@NataliaGnecco
La obra de Juan Manuel Vásquez es muy profunda, con solo admirar sus cuadros se evidencia una postura, una identidad que no es ajena a sus vivencias y portan un mensaje. Es innegable su paso por México como asilado político, al igual que su vida como inmigrante en Canadá. Como él firma, sus pinturas tienen ese desgarramiento que sufrió de extrañar la tierra amada, alejarse de lo que fue su vida durante muchos años, pues regresó a Guatemala dieciséis años después de haber vivido en el exilio.
Vásquez es un artista incansable, luego de ser elegido en la muestra de ArtMonaco, de convertirse en su imagen promocional en el 2011 en el Forum grimaldi, partió dos años después al Norte de Quebec en búsqueda de otra aventura.
El Consejo de Artes y Letras de Quebec le otorgó una residencia de artista en el pueblo Inuit, es así como ahora prepara el lanzamiento de una nueva exposición para presentar más de treinta cuadros inspirados en la fusión de los Inuits y sus raices Mayas.
¿De qué manera la transición entre México y Canadá influyó en su obra?
El hecho de no saber qué iba a pasar al día siguiente con mi vida, vivir en una constante incertidumbre, estar como con una mano adelante y otra atrás, sin poder cambiar un par de zapatos durante tres o cuatro años, todo eso me marcó. Es una impotencia de querer hacer algo, pero no puedes por la situación que estás viviendo, afortunadamente trabajé estando en México y pude pasar el tiempo de exilio ocupado. Después, cuando entré a Canadá tuve un momento en paz para descargar todo lo que tenía dentro de mí: La opresión, represión, la situación de exilio. Todo lo mostré a través de la pintura.
¿Qué significa el Buhonahual?
Comencé a trabajar en algo que es propio de mi familia. Mi mamá es Maya, pero crecí sin tener reconocimiento de mis antepasados, pues en ese tiempo era vergonzoso sentirse indígena en Guatemala, había mucha discriminación. Últimamente eso ha cambiado y al salir al exterior empecé a valorar esa parte de mí, de allí viene el Buhonahual. Cuando un niño nace dentro de una comunidad Maya, los ancianos le hacen un regalo y es el espíritu de un animal que lo va a proteger durante su vida, eso es algo que también se da en los pueblos indígenas de Asia, África es la misma tradición. Pinté al animal que protege a esa persona que está en la pintura, pero es también una parte que conecta al ser humano con la naturaleza, para que se aprecie el ambiente, para no destruir la tierra.
¿Qué simbolizan los elementos en su obra?
Hice mucho trabajo con cerámica y se utilizan esos cuatro elementos, el viento, el fuego, el agua y la tierra, pero para hacerlo se requiere del amor, que es el quinto elemento, por eso es muy importante todo lo que se hace a mano con arcilla, son los cuatro elementos de la tierra más la persona que lo hace con amor, así tiene su significado. Traté de hacer una serie de veintitrés pinturas y reduje a tres o cuatro colores mi paleta, que son colores de la tierra como el ocre, gris, blanco lo limite a esos colores. Me pongo desafíos cada vez que pinto y pienso a dónde más puedo ir. No quiero conformarme con lo que hago. Mis pinturas están en constante evolución.
¿Por qué es tan vital la textura en su obra?
La textura es todo lo que es el planeta tierra, porque no vivimos sobre una superficie lisa, estamos sobre superficie con texturas por todos lados, es como cuando estás en un avión y ves los árboles las montañas. Yo trabajo mis pinturas a partir de la textura primero, el diseño después y el color, no es necesario que sea el mismo orden pero siempre es textura, dibujo, pintura. No tiene sentido trabajar sobre una superficie lisa y le digo a la gente que venga a tocar mi obra, porque los ojos de las manos ven mejor que los ojos del alma. Muchos tocan y se sienten más cerca de lo que hago, me gusta que toquen mis pinturas.
El arte es una inversión
Juan Manuel ha encontrado muchas formas de permanecer en contacto con Guatemala, a pesar de no ir desde el 2004 apoya proyectos de agua potable para niños Guatemaltecos y con un grupo de voluntarios canadienses promueven la instalación de eco-estufas, pues las familias tradicionales de su país usan fogones abiertos en las casas y ese humo negro es perjudicial para la salud, con este proyecto el promedio de vida se ha aumentado notablemente. Todas estas actividades le ayudan a sentirse cerca de su gente, pero Quebec sigue siendo el epicentro de su trabajo.
