Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.
Se escuchan voces engañosas en las semifinales de la Liga. Millonarios se anticipa conformista en caso de perder ante Nacional y América se escuda en su responsabilidad prioritaria de permanecer en primera división.
¡Pero no hagan caso! Millonarios y América están a la espera de destrozar a sus rivales. Sigilosos, han delegado el favoritismo a Nacional y Cali y esperan los duelos con menor presión. Triste o no, parece que han reconocido la superioridad actual de sus clásicos oponentes y viven hoy en día tranquilos con esa afrenta al orgullo propio.
¿Nacional es mejor que Millonarios? Se supone que sí. ¿Cali es mejor que América? La respuesta es que el rival este año lucha por no irse al descenso otra vez…
En este contexto han llegado voces facilistas. Hay quienes dicen que Miguel Ángel Russo ya cumplió con llevar a Millonarios a esta instancia del torneo con una nómina que deja mucho que desear. Algo similar pasa con América, que –comentan algunos- debe responder en 2017 por no descender, pero ya está entre los cuatro mejores equipos del campeonato a punta de amor por la camiseta y estirpe.
Millonarios y América son lobos disfrazados de ovejas. Son peligrosos. Lo malo es que tengan verso para hablar de una posible derrota. Realistas o no, quizás moleste su anticipado conformismo. A pesar de todo, ambos equipos tienen buenos técnicos (Hernán Torres también lo es, seguro) y cuentan con jugadores capaces de espantar la monotonía para definir un partido.
Por todo eso, Nacional y Cali no pueden caer en el juego de menospreciar al rival. Nacional, evidentemente, tiene mejor nómina y más plata que todos en el FPC, pero arrastra varios papelones recientes en el plano internacional y tuvo la desvergüenza de sufrir para eliminar a Jaguares. A estas alturas, Nacional debe bajarse de la nube, dejar su soberbia y ponerse a jugar.
Cali se antoja más un tiro al aire. Es un equipo capaz de golear al Medellín, pero incapaz de mantener días después un óptimo rendimiento para clasificar sin penas a la semifinal. En el papel, sí se ve superior a América. El problema –que es de todos al fin y al cabo- es que en semifinales están cuatro de los equipos con más estrellas del fútbol colombiano. Aquí no solo juega el presente, lo hacen la historia, la hinchada, el pundonor, el talento, la necesidad y mucho más.
Ver a Millonarios y América como mansas ovejitas es un craso error. No hay que creerles esa voz resignada. Al contrario, como lobos hambrientos están esperando para devorarse a su rival mientras se dicen anticipadamente que la derrota no sería extraordinaria. Como sea, esperamos una lucha entre ellos digna en el campo. Una lid entre contrincantes, no entre enemigos.