Buscamos que de esta manera nos permitan ejecutar políticas públicas en las que el Estado pueda, aun sin el previo consentimiento de esas personas, intervenir para que se proteja la salud de los habitantes de calle y también la vida de quienes están permanentemente acosados por estas personas en las vías públicas”, afirma Dalila Hernández, secretaria jurídica del Distrito. http://www.eltiempo.com/bogota/habitantes-de-calle-en-bogota/16664032

Como en una cita pactada para una invasión, una avalancha de muchedumbres de precariedad, delito, pobreza y locura se ha tomado a Bogotá. Esta incursión creciente ha devastado en los años recientes un nivel aceptable de calidad de vida y bienestar que habían conquistado los habitantes de la capital.

Y hoy las calles de la primera ciudad de Colombia son una exposición de anarquía, en la que se sintetizan varios problemas nacionales como una incierta y falaz situación económica, el desgobierno, la falta de autoridad, la inequidad galopante, la real falta de oportunidades y las formas cómo distintos géneros de mafias se están engullendo al país.

¿Por dónde comenzar? Las huestes de la informalidad y la ilegalidad –tan cercanas, fáciles de mezclarse y encubrirse— han ocupado las calles con descaro. Todo tipo de ventas –de comidas azarosas, de contrabando evidente, de productos elaborados como forma milagrosa de buscar la supervivencia-, se extienden por los espacios públicos. Irreductibles. Quienes los detentan alegan el derecho al trabajo, y así parecen reconocerlo las autoridades que no los tocan.

Es una mentira. Trabajo es otra cosa. Trabajo es una ubicación en un aparato productivo, con garantías de pago justo, derechos y deberes de salud y de pensión, mínimas condiciones de bienestar. En la calle no hay nada de eso. Es el fracaso del aparato productivo y de la generación de empleo digno el que permite que cada día cientos de personas se sumen a esas huestes. En calles, semáforos, plazas…

Y si la autoridad se decide a retirarlos, como ocurrió con quienes ocuparon la calle 72, se trasladan a otros lugares. Ahí están en la plaza de la 85. Por ahí. Porque no hay un verdadero plan para insertarlos en un esquema productivo, porque se resisten o porque no tienen las condiciones ni se las buscan quienes deberían hacerlo.

Hay una falange de menesterosos que ha crecido y cada día se multiplica. Huérfanos de programas sociales, ansiosos de la ambrosía de la paz, llegados de otras tierras por la vía del desplazamiento o la búsqueda de algo mejor. Todo parece indicar que nada ha funcionado. De las costas, indígenas, con sus familias numerosas y extenuadas, van por todas partes pidiendo limosna. Los niños y niñas dizque para ayudarle a su mamá a pagar la pieza. Se sientan por ahí, se meten en restaurantes y centros comerciales, cómpreme esto o deme una monedita, por el amor de Dios.

En un reporte entregado por el Distrito se evidenció el incremento de personas que viven en la indigencia. En este último año se estima que hay más de 13 mil habitantes de calle, comparados con los 9 mil que había en la capital en el 2011. Así mismo, las localidades de la ciudad donde están ubicadas principalmente son la Candelaria, Santa Fe, Mártires y Puente Aranda. El informe también reveló que cerca del 88 por ciento de los comerciantes de la capital aseguran que los habitantes de calle son su principal problema. Por último, el 60 por ciento de las personas en la indigencia destinan sus ingresos a la compra y consumo de drogas. EL TIEMPO 30.07.2015

¡Cuánta pobreza entonces tiene Colombia! Cómo ha crecido la legión de habitantes y residentes en la calle, las y los que duermen entre cartones y cobijas raídas, muchos casi siempre drogados porque solo el pegante aspirado con angustia les permite soportar frío y lluvia en el pavimento. Y ahí están siempre montando guardia para pedir comida y monedas en los restaurantes lujosos o en los corrientazos, en las puertas de tiendas y supermercados.

La brigada de los dementes ha crecido. No se sabe si, como se rumora, es porque de otras ciudades los traen aquí o porque la locura se está multiplicando en la capital. Por ahí van con sus monólogos descabellados, sus ternuras y sus suciedades, el sentido perdido de quienes se masturban en público.

El enjambre de droga y delito que fue lanzado del Bronx y de las otras ollas está atravesando la ciudad, azuzados por las mafias para crear desórdenes y generar violencia y destrucción, como acaba de suceder en La Estanzuela.

Todos se juntan en TransMilenio. Los puentes del sistema han sido tomados –por vendedores, por mendigos-, que se tienden en el piso y se atraviesan al atafago de las horas pico, que usan las barandas como vitrina de exhibición. Y en las escaleras de acceso, la industria de la comida improvisada, las ventas, los asedios, todos apretujados y cubiertos. Y en los articulados, cada vez más vendedores de afán, vagabundos colados, limosneros, manoseadores. TransMilenio iba a ser otra cosa. La pobreza, la delincuencia, la ausencia de pedagogía y sanciones no lo han permitido.

Como hemos hecho con el crimen, con el delito, con la corrupción, con la mentira, ya esa invasión se ha vuelto paisaje. Una forma de vida natural. Nuestra. Propia. La Policía convive con eso. No pasa nada. Todos corremos metidos en nosotros mismos, protegidos y acorazados en nuestros audífonos. Sin mirar, sin protestar, sin entender que nuestra calidad de vida ya está en el piso. ¡Cómo se han pauperizado sectores como el Centro y Chapinero!

No me imagino cómo será eso en otras ciudades, desamparadas de la Ley y con un gobierno convidado de piedra, como Buenaventura. En todo caso, y como con la gente que llegó a Turbo y como la migración que viene de Venezuela, el país en la indiferencia de sus autoridades va a reaccionar cuando sea tarde. “Como aquí están en un proceso de paz, este debe comprender también justicia para los migrantes”, declaró un cubano, al que la cadena mafiosa prometió el sueño americano.

Son muchas cargas acumuladas esperando una firma con las Farc, el posconflicto y una Reforma Tributaria.

Bogotá ya está tomada.

www.carlosgustavoalvarez.com

VER

http://www.eltiempo.com/bogota/robo-masivo-en-transmilenio/16663081

http://www.eltiempo.com/bogota/mafias-del-bronx-siguen-en-la-estanzuela/16662659

http://www.eltiempo.com/bogota/censo-de-habitantes-de-calle-en-bogota/16634141

https://www.facebook.com/No-Mas-Vendedores-Y-Mendigos-En-Transmilenio-339115579598244/