@NataliaGnecco

 

 Como si fueran un par de novios que sólo se murmuran dulces palabras para admirarse mutuamente, así Armando Manzanero, compositor e intérprete mexicano y Tania Libertad, cantante peruana, radicada en México, decidieron subir  una vez más al escenario del teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo para interpretar temas como ‘Voy’, ‘Pecado’, ‘Que seas feliz’, ‘Llorando por dentro’, ‘Nostalgia’ y ‘Como han pasado los años’.

La pasión de ambos por la música es tan fuerte, que cuando unen sus voces sus almas nos despiertan  un torbellino de sentimientos.  Tania cierra los ojos cuando canta y  su piel absorbe cada palabra que acaricia  su mente, mientras  Armando desliza suavemente sus ágiles dedos en el piano, para deleitarnos con cada melodía, nota, arreglo, fieles a ese ingenio que lo ha inspirado a componer cuatrocientas  canciones y  a posicionar más de cincuenta a nivel internacional.

Armando sigue siendo ese caballero que todas admiramos, el que cede el paso a una dama al caminar, el que no escatima palabras para admirar a una mujer y por eso es grato constatar que su vida artista comulga con su propia identidad. Es un hombre muy talentoso, pero humilde,  paciente y generoso, por eso comparte su fama, su escenario, sus canciones sin la más mínima muestra de  egoísmo.

Al preguntarle a Manzanero cómo fue ese primer encuentro con Tania, que culminó en el exitoso álbum Armando la Libertad en 1995,  él suspira y con admiración afirma que la vio a la salida del teatro Miraflores, luego de una presentación y quedó cautivado por su potente voz, que no solo se deja acompañar muy bien por el piano, sino que tiene una increíble personalidad cuando opta por cantar «a capella».

Tal parece que esas «corazonadas»  de Manzanero para identificar una artista que pueda acoplarse a su estilo musical, siempre tienen un resultado extraordinario,  ahora su dúo con Tania ha  traspasado fronteras, sus trabajos La libertad de Manzanero, Armando La Libertad  y el último,  «desArmando a Tania», han sellado  con broche de oro esta unión. Recientemente, Tania  celebró sus  cincuenta años de trayectoria artística en el Palacio de Bellas Artes de México, ella hizo sus primeros pinitos a los ocho años de edad,  hoy cuenta con una   producción discográfica de más de treinta y siete discos.  Fue reconocida por la Unesco con el título de Cantante por la paz y maneja géneros tan variados como música negra peruana, música criolla peruana; ha  interpretado baladas, boleros, canciones de protesta, nueva trova, salsa, rancheras, música brasileña. Además ha musicalizado poemas de Mario Benedetti, Pablo Neruda y Juan Gonzalo Rose.

Cuando habla de la experiencia artística que han compartido, Tania no se queda atrás en alabanzas al Maestro, tal parece que fueran almas gemelas que el destino cruzó para explotar hábilmente su talento. El solo hecho de pasar siete años estudiando meticulosamente cada canción de Manzanero para encontrar una fusión musical que no arruinara la sutileza de cada una de sus baladas es todo una proeza, ella afirma: «es un Manzanero electrónico que preparé  por mucho tiempo para grabar un CD con ritmos peruanos y cubanos, una fusión única».

El autor de Voy a apagar la luz, Contigo aprendí, Adoro, Esta tarde vi llover, Por debajo de la mesa, Somos novios y Felicidad, estará también con Taina  en Pereira en el teatro Santiago Londoño y  en el teatro Metropolitano de Medellín para robarle  más de un suspiro al publico paisa.  Si bien Manzanero ha sido interpretado por personajes de talla internacional como Frank Sinatra, Tony Bennett, Elvis Presley, Frank Pourcel, Paul Mauriat, Ray Conniff, Caifanes, Manoella Torres, Marco Antonio Muñiz, Edith Márquez, Raphael, Moncho, José José, El Tri, Andrea Bocelli, Andrés Calamaro, Christina Aguilera, Pasión Vega y Luis Miguel, Colombia tiene un espacio importante en su corazón gracias a la cantautora María Isabel Saavedra.

Según Manzanero, conoció a María Isabel cuando ella era directora del teatro Patria en Bogotá y se enamoró de su voz en el festival de Manizales, fue así como le propuso orientarla y producir con ella un disco en México, oportunidad que no desperdició Saavedra, quien fue ganadora del Festival Mono Nuñez (1987), ha representado a Colombia en muchos festivales internacionales y ahora vive  en Miami, donde continua conquistando terreno con su carrera artística.

Haciendo gala de su caballerosidad, Manzanero mira de reojo a Tania, como pidiendo permiso para concentrase en Saavedra  y recordarnos a todos los presentes que la artista palmireña posee una de las voces más extraordinarias de Colombia, con nostalgia asegura: «admiro mucho a María Isabel, ser artista en Estados Unidos es muy difícil, siempre le he deseado lo mejor y cuanto me gustaría que su talento fuera aún más reconocido».

Cerrando este paréntesis con una encantadora sonrisa, el ganador del premio Grammy Latino en  2001 por mejor álbum vocal Pop, Duetos, responde a mi última pregunta referente al «Bolero» como ese género musical que lejos de extinguirse, tiende a evolucionar. Manzanero me interrumpe  para decir: «no me gusta hablar de «Bolero», no es necesario encasillarlo,  yo lo concibo mejor como la canción romántica y mientras exista el amor, existirá la canción romántica».  Tania se apresta a responder: «para mí el bolero nunca muere, por esos las composiciones de Armando se escuchan bien en todos los ritmos ya sea en rancheras, en tango, en salsa, o en vallenato. Las canciones de Armando Manzanero son universales».

Esta afirmación cobra mucha importancia viniendo de  la ganadora del Grammy Latino a la Excelencia Musical (2009), quien se ha convertido en una de las voces más importantes de América Latina, ovacionada por el presidente de México   Felipe Calderón y por el Nobel de Literatura Gabriel García Márquez cuando celebró su aniversario artístico. Por algo este dúo de artistas se funde en un solo corazón para llevarle al público lo mejor de su talento.

Al despedirme le pregunto  disimuladamente a Tania, ¿cómo cuidas esa voz tan privilegiada que tienes? Y ella sonriendo me responde: «Con un buen trago de Tequila».

Fotos: Cortesía Teatro Julio Mario Santo Domingo