No pasa un solo día sin que los usuarios de Cafesalud, y de tantas otras EPS que operan en Colombia, hagan protestas públicas; se encadenen a rejas, los niños con cáncer no reciben atención, los pacientes se mueren en la puerta de los hospitales porque no les pagan…

Deudas de las EPS a los hospitales y clínicas. Las cuentas por pagar del Fosyga a las EPS. Cierre de servicios de las IPS. ¿Tiene el sistema recursos para asumir los compromisos de la nueva Ley Estatutaria? Gente angustiada por sus enfermedades y enfrentadas a citas lejanas. Problemas con los niños de tratamientos especiales. Procedimientos de altísimo costo. Alerta de parálisis hospitalaria en todo el país. ¿Hay servido la Ley 100? ¿Por qué es tan difícil hablar bien de las EPS y de la innumerable cantidad de pacientes que atienden y de servicios que prestan?

La crisis del sistema de salud -asumirla como debate y como tratamiento y darle solución- es uno de esos eventos postergados y procrastinados que le va a salir caro al país. El déficit presupuestal del sector para 2017 es de $ 5,5 billones y la deuda de hospitales y clínicas supera los $7 billones. Los 1,3 billones de pesos que la Reforma Tributaria le inyectará al sector es un apósito. Pañito de agua tibia. Cafesalud, con 6,5 millones de afiliados, pierde diariamente 1.800 millones de pesos. ¿Qué empresa aguanta eso?

Ojalá, en medio del río revuelto que es hoy el sistema de salud colombiano y de la consiguiente confusión reinante, estas normas se hagan efectivas y frenen el nuevo intento de constreñimiento ético, retención salarial y restricción de servicios. Ni el salario y la autonomía profesional de los trabajadores del sector, ni el derecho fundamental a la salud de todos deben someterse a este tipo de atentados. Ni los ciudadanos/as debemos seguirlos soportando pasivamente. http://www.elespectador.com/opinion/de-nuevo-contra-la-autonomia-y-el-salario-medicos-columna-683385

Hay que hablar del tema. Decirnos la verdad. Actuar. La crisis de los sistemas de salud es mundial. Por eso quiero hoy poner a consideración de los lectores de MOTOR DE BÚSQUEDA, esta interesante reflexión publicada por el Ministro de Salud Alejandro Gaviria en su valioso blog (20.02.2017). Les recomiendo leer también la columna “Derecho a la salud”, de Emilio Sardi, y la crónica de Juan Gossaín “En Cafesalud el remedio resultó peor que la enfermedad”, cuyos enlaces encuentran al final del artículo.

Crisis de la salud: una mirada desde la economía

  1. Canadá: Collapse of the Canadian Healthcare System
  2. México: El Sistema de Salud mexicano: ¿camino del colapso?
  3. Inglaterra: NHS chiefs warn that hospitals in England are on the brink of collapse
  4. Chile: Colapsa la red pública de salud metropolitana
  5. Puerto Rico: Understanding Puerto Rico’s Healthcare Collapse
  6. Brasil: ‘Saúde caminha para um colapso’, diz ministro
  7. España: Colapso generalizado en los hospitales públicos

La enumeración anterior sugiere que los sistemas de salud están en crisis en todo el mundo. La dimensión global de la crisis generalmente se olvida. El periodismo tiende (en todas partes) hacia el parroquialismo. Prescinde casi siempre del contexto, el análisis y la comparación. No todas las crisis son iguales por supuesto. Pero todas tienen unas causas comunes, preponderantes. Sobra decirlo, el conocimiento de estas causas es crucial para orientar la agenda reformista y concebir las políticas públicas.

Voy a mencionar dos causas fundamentales. La primera es la presión tecnológica. Un simple gráfico describe el problema. Los nuevos tratamientos contra el cáncer cuestan hoy diez veces más que hace quince años. Los medicamentos contra la hepatitis C son (en una palabra) impagables. En California, si todos los pacientes tratables fueran a ser tratados, el costo superaría el de la educación primaria y secundaria. En Rusia, coparía más de 10% de todo el presupuesto público. En Colombia, superaría los cinco billones de pesos. Un solo medicamento quebraría los sistemas de salud.

En general, las nuevas tecnologías, los nuevos medicamentos biotecnológicos, por ejemplo, han puesto una enorme carga financiera sobre los sistemas de salud. En muchos casos hay una gran brecha (casi un abismo) entre precio y valor. En otros, una creciente incertidumbre sobre los beneficios reales. En todos los casos, una enorme presión para la formulación de lo nuevo. Los controles de precios y la promoción de la competencia ayudan a aligerar el problema. Pero no lo resuelven.

