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Ya lo verán. En pocos días todo volverá a su deleznable normalidad. El puñal visto por todos será guardado y nos volverán a importar más los goles de un fútbol que les quedó grande a la Policía, a los propios equipos y al Gobierno.
Llueve sobre mojado, canta Joaquín Sabina. Mientras tanto, los demás estamos en karaoke repitiendo la misma letra. En el círculo vicioso siempre pasa la mismo: la permisividad, el acto violento de las barras, la crítica, las supuestas medidas de corrección y, de nuevo, la costumbre.
Ya lo verán. En este momento estamos en el punto de la crítica. ¡Por Dios! Es que esos de las barras bravas son unos delincuentes. Y sí. Pero ¿cómo es eso de que se adueñaron de El Campín? Tenaz. ¿Vieron cómo las barras querían expulsar a unos niños que no tenían la camisa azul en el estadio?
Increíble, pero bueno, por fortuna Millonarios ganó y está en buen momento. Vean que volvió a triunfar el pasado fin de semana ante Once Caldas. Y, como premio, Rubén Israel, el técnico, les dijo a todos que “Fueron los hinchas los que metieron esa pelota en el último minuto”.
Qué grandes palabras. ¿Acaso este señor no supo lo que pasó en Bogotá? Y fuera de todo, ¿no vio grescas entre aficionados de, literalmente, ambos bandos en las tribunas del estadio Palogrande?
En lugar de aprovechar para reprochar lo que hicieron algunos aficionados, otros siguen empoderando a estos delincuentes.
Hipócritas todos. Hasta el DT de Once Caldas, Javier Torrente, dijo, chamuscado de razón, que “La cabeza fría (en el fútbol) hay que dejársela a los científicos de medicina nuclear”. Se critica la violencia en el fútbol colombiano, pero lo cierto es que dentro de la cancha se estimula, se engaña, se pelea.
En este momento los hinchas se ofenden, nos dicen a los periodistas que no generalizamos y reclaman que no son todos los que actúan así. Los de otros equipos aseguran, mientras tanto, que esos de Millonarios son unos gamines. Pero los hay de todas las camisetas, sin excepción que valga.
Debería darnos pena. Todos participamos de este circo, para bien y mal. Nacional goleó 7-0 a Bucaramanga y en las tribunas apareció un malnacido al peor estilo de Pedro Navaja con un puñal en mano, amedrentando a sus pares cercanos y a la vez a todo un país que temer así ir al estadio.
¿Qué podemos hacer? Ya verán igual que no va a pasar nada. Alguien quizá tomará alguna decisión momentánea para salir en los periódicos y ya está. Los jugadores y técnicos dirán lo de todos los días y este mundillo rechazará lo que pasa. No más. Dentro de poco volveremos al acomodo mientras otra vez vuelve a suceder un acto vandálico, un asesinato más. Somos hipócritas.
Ese silencio que vendrá sobre semejante problemática, tal cual viene pasando hace años, se repetirá. “Y créanme gente que aunque hubo ruido nadie salió, no hubo curiosos, no hubo preguntas, nadie lloró”.
… De los hinchas nini en Colombia (ni estudian ni trabajan) pasamos al hincha Pedro Navaja.
En Twitter: @javieraborda
Antes los equipos de fútbol vivian de la taquilla, como las ferias y circos, ahora viven de los patrocinadores, la televisión y la venta de jugadores. El negocio cambió, muchachos, y no nos enteramos. Cada cual en su puesto. Los quinceañeros en el estadio haciendo ruido y los millones de televidentes en casa viendo el juego, y los comerciales, en la tele.
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Es un buen negocio para los equipos de fútbol que la gente no vaya al estadio. Suena ilógico, pero ganan más con las transmisiones por televisión. Esa gente decente que no va al estadio son clientes potenciales de productos televisados. Los desadaptados al estadio a asegurarse de que los televidentes con dinero se queden el casa.
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Y algunos creen que la solución para la violencia en los estadios es carnetizar a los delincuentes de las barras.
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Estimado periodista. Muy buena columna, eso mismo podemos transmitirlo a otros entornos diarios como la politica, las guerras y demas cosas que pasan en el país. Volviendo al tema, debo decir que debe ser mas que un aguas tibias de algun ingenioso, una politica que venga del mismo gobierno. Que se satanicen las barras bravas y se prohiba el acceso de estos al estadio. Esos vandalos estan quitandole espacio a la gente de bien, que como yo o usted o cualquier otro cristiano gusta de ir a ver buen futbol, llamese en el Campin, Techo, Atanasio Girardot, Pascual Guerrero, Etc. Si no se hace una politica clara, eficiente y firme que ponga contra a pared a estos personajes, la situacion seguira siendo la misma.
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Muchas gracias por leer y comentar. Saludos.
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Que nos pasó que le paso a la policía al Estado, nos.dejsmos ganar la batalla por los vándalos llamados barrista .
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Esa batalla la estamos perdiendo. Saludos.
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