Como ‘Triple Siete’ era conocido, según la investigación de la Fiscalía, uno de los taxistas que habría participado en la quema del Volkswagen que prestaba servicio de Uber, el pasado 17 de enero, en el sector de La Conejera, localidad de Suba. http://www.eltiempo.com/bogota/taxista-involucrado-en-caso-de-carro-incinerado-tenia-antecedentes/16808382

Los usuarios de Uber han mostrado su inconformidad con las altas tarifas que se están manejando en esta plataforma. Trayectos que usualmente cuestan 18.000 pesos alcanzan los 52.000; y en casos más absurdos, carreras que oscilan 25.000 pesos llegan a costar 113.000.

No la protagonizan uniformados ni camuflados sino ciudadanos que deberían estar viviendo en paz, si esta fuera verdadera. Pero no. Queman carros, rompen vidrios, agreden conductores, generan enfrentamientos con la Policía –que ahora, dicen, está deteniendo arbitrariamente-, y en todo caso, mantienen bajo una amenaza de zozobra y terror a los usuarios, siempre silenciosos, siempre pasivos, siempre incólumes en los atropellos.Mientras 6.300 de los otrora protagonistas del conflicto armado se trasladan a zonas especiales donde son recibidos con banderas blancas, una verdadera guerra ha estallado en las ciudades.

Es la guerra del transporte público, uno de esos sectores que no tiene pies ni cabeza, y que como muchos otros aspectos de esta patria en trance de festejo como lugar más feliz de la tierra, no tiene autoridad, ni gobierno, ni orden, ni un futuro diferente del caos.

Parece tierra de nadie.

Y es que la aparición de carros empoderados de la aplicación Uber, que entraron a disputarle con éxito, hay que decirlo, el servicio de transporte de taxis a los amarillos, le ha quedado grande al gobierno nacional y a su apéndice irresoluto, el Ministerio de Transporte, lo mismo que a los alcaldes y autoridades locales.

En ese maremágnum hay de todo. Carros con afiliación simbólica a empresas de transporte que legalizan con planillas de fábula el uso de la aplicación. Carros particulares que prestan el servicio al público, en forma individual o como colectivos. La gente, especialmente, los jóvenes los utilizan porque pagan con su tarjeta de crédito, porque los sienten seguros, porque los conductores son “decentes” y bien vestidos, y el carro no parece una pocilga, y porque la mala fama que algunos conductores de taxis amarillos han echado como bazofia sobre sus honrados compañeros ha espantado usuarios como si se tratara de una peste.

Este punto es tan cierto, que los taxistas profesionales que uno se encuentra a diario –cada vez más reforzados por mujeres conductoras— atribuyen a esa camarilla el auge de Uber. Y tienen razón. Cuando el usuario se encuentra con un conductor desgreñado y sucio, en chancletas, bermudas y camiseta esqueleto, con el radio a volumen de reggaetón, sin identificación ni tabla de tarifas, y con un automóvil que parece una letrina y que cobra lo que le da la gana, sale despavorido y le coge bronca hasta al amarillo del amanecer.

Algunos taxistas vienen reaccionando con violencia ante quienes han presentado esta opción de servicio a los usuarios, consideraba no solo ilícita, sino desconsiderada con las características del servicio de los taxis legales. Muchos se hacen pasar por pasajeros para tomar el Uber, y luego amedrentar a su conductor y hasta le causan daños al vehículo. “Ya rompimos varios”, dicen tres de ellos capturados y sindicados de terrorismo por quemar un Volkswagen Gol cerca del Cerro de La Conejera, en Suba.

Es que no tienen huevas. Por culpa de estos h. p. nos ponen a recoger a cualquier gono$%$#. No vamos hacer nada. Aquí ya se hizo la gestión y ya rompimos varios”. Estas son algunas de las frases que se escucharon en los audios que sirvieron como prueba para capturar a tres hombres a los que se sindica de haber incinerado un vehículo que supuestamente prestaba el servicio de Uber el pasado 17 de enero. http://www.eltiempo.com/bogota/taxistas-senalados-de-quemar-vehiculo-responderan-por-delito-de-terrorismo/16806181

Pero no sólo se enfrentan entre conductores. Me tocó presenciar el lunes 30 de enero hacia las 9 de la mañana, en la calle 100 con carrera 15 (ver foto), una situación de peligrosa pugna entre dos Policías –un hombre y una mujer, que sin duda era la más dura— y conductores de carros blancos. Habían detenido un carro Duster, y su conductor alegaba que tenía en orden los papeles que mostraba con desespero y que pertenecía a una empresa legal, cuyos logotipos portaba el carro. Ya estaba subido en la grúa cuando comenzaron a llegar sus compañeros. Protestaban por la medida. Y grababan la situación y las respuestas de los agentes. Y el ambiente se caldeaba. Qué peligro.

Los policías creen que nosotros somos Uber. Desconocen el decreto y por eso actúan así. Esto es una persecución. Si están tras los ilegales, ¿por qué no inmovilizan a los taxis piratas y los carros que trabajan con las aplicaciones”, aseveró uno de los dueños de los carros blancos, que según el gremio son cerca de 3.000 los que ruedan por la ciudad

Sobre todo porque parece haber arbitrariedad en esas inmovilizaciones de carros blancos. Didier Alexis Gutiérrez dice que los agentes lo “confundieron” con un conductor de Uber. Como protesta ante la detención, se quedó encerrado en su carro y así pasó 12 horas en los patios. La historia se hizo pública y el carro fue devuelto, pero es claro que los conductores de automóviles blancos ya tienen un frente de defensa, pues consideran que la Policía tomó partido en su contra y no se van a dejar.

La pelotera, por supuesto, no deja tocar como se debe el gran problema de los taxis amarillos, que tiene unas aristas polémicas. La remuneración y las condiciones de trabajo de los choferes, el negocio de los onerosos “cupos”, los monopolios, las propiedades de empresas y las exclusividades de lugares como el Aeropuerto El Dorado, el estado de muchos carros que deberían estar fuera de servicio, la falta de vigilancia sobre la calidad de los conductores y el bien-estar de los vehículos, la presencia de piratas y ladrones protagonistas de paseos millonarios y un largo, largo etcétera.

Uno de los buenos taxistas de los amarillos me contaba que Taxi Express tiene un programa llamado “Conductores Excelentes”. Son 50 horas de teoría y práctica, para ser mejores personas y conductores, sin el cumplimiento de las cuales, me dijo el señor Gabriel Bayona, no se puede conducir ningún vehículo de esa empresa.

¿Uber realmente garantiza la seguridad de conductores y pasajeros? http://www.dinero.com/edicion-impresa/negocios/articulo/polizas-de-seguros-para-los-vehiculos-de-uber-en-colombia

Uno se pregunta si los amarillos no deberían organizarse para más bien expulsar y repeler a los que se tiraron el gremio. Procurar el retorno de usuarios con buen servicio y ser mejores personas, en vez de seguir en esa guerra que va a terminar mal, pero muy mal. Para todos. Blancos, amarillos, usuarios, policías y el que esté por ahí…

Les va a tocar a ellos.

Porque gobierno no hay.

O está dedicado a otra cosa…

 

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