La segunda causa es más compleja, es lo que el economista Victor Fuchs llama el «problema fundamental de la salud». En todo el mundo, en mayor o menor grado, los sistemas de salud han desligado el acceso de la capacidad de pago. Para muchos medicamentos y procedimientos de alto costo, el precio es en esencia cero. La protección financiera es uno de los objetivos primordiales de los sistemas de salud, pero los sistemas de precio cero generan grandes distorsiones. Como lo muestra el gráfico, generan un exceso de gasto con relación al óptimo social, al punto en el cual los beneficios igualan a los costos marginales. Si el costo se vuelve irrelevante en las decisiones, la demanda irá hasta el punto en el cual el beneficio marginal es cero. Como le oí decir a un médico intensivista hace unos meses, antes del aseguramiento, las familias pedían encarecidamente que sacaran a sus parientes de las UCI, hoy piden que los dejen allí indefinidamente. Los precios importan.

La situación se ha vuelto más precaria en Reino Unido, con un sistema de salud pública sobrecargado y después de que un parlamentario del gobernante Partido Conservador pidiera que los subsidios se les dieran a los «verdaderos discapacitados» y no a las personas que se quedan en sus casas tomando medicamentos. Historia de John, y su trastorno de ansiedad, contada a la BBChttp://www.semana.com

La combinación de las dos causas citadas es problemática por decir lo menos. Los costos crecientes de la innovación y la demanda desbordada, alimentada por el nulo gasto de bolsillo (“lo que nada nos cuesta…”), explican en buena medida las crisis de los sistemas de salud en todo el mundo.

De esta explicación surgen dos conclusiones. La primera es obvia. El problema no se soluciona cambiando el pagador, de privado a público o viceversa. Incluso puede exacerbarse si el sistema de salud asume la forma de un pagador ciego que paga y paga, que remunera los servicios sin importar su valor social. Infortunadamente, esta es la reforma a la salud que se propone con frecuencia en Colombia.

… la situación actual es muy precaria, pues la carga sobre el fisco es muy alta: alrededor de 1,4% del PIB, según Anif. Lo que queda claro es que el reto de administración del sistema de salud apenas comienza y que, por ahora, no tiene signos de robustecerse de manera significativa. Al contrario, lo que parece es que nos hemos acostumbrado a tener un mal sistema de salud, costoso y falto de credibilidad. ¿Será nuevamente problema del próximo gobierno? Y DEL SISTEMA DE SALUD, ¿QUÉ? José Elías Melo Acosta. Revista Dinero. http://www.dinero.com

Y segundo, los sistemas de salud tienen que desarrollar instituciones para lidiar con las crisis permanentes. En Colombia, el manejo de la crisis requiere dos tipos de políticas públicas. Unas apuntan a pagar las deudas: capitalización de EPS, saneamiento de deudas estatales e instrumentos de liquidez transitorios (créditos blandos, compra de cartera, bonos convertibles en acciones, etc.). Otras apuntan a recobrar el equilibrio: la política farmacéutica, los nuevos mecanismos de pago (que desincentivan el exceso de gasto), el Modelo Integral de Atención en Salud (que recupera el papel de los primeros niveles de atención), la evaluación de tecnologías en salud y las nuevas fuentes de recursos (la reforma tributaria, entre otras).

En suma, para superar la crisis incumbe, primero, conocer sus causas últimas, y, segundo, recuperar el equilibrio y la coherencia de los arreglos sociales.

 

Nuestro sistema de salud ha demostrado efectividad en resultados, tanto en indicadores de salud pública como en los servicios, y -con sus debilidades- es reconocido como uno de los más integrales del mundo por organismos como la Ocde, la OIT y la OMS. Tres hospitales colombianos figuran entre los mejores diez de Latinoamérica. Nada de esto ocurre en empleo y educación, sectores que reciben mayores recursos y presentan resultados deplorables. La mitad de nuestra fuerza laboral no tiene empleo formal. Y en lo que respecta a la educación, brillan como excepcionales las instituciones respetables. Derecho a la salud, por Emilio Sardi. http://www.portafolio.co/opinion/emilio-sardi/derecho-a-la-salud-emilio-sardi-28-de-febrero-de-2017-503750

 

www.carlosgustavoalvarez.com

 

LECTURAS RECOMENDADAS:

http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/salud/la-mala-situacion-de-cafesalud-en-cifras/16831054

http://www.portafolio.co/opinion/emilio-sardi/derecho-a-la-salud-emilio-sardi-28-de-febrero-de-2017-503750

http://agaviria.blogspot.com.co/