Salud (OMS) urgiéndole a que “reconsidere” su posición y tome la postura “ética” de recomendar el retraso o reubicación de los Juegos Olímpicos previstos este verano en Río de Janeiro debido al virus del Zika. El organismo ya ha contestado. Argumenta que no tiene sentido porque no alteraría de forma «significativa» la expansión del virus.

http://internacional.elpais.com/internacional/2016/05/27/estados_unidos/1464381165_188107.html

http://rioolympicslater.org/

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades brasileñas creen que la expansión del virus del Zika en Brasil no justifica el retraso de los Juegos Olímpicos de Río, que arrancan el 4 de agosto. Tampoco su reubicación. “No hay razones de salud pública” para ello, dice la OMS en respuesta a la carta abierta de más de 150 científicos que reclama posponer o desplazar a otro lugar las competiciones debido al virus, asociado a problemas neurológicos graves. Figuras mundiales del deporte también han mostrado su preocupación por el zika.

http://internacional.elpais.com/internacional/2016/05/29/actualidad/1464473276_222103.html

www.carlosgustavoalvarez.com