Los universitarios graduados están cargados con deuda (cuanto más pobres, más deben), dando pie a un fenómeno nuevo, y es que los abuelos están tomando créditos para estudio de sus nietos. http://www.portafolio.co/opinion/beethoven-herrera-valencia/millennials-pauperizados-columna-de-503671
Todavía, y a pesar de que ya no es la gran palanca de movilidad social que era, es sagrado que madres y padres de familia hagan lo que sea para que sus hijos se eduquen. Siempre se ha dicho que es la única herencia que pueden dejarles. Y para eso, varias generaciones de colombianos han trabajo con esfuerzo y se han endeudado. Solo que ahora también están endeudados los hijos. Todos con el agua al cuello…
Y es que padres e hijos conforman hoy lo que se conoce como “la deuda de los hogares”, en la que la educación se está llevando una tajada de estupor. Pero sobre todo, un monto que a largo plazo será de difícil recaudo, una deuda insostenible –especialmente porque no tiene compensación en el mercado laboral. Esta última verdad es dramática y de dolor: las familias se quejan de haber invertido hasta los pesos del marranito para tener un hijo más preparado que un yogur, y que este no encuentre espacios de trabajo ni remuneraciones dignas.
De todo un poco
Comencemos por señalar que eso no pasa solo acá. La deuda de los hogares en los Estados Unidos llegó a lo que puede ser un máximo histórico en el cuarto trimestre de 2016, alcanzando cerca de trece billones de dólares, muy cerquita del tope que tuvo en 2008, el año de la crisis hipotecaria.
Y no es comprando casas como se han endeudado los gringos. El crecimiento de cartera hipotecaria es lento, opuesto al que han provocado las cuentas automotrices y las de los estudios. Esta última superó a la de los carros, alcanzando casi un billón y medio de dólares. La deuda de los universitarios en los Estados Unidos es superior al PIB de España o de México.
En Colombia el panorama es parecido. Una encuesta de la firma Kantar Wordpanel en 2016 reveló que los hogares colombianos se estaban endeudando un poco menos pero que tampoco estaban ahorrando. Lo más grave de esos resultados es que aquí, el principal componente de la deuda de los hogares es la educación, seguida de los electrodomésticos (16 por ciento) y la compra de casa propia (13 por ciento).
Y es que educar aquí es muy caro. Un privilegio. En estas épocas en que el niño entra al preescolar antes de gatear, hay costos de establecimientos que parecen para príncipes. En la primaria y la secundaria hacen su aparición los bonos y las mensualidades lunáticas, cuyo pago solo es posible con altísimos salarios y el trabajo de padre y madre. Y los préstamos, claro está.
Si logran superar esa etapa, las universidades les pueden costar un riñón. A menos que entre en escena el Icetex, organismo contra el que se escuchan permanentes quejas, se realizan plantones y se montan páginas web como “Icetex te arruina”, en la que se revela cómo pagar la deuda les puede costar otro riñón.
Así como sale más barato pasar una semana en México que tres días en Cartagena, para los colombianos resulta más económico irse a estudiar a Argentina. Se calcula en 10.000 el número de jóvenes que anualmente se matriculan en las universidades gauchas.
Tampoco les va muy bien a los deudores de Colfuturo. La semana pasada, las promociones del 2007 al 2015, que se vieron afectadas por el alza del dólar y la depreciación del peso, recibieron la noticia que la entidad tramitará una Condonación Especial Adicional (CEA), para paliar el disparo desorbitado de algunas deudas.
Los “beneficiados” consideran que la fórmula Compes 3862 (que incluye lo relacionado con la CEA y los 23.000 millones que las entidades del Estado destinarán para este fin) carece de proporcionalidad y sentido, tiene un plazo insuficiente (seis meses) y solo favorece a determinados créditos con condiciones muy restrictivas.
