Pedro Juan Gutiérrez es uno de los escritores cubanos más leídos en el mundo, ha sido traducido a dieciocho idiomas en veinte países y entre sus libros más conocidos están: Trilogía sucia de la Habana (1998), El Rey de la Habana (1999), Animal Tropical (2000), premio Alfonso García- Ramos de Novela España), El Insaciable Hombre Araña (2002) y Carne de Perro (2003), premio Narrativa Sur del Mundo, Italia. También es un consumado poeta y ha incursionado en el género policial.
Gutiérrez asegura que un escritor siempre se desdobla una y otra vez y vive bajo presión. Sólo de ese modo agotador puede meterse bajo la piel de cada uno de sus personajes, escribir desde adentro y producir libros convincentes y explica: «Lo que quiero decir es que mis libros no los escribo yo. Los escriben los personajes que los habitan. Supongo que es bueno facilitar el diálogo entre los lectores y esos tipos casi siempre desesperados y desolados que hacen equilibrios al borde del abismo y con los que juego a los desaparecidos como hacía Houdini: a veces ellos me habitan, otras veces yo los penetro y me acomodo como un alien entre sus costillas».
Pedro Juan es poseedor de un lenguaje crudo y directo, recuerdo que llegó a Montreal a promocionar «Yo y una lujuriosa negra vieja», publicado por una editorial de Quebec en el 2007 y gracias a esta visita el cineasta venezolano Pedro Ruiz pudo seguirlo de cerca, captar todas sus ocurrencias y hacer un excelente documental llamado Animal Tropical a Montreal.
Uno de sus apuntes más graciosos del documental que cuenta la vida y obra del artista, es cuando el productor venezolano le pregunta al escritor cubano si ya había probado la famosa putin de Quebec ( Poutine) a lo que él respondió seriamente: ¿Qué es eso?… ¿Una puta chiquita?
El documental Animal Tropical en Montreal es una coproducción entre Canadá, Venezuela y Cuba que capta a Pedro Juan en toda su esencia, tanto en su amada Habana como en Montreal donde el escritor se deleitó visitando sex shops, firmando autógrafos e intercambiando opiniones con sus lectores.
¿Pero qué hace que el público canadiense le guste tanto al prosa erótica del escritor cubano? El crítico literario Jean Fugère, laureado en el 2003 con el Premio Raymond Charrette del Consejo Superior de la Lengua Francesa, afirma en el documental que el éxito de las novelas de Pedro Juan con en el público quebequense, es porque simplemente el sexo que describe Gutiérrez en sus libros, es mucho más emocionante que el de Quebec.
Pero Pedro Juan tiene su propia manera de ver el éxito de sus novelas. «A Balzac le preguntaron: «¿Qué es un personaje de novela?». Y respondió: «Puede ser cualquier persona de la calle, pero es alguien que va hasta el límite de sí mismo. Ninguno de nosotros va nunca hasta el límite. Tenemos miedo de la cárcel o de espantar a nuestros semejantes».
Tuve la oportunidad de entrevistar a Pedro Juan desde Cuba, después de haber visto su documental y esto fue lo que me dijo en esa oportunidad.
Muchos escritores inmigrantes, conviven con la nostalgia y se encasillan en temas comunes, que parecen un colchón de retazos de pasado. ¿Cómo logra usted traspasar la nostalgia e impregnarle tanta vida a sus novelas, poesías, personajes?
No soy emigrante. Vivo siempre en La Habana y cada año vengo a España por varios meses y desde aquí visito a muchos amigos en otros países de Europa, Suecia, Alemania, Italia, Paris, etc, Vivo en el Centro Habana de un modo normal y sin nostalgias. Esa sensación de nostalgia acaba con el creador y se pasa la vida viviendo en el pasado, es my paralizante.
¿Qué piensa del auge del sexo cibernético, la propagación de estimulantes como los vibradores a control remoto, con velocidades y sonidos humanos tan promovidos en países como Canadá?
Soy muy tradicional. Si tenemos dedos, lengua, labios e imaginación no es necesario nada de vibradores ni esas tonterías. Si acaso algún lubricante. Creo yo. En fin, no soy sofisticado.
Estar sin un peso en el bolsillo, pero con la mente llena de ideas y la pluma cargada de versos es el denominador común de muchos escritores ¿Qué hizo para no desfallecer en su propósito de escribir libros que valieran la pena?
Así me vi a fines de 1990 y durante muchos años, fue pesado, hambre, sin dinero, lujuria, desespero, impotencia, promiscuidad total, locura, noches de alcohol y tabaco. Una gran locura. A veces me asombro de la salud que tengo y las ganas de vivir. Ya tengo más de sesenta años y estoy muy bien aunque he bajado mucho los niveles de alcohol, tabaco y lujuria desenfrenada. No quiero morirme todavía.
Usted es un escritor irreverente, libre, que no le tiene miedo a los excesos creativos, ¿qué piensa de la autocensura que viven muchos periodistas latinoamericanos?
Una cosa es como escritor y otra como periodista. Este último siempre tiene problemas de censura y autocensura. En unos países más y en otros menos. El escritor siempre es más libre. Yo fui periodista durante veintiséis años pero desde enero de 1999 soy solo escritor y me alegro mucho porque me siento mucho más libre y tranquilo.
¿Le gustó el libro de Fidel Castro: La paz en Colombia?
No lo he leído. No me interesa la política.
Yoani Sánchez fue la mejor bloguera en el 2008, pero la prensa local hizo caso omiso a su triunfo, y además ella no pudo recibir su premio en el exterior. ¿Cómo ve el futuro de esta nueva generación de escritores cubanos?
En realidad hay dos generaciones de escritores cubanos: unos que viven fuera de la isla y otros dentro. Es un poco extraño porque las diferencias y separaciones son brutales. La política lo marca todo. Y en ese contexto cada quien hace lo que puede y publica como puede. En fin, en mi caso sólo he publicado tres libros en Cuba, pero las cosas mejoraron en el 2009, la editorial de la UNEAC (Unión Nacional de escritores y artistas de Cuba) publico El Rey de la Habana.
*Poutine: Plano tardicional en Quebec, a base de papas fritas y queso.
Fotos: Pedro Juan Gutiérrez- Pedro Ruíz