Rosario Heins creció junto al mar, observando el sensual meneo de las caderas de las Palenqueras que pasaban por su casa ofreciendo frutas, con sus rostros mulatos, alegres y desprevenidos. Los pensamientos, emociones, pasiones, historias y vivencias que descubrió en estas vendedoras de la calle la inspiraron para ir en búsqueda del color, la luz y el volumen de cada fruta que pinta. Su fascinación por la figura y gestos humanos han convertido a esta colombiana radicada en Montpellier, en una artista consagrada al perfeccionamiento del arte del Caribe.

A partir jueves 11 de octubre, la Galería de La Aduana de Barranquilla tendrá como huésped de honor el último trabajo artístico de Rosario, llamado En la Playa, una exposición que llega con gran éxito de Cuba, dodne Heins tuvo la oportunidad de exponer en el Centro Hispano Americano de Cultura de la Habana, el pasado 17 de agsoto.

¿Cómo nació el tema de la playa?
Estaba probando la cámara con un lente nuevo que tenía y de repente vi al señor que vende los salvavidas en la playa, le tomé las fotos cuando caminaba por toda la orilla. . Después aquí en Francia comencé a ver las fotografías y me pareció excelente pintar a ese vendedor caminando con sus flotadores. Empecé a trabajar e hice muchos bosquejos, los puse en Facebook y a todo el mundo le encantó.

Volví a Colombia y empecé a estudiar más ese personaje y descubrí que en los flotadores aparecen en varios idiomas las advertencias, bueno en esa partecita escribí un texto sobre lo que significa el rebusque para nosotros, lo he traducido  al francés y al inglés para contar esa historia.

¿Cómo concibe usted ese rebusque?
En Colombia, nosotros sabemos sacarle provecho a lo que no tenemos, sin quejarnos tanto, a pesar de no tener nada. Sin embargo, en Europa vemos personas que tienen todo y se quejan absolutamente de todo, mientras allá vivimos con lo mínimo pero felices, somos recursivos. Por eso el tema del rebusque me interesó muchísimo, se sufre por tener ese sustento diario, no tienes con qué comer pero en medio de esa problemática social, existe belleza, en medio de todo ese flagelo, encuentras una palenquera que te ofrece una fruta diciéndote «mi amor» sonríes y ya se te olvido que estabas enojado, que tienes un problema. Toda esa parte bonita de la persona caribeña es lo que yo quiero mostrar.

 

Sus vendedoras de frutas, son un ejemplo de ese rebusque, ¿cuál es su fruta preferida?

Me encanta comer Níspero. ¡Es una delicia!

 ¿Qué técnica emplea?
Mi técnica es sobre un lienzo muy fino que trabajo desde hace muchos años. Es una tela de puro lino muy fina, porque me gusta trabajar con el lápiz, dibujar encima y voy plasmando el mínimo detalle, me gusta detallar.

¿Cómo ha sido esa búsqueda del color en su obra?
Antes era más dibujante que pintora. Para mí el dibujo ha sido clave porque adoro dibujar, tengo un lápiz en la mano y no puedo parar de dibujar, es como una prolongación de mí. Empecé a dibujar las palenqueras, con una modelo que teníamos en la escuela de Bellas Artes, que era una negra con unas facciones muy lindas. En 1980 me fui a Cartagena y allí encontré la fuente de mi inspiración con todas las vendedoras de frutas, con ese paisaje de la playa que tanto me llamó la atención. Comencé a poner el color muy tímidamente, porque hacía todo en lápiz grafito.

¿Y en óleo?
Probé la técnica del óleo, pero no me gustó mucho por el olor, me intoxica un poco. Inicié con acrílico y lo manejo como si fuera una acuarela. Mis cuadros no tienen texturas, son lisos porque trabajo muchas aguadas, muy finas. Una característica de mi obra es que no hay texturas, además mezclo el dibujo con la pintura.

 

¿Cómo define su arte?
He sido muy figurativa porque me encanta la figura humana hay gente que dice que le cuesta mucho dibujar rostros, o las manos, pero he logrado captar la característica de cada personaje que pinto y captar cada gesto que tuvo en un momento para posar para mi cámara. Siempre tomo fotos en vivo y después pinto ese momento que capté con el lente. En el carnaval, en la playa, tengo mi cámara, mi esposo es fotógrafo profesional, pero tiene otro punto de vista, otra manera de ver las cosas. Por eso donde oprimo el botón, busco el objetivo de lo que me interesa. Trabajo a partir de esa fotografía que he tomado y mezclo lo que me gusta.

