Verakai es el show escogido por el Circo del Sol para hacer su regreso triunfal a Colombia en el 2013. La historia de un volcán escondido en un bosque mágico donde viven criaturas fantásticas ha despertado una gran expectativa en el público colombiano.
Esta es apenas una de las tantas historias fantásticas de un circo que cumplió en el 2009 sus bodas de plata divirtiendo al mundo entero. ¿Pero qué hay detrás de toda esta majestuosidad? Por azares de la vida viví cinco años en provincia de Québec donde, en 1984, Guy Laliberté tuvo la brillante idea de conformar un grupo de teatro mezclado con circo callejero, que sin proponérselo excedió los repertorios típicos circenses e inmortalizó el nuevo concepto de música, arte y movimiento.
Atraída por ese viejo anhelo, un día toqué la puerta del Circo del Sol en Montreal y para mi sorpresa se abrió de par en par. Fue así como llegué hasta el corazón del circo, porque aquí nacen todas las nuevas creaciones. La música, el vestuario, el maquillaje, la coreografía y los personajes, cada mínimo detalle me hizo vibrar de emoción porque sus artistas llegan como diamantes en bruto, pero gracias a un entrenamiento especial, son tallados finamente hasta hacerlos brillar como estrellas en el firmamento.
En 2009, el circo celebró su aniversario con la magia de Ovo, (huevo en español) en el 2010 voló muy alto con Totem, pero algunas velitas se venían encendiendo desde el 2008, cuando se inauguraron tres nuevos espectáculos: ZAIA en Macao, China; ZED en Tokio, Japón, y CHRIS ANGEL Believe, en Las Vegas, Estados Unidos.
Asimismo, desde esta fecha apareció en la mira un nuevo mercado: Rusia. El sello inconfundible del Circo del Sol se trasladó a la antigua Unión Soviética y dentro de sus planes futuros está un espectáculo permanente de alta calidad, varios shows en la arena que han recorrido todo el país, para reclutar de paso exuberantes talentos rusos. El Circo aseguró también un lugar en Shangai, China, en la Expo 2010, pues con el apoyo del gobierno canadiense fue el productor del pabellón cultural inspirado en la idea de «Una ciudad viva, sostenible, creativa e incluyente».
Siempre innovando
La primera regla que aprendí sobre el Circo del Sol es conocer el tema del espectáculo antes de comprar un boleto, pues ellos viven en constante evolución. Por ejemplo, Zaia representa a una joven que tiene una percepción de los planetas y las estrellas; es un derroche de danzas y movimientos aeróbicos. Zed es un poco más trascendental y nos pone en contacto con personajes épicos que personifican el tarot e imprimen grandes dosis de malabarismo que nos dejan sin aliento.Y Chris Angel Believe es la personificación de las emociones humanas. Nos traslada con movimientos graciosos y sensuales al teatro barroco, al misterio de la vida o la muerte. Según sus creadores, Serge Denoncourt y Chris Angel, este show fue inspirado en el ilusionista Harry Houdini.
Uno de los detalles que más me ha impactado es que el Circo del Sol inmortaliza a sus artistas de una manera muy peculiar, pues con un material parecido al que emplean los odontólogos para hacer las impresiones de los dientes, se crea un busto o molde con los rasgos exactos de la persona. Es como una mascarilla que se aplica sobre el rostro, se retira y se somete a un proceso especial. El resultado es un molde con la cabeza exacta de cada artista. Todos estos rostros nos hablan de la diversidad cultural y del extraordinario talento de los seres humanos.
Pero además de estos bustos, existen inmensos talleres de costuras, donde se almacenan las telas del mismo color, pues un espectáculo puede durar más de diez años en escena. A cada acróbata se le confeccionan dos pares de zapatos y cuando están concentrados en Montreal, permanecen acuartelados, estudiando sus personajes, entrenando físicamente, perfeccionando sus movimientos, con un régimen nutricional especial y bajo rigurosos cuidados. Así fue como entrevisté por primera vez a Wellington Lima en el 2006; luego, a mediados del 2007, escuché por casualidad a alguien decir que el acto de la Rueda de la Muerte del show Kooza lo ejecutaban unos colombianos y ni corta ni perezosa también fui a buscarlos.
Para Chantal Côté, Jefe de Prensa del Circo del Sol en Montreal, la clave del éxito del Circo del Sol, es la diversidad. «Cuando creamos un nuevo show nos aseguramos de producir algo creativo, innovador, que no se haya visto antes en el mundo. Cuando iniciamos en 1984 no pensamos que la compañía tendría éxito, y que crecería tanto, teníamos artistas callejeros y una meta muy humilde, había un poco de magia, de entretenimiento, en un espacio propio. Pero la historia nos ha hecho ver que fuimos más lejos, de hecho llegamos a Estados Unidos en 1987 y este fue un gran paso que nos abrió las puertas a Europa, Asia Pacifica y recientemente a Sur América». Puntualiza Chantal.