En nuestra memoria individual los recuerdos nunca mueren, se almacenan en lo profundo de nuestro ser. Sin embargo, un día cualquiera regresan, para demostrarnos que la conciencia no es tan solitaria como muchos pensamos. Prueba de ello es el proyecto Blanco Porcelana, que está enclavado en la historia personal de la artista Margarita Ariza, quien rompió las barreras del arte para incitar al público a reflexionar sobre el racismo en medio de unas condiciones de mestizaje complejas como las que vivimos en Colombia.
Blanco Porcelana fue el ganador del Portafolio de Estímulos 2011, en la categoría Creación y Circulación en Artes Plásticas. Un reconocimiento merecido a una artista que se atrevió hablar de racismo a través de frases familiares y prácticas de belleza en las cuales la discriminación se asoma de manera disimulada. «Desde niña sentí que el tema de la apariencia física te hacía parte de un grupo o te dejaba por fuera literalmente. En el colegio fui percibida como negra, aunque no lo soy y creo que desde allí siempre me he sentido identificada». Explica la artista colombiana.
Hablar de discriminación racial en su obra Blanco Porcelana le ha costado un desgaste emocional inmenso es así como Margarita, quien actualmente se encuentra vinculada al Ministerio de Cultura, enfrenta un litigio legal pues fue demandada por unos familiares que eran mencionados en la obra. La situación ha sido tan delicada que luego del último fallo que ordena cambiar en su exhibición los nombres y apellidos propios, por sólo nombres, como por ejemplo Pedro, Salomé, Sofía, para evitar en un futuro cualquier coincidencia con homónimos, sus abogados siguen empeñados en pedir una nueva revisión y es muy probable que el caso llegue a los estrados de la Corte Constitucional.
La verdad, vale al pena agotar todas las instancias necesarias, pues este es un caso bastante particular si tenemos en cuenta que somos dueños de nuestra memoria, que muchos escritores se han inspirado en ella para compartir sus vivencias con el mundo entero y no es común tener obras censuradas en Colombia, como ocurrió el año pasado cuando Blanco Porcelana se exhibía en la galería Valenzuela Klenner de Bogotá y le ordenaron retirar algunas fotografías de la muestra, lo que produjo un total espaldarazo a Margarita Ariza, de parte de artistas y periodistas culturales de todos los rincones de Colombia.
Acatando el último fallo, Margarita se vio obligada a dejar el siguiente mensaje en su sitio web : «esta página está siendo reestructurada para dar cumplimiento a lo ordenado en el fallo de tutela 2012-00134-01 por el juzgado veinte (20) penal del circuito de conocimiento de Bogotá D.C. pero, ¿ qué tiene blanco porcelana paras ser tan polémico, en especial en un país donde existe una Ley de Antidiscriminación Racial?
Margarita cree que las palabras poseen una gran fuerza, es por eso que decidió recolectar frases sin aparente importancia que la gente suele decir y que reunidas son un claro testimonio de cómo el lenguaje opera en la construcción de la identidad y en una sutil o abierta discriminación de lo Indeseado.
¿Cómo nació la idea para su proyecto Blanco Porcelana?
Como proyecto comienzo a concebirlo durante 2007. Empiezo a reunir materiales de carácter personal, uno de los primeros es mi propio álbum de bebé, en el cual se encuentra una carta que se entrega a las madres embarazadas y que una amiga le dio a mi mamá mientras me esperaba, en la cual hay un párrafo que dice: «me gustaría tanto ser tal como tu imaginas, gordito, rosado, de pelito rubio y de ojitos claros, pero si acaso no soy así…. no te aflijas por eso….». Esto obviamente resultaba muy interesante para pensar en el modelo bajo el cual aún nacemos.
¿Ser madre incidió en su idea?
Cuando tuve a mi hijo 14 años atrás, hablaba con mi mamá de esto, tanto que ella misma me mandó la misma carta, pero el contenido había cambiado y decía: » si mis ojitos no son oscuros, no te aflijas». Era como diría Miguel Iriarte, una invitación a pensarnos humorosa e inteligentemente teniendo como pretexto las incontables expresiones populares de diferentes épocas relacionadas con distintas formas de vivir el racismo en nuestra experiencia social.
¿Y cómo aterriza al concepto de discriminación?
Aquí surge una interesante reflexión sobre la definición misma de racismo identificada por muchos únicamente con acciones visibles de exclusión y persecución. Sin embargo, al recopilar frases cotidianas, prácticas de belleza y paralelamente estudiar nuestra historia, llegas a la conclusión que existe un racismo velado, que hace parte de la herencia colonial del sistema de clasificación racial, que otorgaba derechos a las personas de acuerdo con su blancura, (discriminación étnica), y que hasta hoy se expresa de maneras sutiles, anclado a los elementos o situaciones más cotidianas, sencillas de nuestra vida. Y por supuesto al ser una construcción cultural transmitida de generación en generación, es difícil sustraerse de ello. Por eso es tan importante por lo menos pensarlo y hacerlo visible.