 

Soy Caribe  cien por ciento
Heins ama el contacto humano, por eso vivir en Montpellier le agrada mucho porque es una ciudad pequeña en donde aún no se ha perdido la idea de vivir en comunidad. A ella le gusta estar rodeada de amigos, saludar a sus vecinos y tener sentido de pertenecía con su país de adopción. Se siente muy a gusto en Francia y a través de su arte se ha convertido en una excelente embajadora de nuestro país, porque con sus temas alimenta el amor por Colombia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Cómo le ha ido con la comercialización de sus obras?
No ha sido fácil comercializar mi arte aquí. Yo misma manejo mi obra, no tengo una galería, vendo en mis exposiciones. A pesar que mi obra es grande, que en Europa la gente tiende a vivir en espacios más pequeños, he logrado meterme en el mercado, pero muy despacio, no ha sido fácil. Afortunadamente, tengo muchos clientes colombianos que viven fuera del país, son mis seguidores y siempre me contactan por internet para adquirir mis obras.

¿Cómo ha sido el tratamiento como artista inmigrante en Francia?
Como artista he tenido una gran acogida, eso me ha estimulado porque les ha encantado mi obra, han visto la calidad de mi trabajo. Me han invitado hacer varias exposiciones cerca a Montpellier como por ejemplo en Port Camarque, también tengo una expo en Canes que se llama Artistas del Mundo, somos de varias partes y yo represento a Colombia a pesar que soy ciudadana francesa. Es una exhibición muy importante hay artistas de todas partes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Qué actividades realiza en Montpellier?
Los artistas tenemos talleres en la ciudad y abrimos al público dos veces al año en invierno y en junio para compartir con la gente. Todos los martes asisto a un taller libre, somos doce artistas que nos reunimos con la modelo, no hay profesor cada uno trabaja el desnudo como quiera, cada pose va de tres a veintinco minutos. En ese tiempo lo que tu logres captar ya sea gestos o cosas que te interesen en esos tres minutos.

¿Qué artistas admira?
Como siempre trabajo el desnudo me encanta Darío Morales, pues he tenido una influencia muy grande. He hecho muchos desnudos, por mi cuenta, tengo una serie en mi estudio en lápiz, en blanco y negro. Mi primera exposición fue con desnudos y palenqueras. Me gustan los clásicos como Miguel Ángel porque la figura humana para mi es importantísima.

 

¿Cómo conserva ese vínculo con el arte colombiano?
Siempre mantengo contacto con mis amigos artistas como Roberto Angulo, Carla Celia, Pedro Ruiz. Pedro tiene un tema de los desplazados que lo trabaja de una manera muy bella con una poesía que no te choca, dice lo que tiene que decir sin que sea desagradable. Vicky Neumann es completamente abstracta trabaja el paisaje la figura, la distorsiona es diferente, tiene algo interesante. Igual sucede con Nohemí Pérez es de Bogotá, trabaja el tema de las ciudades, los suburbios la noche, todas esas manifestaciones me fascinan. Cada uno tiene algo que mostrar.

¿Qué tan competitivo es el arte colombiano?
En Colombia se tiene un muy buen nivel, hay mucha conciencia de trabajar bien, de presentar un proyecto interesante, de tener un contexto, un fondo, todo lo que significa esa obra alrededor, es un trabajo serio. El arte tiene mucho valor.

Para finalizar,  ¿qué  desea trasmitir con su obra?
Lo que quiero mostrar es mi cotidiano, lo que me rodea, por lo cual yo vivo, lo que yo siento, soy Caribe cien por ciento me encanta bailar salsa y estar en contacto con la gente, me gozo mi carnaval y busco todo este colorido. Cuando llego a Barranquilla, estoy en medio de la locura en el desfile, es tanto colorido, tan enriquecedor, es impresionante, todo eso me llena mucho y he querido mostrar esa parte del Caribe, de lo que veo todo el tiempo, que la gente sienta lo que yo siento.