Esto es algo histórico, ha costado mucho trabajo pero al final la diplomacia de paz tiene que ser la diplomacia que marque el tiempo histórico. Estamos en el siglo XXI«, declaró Maduro tras su arribo al aeropuerto habanero «José Martí».

http://www.efe.com/efe/america/portada/maduro-y-ban-llegan-a-cuba-para-asistir-al-historico-pacto-colombiano/20000064-2965156

 

Aunque la presencia de Nicolás Maduro en el acto de anuncio de cese al fuego es un reconocimiento a sus buenos oficios (cualesquiera que hayan sido) en ese propósito, tiene muchas lecturas, algunas de ellas, peligrosas y desagradables.

Esa tribuna le da oxígeno de patriota y demócrata a un gobernante que está acabando con su país y cuyas acciones han afectado seriamente al nuestro.

La situación de pobreza que vive Venezuela, con su economía colapsada y los hasta ahora amagos de guerra civil, ha generado un éxodo monumental de sus habitantes. Ricos y pobres han emigrado de su patria, ante la visible carencia de futuro y un presente amargo que amenaza convertirse de un momento a otro en una caldera del diablo.

Llegan hasta El Doral, una ciudad en el condado de Miami – Dade, hasta donde se ha extendido el enfrentamiento, pues hay pobres solemnes y declarados y “boli-burgueses” asentados con todas las comodidades. En Bogotá hay una cada vez más creciente comunidad de ciudadanos venezolanos, muchos de los cuales ya se han insertado en el mercado laboral colombiano y otros están moviendo sus capitales por estos lados.

Cúcuta, que acaba de cumplir 283 años de fundada, está sintiendo hasta sus cimientos los 10 meses que lleva el cierre de la frontera. Hay desempleo e inseguridad, y la situación económica es una bomba de tiempo. Los colombianos quedaron impedidos de efectuar sus movimientos de trabajo y comercio, y cada día llegan por las trochas ciudadanos venezolanos y sus familias, huyendo del estío en que se ha sumido su país. La salud en Cartagena ya está alerta por la cantidad de mujeres embarazadas que vienen de Venezuela a esa ciudad a que les atiendan sus partos. Valledupar pasa sus propios días de canícula social por los recién llegados. El último reporte de esas migraciones forzosas corresponde a indígenas wayúu, que son el pueblo indígena más grande en Colombia y Venezuela.

¿Tiene el gobierno colombiano una estadística de cuántos ciudadanos venezolanos han ingresado legalmente al país y también por unas fronteras sin Dios ni Ley?

Sobre el cierre de la frontera, como en general, sobre lo que pasa en el país vecino, el gobierno nacional ha sido vergonzosamente indiferente. La invitación a Maduro a los actos en La Habana abofetea a la corajuda, aunque a veces torpe oposición, pues sitúa al sátrapa en la palestra de los redentores.

Queda olvidado también el hospedaje dado a la guerrilla por el gobierno venezolano y la dupla Chávez – Maduro, que no es cosa del pasado, como se acaba de evidenciar con los hechos del Catatumbo. Para quienes han tomado partido en el penoso enfrentamiento Santos vs. Uribe, la invitación a Maduro se entenderá también como un mensaje explícito al ex presidente que habló alguna vez del “eje Santos – Maduro – Timochenko”.

Maduro no desaprovechará la oportunidad de hacerse visible, asido al bienestar de hallarse entre viejos amigos. Es este, pues, uno de esos casos en donde la gratitud se expresa con los ojos cerrados. Y los oídos, también.

LA OEA DEBATE LA POSIBLE APLICACIÓN DE LA CARTA DEMOCRÁTICA A VENEZUELA. http://www.livestream.com/oasspanish2