¿Cómo fue esa experiencia de buscar las imágenes que pudieran sustentar la discriminación?
Fue un proceso muy interesante, porque fue de la mano con mi familia. Aquí en Barranquilla mis tíos me prestaban sus fotos, me contaban sus frases caían en cuenta poco a poco de la cantidad de historias que teníamos en todas las generaciones. Mis recuerdos y experiencias anteriores y recientes, comenzaron a enlazarse en el cuento de hadas. Mi mamá me aportó muchas imágenes. Mi papá trabajaba investigando sobre el árbol genealógico desde hace muchos años y me ayudó con material muy valioso. La cuna de la instalación es la mía, por allí pasaron doce niños de la familia, incluso mi hijo Simón. Todos los objetos imágenes documentos son muy personales.
¿Tuvo algún autor o filósofo en quien sustentar esta investigación?
Me documenté muy bien y me sirvió mucho el trabajo de autores como Santiago Castro Gómez, quien en su libro titulado La Hybris del Punto Cero, explica claramente el tema de la aspiración de blancura, como un mecanismo de control y dominación de la elite criolla, para mantener sus privilegios. Lo sorprendente es que esto, que de la época de la Nueva Granada, habite entre nosotros y esté tan arraigado en nuestro pensamiento.
¿Hubo influencia de algunos artistas?
Para Blanco Porcelana, me parece muy importante mencionar el trabajo de artistas como Regina Galindo, Ellen Gallagher y Liliana Angulo.
¿En cuánto tiempo lo realizó?
Inicia cuando comienzas a preguntarte, a pensarlo. ¿Será desde niña? luego la experiencia del embarazo y nacimiento de Simón, las muchas conversaciones con mi prima Pelu, quien sufrió mucho por esto en su niñez, con mi familia. Durante 2008 hice unos primeros borradores de cartilla y unas notas con la idea de la instalación, la cuna, el móvil, el dibujo y la polvera real, hecho a mano. Este año entre julio y octubre se realizó la producción. Sin embargo, creo que es un proceso en el que sigues pensando investigando y en esa medida el proyecto continúa. La página Web además está diseñada para que la gente pueda participar.
¿Cómo ha sido la respuesta del público?
Yo quisiera decir que buenísima, pero la realidad es que es un asunto delicado, del cual muchos no quieren hablar. Hemos recibido en la página varios testimonios, lo mismo durante las intervenciones, algunas personas se han acercado para contarnos lo que pasa en su casa y tenemos grabado en video ese material
¿Resultó pedagógico?
El taller fue muy significativo porque las profesoras pueden trabajar esto en el colegio. Al final todos contaban miles de experiencias familiares y del colegio.
¿Hacer el trabajo en Blanco y negro se suma de alguna manera a esa herencia mestiza que habita cada molécula de los colombianos?
Sí, fue pensado así. Es muy interesante cuando oyes los testimonios, porque aún hay gente que se considera blancablanca. Y hablan de los afros descendientes estableciendo una distancia y señalando las diferencias. Todos los intentos por definirnos, todas las etiquetas que construimos y la seguridad con que se afirman: blanco, negro, negro azulado, moreno, moreno claro, nos conducen a esa curiosa escala de grises.
¿Qué simboliza la cartilla?
La cartilla es una memoria que reúne el cuento, construido de manera autobiográfica, las frases familiares y los textos.
¿Y la polvera?
La idea de la polvera está relacionada con el modelo de belleza heredado y su relación con las prácticas de belleza y el consumo. Un modelo de belleza euro céntrico que por muchas generaciones se ha construido, a través de las imágenes de la historia del arte que aluden a la belleza, y posteriormente a través de los medios que nos venden este modelo en la contemporaneidad. En mi historia personal, este modelo de belleza también fue el de mi abuelita Teresa, ícono de la belleza y la bondad en nuestra familia, al que difícilmente podríamos alcanzar.
¿Cómo se sintió dejando a un lado los pinceles para pasar a la fotografía, el lápiz y papel?
Creo que fue una búsqueda. Inicialmente para algunas imágenes trabajé también pinturas pero me di cuenta que para desarrollar esta idea requería otros medios, por lo cual tomé la decisión de dibujar e intervenirlos.
¿Piensa llevar Blanco Porcelana a otras esferas del arte nacional?
Me parece muy importante hacer visible esta problemática en diferentes lugares del país.