Según cifras del Dane de 2015, 69% de los jóvenes colombianos está en condición de pobreza y vulnerabilidad. Esta realidad evidencia que son muchas las barreras que deben sortear para construir su proyecto de vida. Las brechas en el acceso a educación superior de calidad, y más a la educación terciaria (técnicos y tecnólogos), son una de ellas. El Consejo Privado de Competitividad alertó en el Informe de 2016 que aún falta mucho camino para mejorar la calidad educativa, sobre todo en lo que respecta a la articulación de la educación superior con el mercado laboral. El Banco Mundial confirmó esta cifra y añadió que 47% de los empleadores en el país tiene dificultades para encontrar talento humano con las habilidades necesarias. Una de las explicaciones para entender este escenario, según señaló el estudio Lotería de la Cuna 2016 de la Universidad de los Andes, es la alta deserción de jóvenes en los niveles básicos de enseñanza y la posterior repercusión de estas cifras en el acceso a la educación superior: de cada 100 niños que entran a grado primero con padres con baja formación educativa, solo 78 alcanzan grado quinto, menos de la mitad llegan a grado noveno, solo 39 logran llegar a grado once y 11 acceden a educación superior. Y de los que logran ingresar, la mayoría prefiere un título universitario al técnico: solo 11% de los egresados tiene una formación técnica y tecnológica, advirtió el Banco Mundial. http://www.dinero.com/edicion-impresa/educacion/articulo/tecnicos-tecnologos-y-profesionales-en-la-busqueda-de-empleo/242002
¿Y dónde ha Estado – Papá?
La OCDE, el club de países ricos al que Colombia quiere ingresar, señala una obviedad: que la educación puede contribuir a reducir las desigualdades sociales o a perpetuarlas. Recuerda que la educación y el mercado laboral son hermanos siameses y que se debe prestar mucha atención a la educación de los adultos. Pero sobre todo, establece el papel del Estado y la definición de una política educativa no negociable y a largo plazo.
El Estado colombiano gasta a partir de un nivel de ingresos que no tiene (Standar & Poors), maneja los recursos de una manera ineficiente (Contraloría General de la República) y está permeado y carcomido por la corrupción. Así, también es muy difícil consolidar una política educativa que nos saque del hoyo.
So pretexto del Acuerdo de Paz y por la vía expedita del fast-track, el gobierno pretende establecer el “Sistema Nacional de Educación Terciaria” (SNET) donde mezcla y confunde la educación superior con la formación para el trabajo y el desarrollo humano. La educación terciaria y la crisis de la educación técnica y tecnológica. Víctor Manuel Gómez. http://www.razonpublica.com
Hay países que han roto esa cadena. Singapur y Corea son los ejemplos más brillantes.
Singapur contó con un líder, su primer ministro durante 30 años, Lee Kuan Yew. ¿Qué fue lo primero que hizo? Librar a estas sesenta y tres islas de la lacra de la corrupción. Y puso a la educación en primer plano. Hizo una apuesta monumental por construir el futuro en los seis años de la escuela primaria. La educación en ese período es obligatoria, y ojo, ¡es pública! Para todos.
Corea, como Singapur, es otro milagro económico que en medio siglo pasó de ser un país analfabeta a tener los mejores resultados en las pruebas PISA. Muchos son los factores del éxito coreano, pero hay uno crucial, además de hacer de la educación una pasión y respetar a los profesores: la enseñanza es gratuita y obligatoria de los 7 a los 15 años. Este período cubre los seis años de educación Primaria y los tres primeros años de Secundaria.
Ojalá algún día, tengamos un Estado y gobiernos que pongan la educación en su sitio. Y con ella apuesten a la construcción de equidad e igualdad. Mientras tanto, padres e hijos colombianos tendrán que seguir metiéndose la mano al dril.
Endeudados.
El Índice Global de Competitividad de Talento 2017, en el que Colombia se raja, también argumenta que la transición hacia una economía dominada por la tecnología será dura, por lo que los gobiernos y las empresas deben actuar pronto. Las reformas en el sistema educativo son urgentes y necesarias, para proporcionar las adecuadas habilidades técnicas y personales que permitan adaptación al cambio”. http://www.dinero.com