@NataliaGnecco 

Contrario a lo que pensaba,  los jóvenes nacidos entre 1981 y 2000 o más conocidos como  generación «Y»,  no solo  viven enchufados con sus  iphones, ipads, ipods,  al   X-Box  o   Play Station . Ahora, además de ser unos duros con sus juegos de videos, la música tiene un lugar privilegiado en sus habitaciones, donde muchos guardan con orgullo  un  acordeón marca Honner.
 
Uno de ellos es mi sobrino Jorge Felipe Gnecco, su amor por la música vallenata,  sus deseos de tocar bien el acordeón e incluso de interpretarla,  me animaron a  conocer un poco más  sobre esta afición que existe en  los adolescentes, que  cada día invade más las aulas de colegios en Colombia.  Atrás quedó la idea de los papás de antes que pensaban que sus  hijos solo podían tener éxito si eran  doctores, los progenitores  de la generación Y apoyan el talento de sus hijos,  por eso  ser un artista ya no se considera como un «vicho raro».

La imagen del acordeonero también  ha cambiado mucho, ya  no son esos señores algo ermitaños, con una enorme barriga,  ahora  los virtuosos del acordeón son extrovertidos,  con manejo escénico increíble  y vestidos a la última moda. En otras palabras ser acordeonero se volvió muy  «in».

Jorge Felipe estudia en el  Bureche School   toma clases con el profesor Carmelo Gutiérrez, quien interpreta la caja, el  acordeón,  la guacharaca y  los timbales. Sus estudios comenzaron desde que tenía seis años de edad.
«En mi colegio tenemos varias clases electivas de música,  hay  de batería, bajo, guitarra, piano pero yo preferí el acordeón,   quizás porque siempre oía a mi papá  escuchando vallenatos, entonces  me gustó esa música y mis acordeoneros preferidos son Juancho Rois, Rolando Ochoa y Sergio Luis Rodríguez». Asegura convencido Jorge Felipe.

Si bien al principio Jorge consideraba  que el vallenato era para los adultos,   con el boom de  la nueva ola vallenata ,  compuesta por jóvenes talentosos como Kalet Morales (q.ep); Luis Fernando Cuello, Silvestre Dangond,  Peter Manjarres, Felipe Pelaez, entre otros, su percepción cambió y fue así como se sumó a la fiebre del vallenato junto a muchos  compañeros de su edad.

Jorge asegura que por ahora sus presentaciones se limitan más a eventos familiares, como el día de las madres, , una vez en un cumpleaños de una de sus  tías,   le  quitó el turno  al hijo  Diomedes, el gran Martin Elías, y cantó con el  acordeonero Rolando Ochoa. Cuando hablamos del próximo Festival de la Leyenda Vallenata responde: » he ido a dos  festivales vallenatos, pero a mí no me llama la atención competir así, porque no  es lo mismo, a veces creo que gana el que menos debe ganar, no sé. Un amigo compitió por el Magdalena  y era obvio que ganaba pero al final tuvimos una derrota y no  me pareció que el jurado fuera justo. Además es mucho estrés».

El acordeón hace parte de nuestra cultura

Para Lolita Acosta,  jefe de prensa de Los Niños del Vallenato y  reconocida pionera de las artes gráficas aplicada al periodismo,  la afición de los jóvenes de la generación Y es apenas obvio, ella considera que el hecho que el acordeón sea un instrumento musical apetecido ahora en los colegios  es un  reajuste en los programas académicos de cada institución,  para asumir una pertenencia cultural en torno al acordeón.

Desde Valledupar, Lolita explica: «aunque el acordeón no sea un instrumento autóctono,   hace parte de nuestra cultura y ahora también existe un  marcado interés por interpretar instrumentos propios de los  indígenas como   la flauta de carrizo

Cuando le pregunto a  qué se debe  el hecho que  las nuevas generaciones no dejen de lado la música vallenata,  me dice inmediatamente: «Principalmente a la gran difusión y apoyo en medios de comunicación. Existe una  gran cantidad de conjuntos, se habla de ellos en la prensa, hemos ganado Grammy y  básicamente  hay un reconocimiento a nuestra música. Asimismo, Valledupar  es el epicentro de la música vallenata , eso influye en la juventud enormemente, es algo que  experimenta, cada generación. Recuerdo que en  mi juventud,  yo  cantaba Rock and Roll en el Club del Clan,  en radio teatro Guatapuri, bailábamos esa música pero nunca le perdimos el amor a lo nuestro, el gusto continua y se actualiza,  el gran valor de  los clásicos permanece de generación en generación.»

A pesar que el regeton ha invadido los gustos musicales de los jóvenes, Lolita ha constatado  que muchos siguen optando  por escuchar  música vallenata, no se sienten que sea música para viejos, les gusta y prefieren tocar  acordeón en sus clases de música.  Ella cuenta que cuando habla con los padres de los niños, ellos dicen  que sus hijos espontáneamente  piden el acordeón  sin que  se lo sugieran, es como un sentido que se desarrolla,  así como el gusto por la comida, los paisajes, etc. La edad promedio son los cinco años, pero eventualmente hay casos de niños de tres  años, que no pueden siquiera con el peso del instrumento,  pero palmotean, llevan el ritmo.

La incursión de las mujeres en el vallenato también sigue siendo significativa,  si tenemos en  cuenta que las parrandas vallenatas eran solo para los varones, la  mujer era mal vista, solo se limitaban a atender a los hombres y se ocupaban de la comida.  «Hoy vemos niñas que tocan no solamente acordeón sino  instrumentos como caja o guacharaca. Recuerdo que cuando  Jenny Cabello participó en el era algo muy esporádico,  en   40 años  de existencia de la categoría de  Reyes Infantiles  apenas una niña ha resultado ganadora,   Hortensia Granado, quien fue la ganadora de la canción inédita,   de resto  muy pocas niñas han figurado». .» Asegura una de las personas más reconocidas en Colombia por  de difundir la cultura vallenata.

Finalmente  Lolita afirma que en Valledupar hay varias academias  y cada una más especializada que la otra, con pentagramas, solfeos de música vallenata, etc. » Yo me propongo crear un teatro en Valledupar, así como los que hay para cuando se presenta la sinfónica,  vivo en campaña permanente   para que podamos presentar nuestra música  y tener nuestra propia alfombra roja, como se ve en los Grammy y aunque  lamentablemente la parte folclórica siempre carece de recursos  prefieren invertir en los grandes espectáculos internacionales, yo no  desisto de mi  idea».

Fotos: Portal vallenato.net