Recuerdo que cuando estaba en la universidad una de mis compañeras aseguraba con orgullo que podía conocer a un hombre con solo saber su signo zodiacal porque había dormido con todos los signos astrológicos. Además se sabía de memoria el libro de Linda Goodman «los signos del zodiaco’, por eso mis amigas y yo no dudábamos en preguntarle si el signo del hombre en cuestión era compatible o no con el nuestro y hasta nos calculaba su ascendente astrológico, el cual según ella era lo más importante, pues definía la personalidad.

Obviamente era súper divertido hablar con ella, escucharle toda esa retórica llena de historias inverosímiles, con largas sesiones sobre los astros y la personalidad. No puedo dejar de comparar esa época con la que vivimos ahora cuando el internet hace parte de la vida amorosa de las personas y está «in» dar a conocer a la comunidad virtual los mínimos detalles de nuestra vida amorosa. En países como Canadá las redes sociales se volvieron el sitio ideal para conseguir pareja, prácticamente las relaciones son más «online» que «alive» pues la idea es conocer y hacer citas en Facebook, instagram, orkut, bebo, myspace, sónico, linkedin, tagged, twitter, etc.

Atrás quedaron las consultas con la amiga «experimentada«, pues ahora la experiencia se adquiere en cuestión de horas, las relaciones son fugaces, incluso una pareja no han comenzado a conocerse íntimamente bien cuando ya están terminando la supuesta «relación» con bombos y platillos, a cualquier hora de la madrugada en el Facebook.

Sin embargo, esta nueva era no encaja para todos, muchas personas como yo, prefieren mantener   los modelos simples de la vida, en especial cuando vemos que  la gente se aísla en su mundo virtual, la soledad los incita a compartir sus vidas en el «status» de facebook,  los mensajes de textos se  interpretan erradamente y hasta les imprimen  «sentimientos» a esas palabras escritas.

El efecto Copperfield

El  auge de los sitios de internet para socializar es un factor que incide negativamente en la búsqueda de la pareja ideal, pues los hombres no se esmeran en «descubrir» o conquistar a una mujer porque tienen una larga lista de mujeres para contactar. Además ante cualquier barrera o dificultad simplemente se vuelven árbitros de futbol sacan una tarjeta roja y anuncian felizmente: «Next» . Este comportamiento es muy típico también para aquellas mujeres asiduas al ciberespacio que creen ciegamente en la ley del menor esfuerzo.

Eduardo, un joven estudiante de la Universidad Concordia  dice que las latinas nos encanta que nos persigan, nos cortejen, nos inviten, nos conquisten y a veces llegamos al lugar equivocado, pues en ciudades como  Montreal esta estrategia es nula, porque  las mujeres son quienes deben asumir ese  rol.  Cierto o no, latinas o no, muchas mujeres coinciden que encontrar la pareja correcta es cada día más complicado. *Jasmine, soltera de 35 años, una mujer muy atractiva, profesional, de origen marroquí, vive en Montreal desde hace más de diez años y me dijo sarcásticamente que está cansada de conocer a tantos  David Copperfield.

Hace más de tres años no tiene una relación estable, varios hombres que ha conocido, profesionales, atractivos, amables, han mostrado mucho interés, la llaman, comparten su vida por un rato y desaparecen sin dejar rastro, sin ningún motivo, ninguna explicación. Su última relación duró cuatro meses y un día cualquiera su novio le dijo fríamente que lo sentía, pero que en todo ese tiempo no había desarrollado ningún sentimiento hacia ella. Todo este comportamiento atípico, sumado a un extraño desinterés sexual de su pareja, la dejó en una profunda depresión por un mes.