¿Qué tan rentable es Montreal para los artistas?
Mi reto es entrar el mercado de Montreal porque es difícil entrar a las galerías, todavía no lo logro. Si en Europa el mercado está lento, en Estados Unidos donde más venden las galerías de Montreal también está lento, entonces tienes que ser alguien que venda demasiado para que te vean y piensen que aquí vas a vender. Montreal tiene la mayor cantidad de artistas de todo Canadá per capital, pero hay una gran cantidad de oferta y la demanda es poca. Muchos colegas tienen que salir a vender al exterior. El mercado de Canadá es pequeño, es otra razón que impide entrar a una galería.
¿Y afuera de la ciudad ha encontrado alguna?
Tengo una galería que me representa en Niza, otra en Ottawa y en Laval, eso me da cierta tranquilidad. El plan es conseguir una galería en Montreal, Toronto, Colombia Británica, Nueva York y Suiza, aunque sigo trabajando el pequeño mercado, ósea todos los festivales del verano en Quebec. En junio estaré haciendo un taller en la frontera con Ontario, en el Festival de Arte del Mundo Contemporáneo. En septiembre estaré ocupado mostrando mis pinturas, en invierno preparé el material del próximo año.
¿Es partidario de vender copias de sus obras?
He realizado dibujos o diseños, para grupos de derechos humanos, de justicia y paz y vendí la imagen para un poster pero doné lo que recaudamos. Pienso que lo que uno hace lo debe ver la mayor cantidad de gente, no tengo ningún problema que mi pintura esté en una T-shirt pero cuando he hecho reproducciones, advierto a los clientes que es una copia y yo vendo originales, lo cual es una inversión, aunque mucha gente no lo vea así. Tenemos una gran cantidad de artistas, pero la gente en Quebec no se da cuenta que ellos serán la vanguardia del arte, ahora pueden ver y adquirir esas a bajo precio, pero la gente no las compra.
¿Es diferente en Europa?
La provincia de Quebec donde vivo, no tiene una educación en el arte, no es como en Europa donde la gente por años ha comprado obras, las coleccionan a pesar que las casas son pequeñas y es difícil guardarlas. En Europa el arte es una inversión, por eso los artistas consagrados venden a grandes precios porque la gente compra una pintura de ellos y en cinco años la venden y obtienen 50 mil dólares o euros de ganancia, es una inversión grande.
¿Qué diferencias observa en el público en el momento de adquirir las obras?
En Europa todo se hace por catálogo. Vienen a ver las exposiciones, después van a su casa, o a un café, se sientan lentamente, observan y llaman a la galería, a partir de allí hacen el negocio. En Montreal todo se reduce al coup de coeur , me gustó la pintura la voy a comprar, pero si tienen dinero en el bolsillo, de lo contrario, no.
¿Le inspiró de alguna manera esta experiencia cuando su obra fue escogida para ArtMónaco?
Cuando hablo de inspiración pienso en Picasso: El artista debe trabajar todos los días. Si la inspiración llega algún día, que te encuentre trabajando. Regresé con muchas ideas y proyectos en mi cabeza. Siento que mi trabajo ha cambiado, porque hay influencia de la sociedad donde uno vive, igual el color me sale sin querer, el invierno no me induce a pintar solo grises. Ver el sol, el mar en la Costa Azul llegar a Montreal y encontrarse otras culturas constantemente, es algo que influye. Pero si no hay inspiración hay trabajo de oficina, una vida familiar. Cuando estaba soltero no tenía horario, ahora sí.
Por último, usted afirma que el arte es tan necesario como el aire que respiramos. ¿Por qué?
Si un país le da educación a sus niños, salud a su población y si apoya el arte en todas sus manifestaciones va a crear una sociedad sana. Estará formando seres humanos con una gran sensibilidad, podrá ir más allá que los demás países. El fútbol es importante, pero el arte es más que un deporte. Si en lugar de tener un ejército dejaran esos cuarteles para escuelas de artes o centros para investigar enfermedades, las cosas cambiarían mucho. Pero le damos más importancia a un ejército, compramos armas, aviones, taques. El arte es importante para sobrevivir, es como el aire que respiramos. Un país que apoya a sus artistas crea empleo, bienestar.
Fotos: Juan Manuel Vásquez.
Video: Stéphanie Laurin
Agradecimientos: Jhonessco Rodríguez