Del 13 al 16 de noviembre se realizará en Düsseldorf, Alemania, la más grande feria médica del mundo. Ese es su nombre (MEDICA), y como si no fuera suficiente con 6000 expositores y una expectativa de 128.000 visitantes, consumarán paralelamente COMPAMED, el foro de los proveedores médicos, que en 2016 reunió a 774 exhibidores de 37 países.
Alemania es el país de las ferias. En 2016, cerca de 11 millones de visitantes asistieron a una o varias de las 186 que se realizaron allí. Montaron sus exhibiciones 191.000 expositores directos, en un área que ocuparía un territorio más grande que las islas de Trinidad & Tobago y un poco más pequeño que Chipre.
MEDICA + COMPAMED es la última feria de 2017 promovida por la Cámara de Industria y Comercio Colombo – Alemana, que me invitó a su presentación. Esas cifras elefantiásicas que manejan en cuanto a expositores y asistencia se complementan con la capacidad de innovar, que tiene en las patentes la certificación de lo que este verbo significa en términos prácticos: la creación o mejora de un producto o proceso y su implantación en el mercado.
Alemania hace parte con Japón, Estados Unidos, China y Corea del Sur de los países que galopan en el listado de solicitud y otorgamiento de patentes. Que la innovación en el mundo es en serio y no un vacilón está demostrado en que el 50% de los productos que se exhibirán en MEDICA tienen menos de tres años.
Así las cosas…
Una mesa que soporte el futuro viable y sostenible de un país, se apoya, a mi parecer, en cuatro patas: educación, innovación, productividad y equidad. Ninguna de ellas es sólida en Colombia, y por eso necesitamos urgentemente fortalecerlas para no seguir rengueando.
La innovación aparece mencionada en el Plan Nacional Decenal de Educación 2016 – 2026. El presupuesto 2018, aprobado por el Congreso en una dulce contra reloj irresponsable, dejó afortunadamente a esta pata crucial como la más favorecida, con 37 billones de pesos. La chichigua destinada a ciencia y tecnología también creció en su precariedad, condición inherente a cualquier monto que se asigne para solventar lo exigido para sostener el funcionamiento de este Estado y asuntos críticos como pensiones, salud y un pródigo etc. “Lo que queda del afán y la olla raspada”, dicen.
Con razón, varios congresistas dijeron esta semana que la olla está raspada. Lo que no advirtieron es que dentro de un año habrá que rasparla todavía más, si queremos preservar la reputación de que aquí se mantiene en orden la casa. http://www.portafolio.co/opinion/editorial/ricardo-avila-hay-que-raspar-mas-la-olla-octubre-20-de-2017-510833
“El sistema de innovación de Colombia es aún pequeño y carece de un centro empresarial fuerte –señala un documento de la OCDE–. El gasto en I + D es sólo del 0,2% del PIB, mientras que en Brasil es del 1,2% y en la OCDE del 2,4%”.
Guillermo Perry considera que también en materia de innovación, los 8 años de gobierno Santos son un globo desinflado. “Ha sido el único presidente que ofreció una política integral de innovación, pero no cumplió lo prometido y al final deja un panorama desolador en tan urgente materia”, afirma.
Algo más que objetos
La capacidad de innovar puede centrarse en el desarrollo de aplicaciones. No menos podría esperarse cuando es el asunto de moda y se encuentran historias como la de Evan Spiegel. El dueño de Snapchat es multimillonario a los 26 años (en realidad, su familia es pudiente), no le vendió la aplicación a Mark Zuckerberg (Facebook) por 3.000 millones de dólares y está casado con una top model. Dan ganas de crear aplicaciones…
Pero todos los campos son objeto de la innovación. Para no ir muy lejos, uno muy necesario en Colombia: el gobierno y la administración pública. Tratando el tema de otra de las patas de la mesa, la productividad, y su contribución negativa al crecimiento del país, el ex ministro Rudolf Homes recuerda los obstáculos planteados en un documento Conpes.
El primero es el gobierno. El segundo, el mercado. Y el tercero la falta de innovación, que ha hecho disminuir “el número de productos relativamente sofisticados que son producidos y exportados por Colombia”. Se ha reducido la diversidad de las exportaciones.
“El Gobierno es uno de los principales problemas de la productividad en Colombia –asegura Holmes–. No contribuye positivamente a ella, sino que, por el contrario, le resta puntos. Comete errores de regulación por no consultar con los afectados, es una fuente permanente de inseguridad jurídica, interfiere indebidamente, muchas veces influenciado por terceros, a favor de una empresa para hacerles perder competitividad a otras. Predomina el deseo de extraerle recursos al sector privado sobre consideraciones de productividad o desarrollo. El Estado es un pulpo alcabalero de muchos tentáculos, con los que le sustrae recursos productivos al sector privado para invertirlos en excesos de regulación, infraprestación de servicios, burocracia redundante, ‘mermelada’, desperdicio y corrupción”.
Tal vez por ese statu quo, en lo que lo único que se mueve y crece es la corrupción, jóvenes preguntados sobre qué características debería tener un líder para que voten por él, fueron categóricos. De lejos, la primera, ser honesto y transparente. Y la segunda, innovar, “traer ideas nuevas que no estén asociadas a fracasos anteriores”.
Como pata indefectible de la mesa del futuro, hay que crear un ambiente que facilite y promueva innovar. Y aspirar un día a ocupar muchos metros cuadrados de un espacio como MEDICA, para exhibir todo lo que año tras año podamos sacar de nuestras cabezas y volverlo calidad de vida y platica, también.
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