Por su parte, * Chantal , quebequense de cincuenta años, divorciada, con dos hijos, me manifiesta que su mayor temor al conocer un hombre en esta provincia es no tener suficientes ingresos en su cuenta bancaria. «Los hombres en Quebec lo primero que desean saber en una cita es cuánto dinero haces al mes» afirma Chantal mientras me explica que desafortunadamente ella estuvo desempleada pues tuvo que dedicar su tiempo a varias sesiones de radioterapia por eso sus ingresos se vinieron al piso. Pero ahora con una segunda oportunidad que le da la vida, ha hecho esfuerzos por conocer gente, socializar, incluso conocer hombres de otras comunidades culturales por eso se inscribió en los famosos meetups, pero aún no ha tenido suerte.

En otros casos, el internet se ha vuelto cómplice de amoríos e infidelidades. *Martha una colombiana residente en Miami conoció a su esposo por internet y luego de varios años de matrimonio, un día descubrió que su conyugue tenía una adicción por mantener perfiles en redes sociales que no corresponden a su verdadero estado civil y seguía teniendo citas a ciegas.

Para *Albeiro un hombre de mediana edad, divorciado, soltero consagrado y de origen latino, Montreal es una ciudad compleja porque según él existen estudios que afirman que cada dos de seis personas en esta ciudad tiene asistencia sicológica de algún tipo, las depresiones son más frecuentes de lo que pensamos. Prácticamente el obstáculo número uno para encontrar una pareja estable en esta ciudad no es el ciberespacio, es la psiquis humana.

Albeiro asegura: «Es una guerra mental que sostienen muchos hombres para estar felices, estables, satisfechos con ellos mismos, por eso hay personas que a pesar de tener todo para ser felices, se aíslan, se encierran en sus propias aflicciones. Tal vez por eso abandonan las relaciones sin dar explicaciones y las razones para esos trastornos pueden ser diversas desde enfermedades sicológicas, disfunciones sexuales, hasta problemas en su entorno familiar».

Superando la infidelidad

*David un padre soltero que vive en Toronto  ha sabido beneficiarse del internet de una manera diferente, pues fue víctima de un engaño por parte de su ex esposa y ha sabido canalizar todo ese dolor, frustración e impotencia a través de su propia página www.superelainfidelidad.com Desde allí ha compartido su historia que está escribiendo en un libro titulado «Tres en la cama» . Carlos afirma: » Es increíble la cantidad de gente que me contacta, me pide consejos, o simplemente me revela que han tenido vivencias parecidas a las mías. Para él, su página internet ha sido la mejor terapia de su vida, ha hecho nuevos amigos alrededor del mundo, quienes al igual que él crearon un mecanismo de escape para ventilar sus problemas. Hace poco descubrió por azar en la web Mi novia manual de instrucciones, del argentino Fabio Fusaro, es un manual que ayuda a los hombres a cómo no perder a una novia, como recuperar a una ex-novia, o como olvidarla y volver a sentirse bien.

No más «dating»
Las historias de amor siempre  son interminables pero las más preocupantes para mí son aquellas personas solteras que han perdido toda esperanza de realizar su vida en pareja. Hombres y mujeres que se hastiaron de intentar, se dieron por vencidos, no les interesa conocer a nadie más, ni salir, ni arriesgarse. Es muy probable que con semejante actitud ellos mismos se hayan negado el derecho de ser felices ahuyentando a personas que valen la pena.

El caso de *Geneviève me impresionó mucho, ella es una quebequense de origen ítalo- judío, que a sus 45 años, luego de muchos desengaños amorosos, optó por dejar de anhelar una pareja, entonces invirtió todos sus ahorros en adoptar una bebe en Asia, una adopción que se dio después de un proceso largo y tedioso. Conversé con ella por varias horas y créanme que a pesar que su hija le ha llenado un vacío, no sabría decir si es realmente feliz, a ratos su nuevo rol de madre soltera no es suficiente para ocultar sus decepciones amorosas, su aislamiento forzoso, y su tristeza.

 

* Algunos nombres  han sido cambiados por solicitud expresa de los entrevistados.

Meetups: Grupos de solteros con intereses comunes que organzian actividades culturales, deportivas, fiestas. Comunidades locales.

Foto pareja: Lupe Arguello.