Con la muerte del gran actor mexicano Rubén Aguirre, se ha comenzado a especular sobre las razones por las que nunca, nunca, capítulo tras capítulo, triunfó el amor amor entre doña Florinda y el profesor Jirafales. ¿Por qué no formalizaron su relación? ¿Por qué no se casaron?

Y claro, hay lugar para el chiste, para la sonrisa que cada semana nos regala aún la vecindad de “El chavo”. Diversos medios emiten sus explicaciones, entre las cuales sobresalen:

  1. Porque a doña Florinda se le acabó el café y por eso no le pudo volver a invitar a tomar más tacitas.
  2. Porque algo ocurrió mientras tomaron la última tacita de café, momento del que nunca se enteraban los televidentes.
  3. Porque al profesor Jirafales lo trasladaron para una escuela remota.
  4. Porque a doña Florinda le hacía daño el humo del tabaco.
  5. Porque el profesor Jirafales era casado y nunca dijo.
  6. Porque Kiko siempre se opuso y doña Florinda eligió que su hijo fuera feliz y ella desgraciada.
  7. Porque volvió el papá de Kiko, que era marinero y cuyo destino, se había creído, terminó en las fauces de una ballena o de un tiburón.
  8. Porque el profesor era pensionado, el costo de vida se lo comió y no pudo volver a llevarle flores a doña Florinda.
  9. Porque el profesor Jirafales sinceramente se cansó de verla siempre con rulos.
  10. Porque el día que doña Florinda se quitó los rulos, se quedó esperando al profesor Jirafales.
  11. Por la diferencia de altura.
  12. Por el genio de doña Florinda.
  13. Por el genio del profesor Jirafales.
  14. Porque así es la vida.

 

El amor imposible

Más allá de este abanico de razones cruzadas, la historia de doña Florinda y del profesor Jirafales encarna el drama de los amores imposibles.

Un hombre y una mujer que se sienten más que atraídos, arrobados el uno por el otro. Que tienden entre sus almas y sus mentes puentes innatos e intactos de afinidad. Que construyen con sus palabras un universo del cual son autores. Que abocan el final de ese camino de búsqueda incesante, del buque que encuentra su puerto de destino, de quienes saben que, por fin, no tendrán que comenzar otra vez, como canta Serrat: “Con un amor de contrabando, pasar la vida debutando”.

Es una historia de todos los días, que viven aquellos que se saben unidos en sus almas, pero que jamás podrán estar juntos. Los amores imposibles.

Es una historia distinta de aquellas en las que el amor se acaba. Y ahí está su drama. El amor estará siempre presente, inagotable, en la incesante espera de un imposible “tal vez”, de un mañana soñado. Y el recuerdo de ella y de él permanecerá en sus mentes, difícil de arrancar, extirpar y negar.

Doña Florinda, profesor Jirafales: ¿quieren pasar a tomar una tacita de café?