@NataliaGnecco

Imaginando notas en el piano, la guitarra, la guacharaca, la percusión y soñando siempre con ser un artista, así pasó su niñez Alfonso, mientras el reloj marcaba las horas en el lento transcurrir de calurosas tardes en Valledupar. Hasta que un día encontró en el acordeón su identidad como músico y todo sucedió cuando menos lo esperaba, en el cumpleaños de su tía, La Polla Monsalvo, pues varios familiares lo animaron a unirse al grupo vallenato que animaba la parranda. Sin pensarlo dos voces tomó el acordeón para deleitar a los oídos más exigentes que participaban en el agasajo, entre ellos el de Consuelo Araujo, quien al ver la destreza del joven, sonriendo se le acercó y le murmuró con picardía: “hijo, ¿y tú por qué no te presentas en el Festival Vallenato?”

Fue en ese preciso momento que Alfonso Monsalvo Baute decidió competir por la corona de Rey Vallenato, una competencia que cada año se ha convertido en su mayor anhelo, pues desde el 2006 se presentó como aficionado, para luego saltar a las ligas mayores. Del 2009 hasta el 2013 ha logrado llegar a dos semifinales y dos finales, ocupando el segundo puesto el año pasado cuando Wilber Mendoza se coronó como Rey Vallenato.

Hoy, a menos de un mes de celebrarse el 47 Festival de la Leyenda Vallenata en honor al cantautor Diomedes Díaz, “Ponchito Monsalvo”, como se conoce en el mundo artístico, se prepara de nuevo para tratar de llevarse la tan apetecida corona, escogiendo con lupa el material musical y haciendo arreglos para incorporarlos a las canciones con las que desea concursar.  Desde enero comenzó ensayos con su conjunto, para acoplar cada uno de los temas seleccionados, que poco a poco han ido consumiendo sus minutos, pues los ensayos se incrementan a medida se acerca el Festival.

¿Pero qué le ha faltado a Ponchito para alcanzar su gran sueño? Con un poco de timidez el desnuda su alma: “la verdad no creo q haya sido algo en particular lo que me ha faltado. Todos los festivales me preparo de la misma manera, con el mismo entusiasmo y obviamente los festivales anteriores me sirven de experiencia para estar en mejores condiciones musicales que la primera vez que concursé. Creo que el año pasado se hizo un gran papel ocupando el segundo puesto y lo más importante es que la gente reconoce el trabajo que he venido haciendo”.

Como participante tiene que estar preparado para interpretar los cuatro aires del vallenato de manera excepcional, pero sin duda el que más le gusta es el Merengue, por su cadencia y alegría. Para este año tiene preparado tres merengues de la obra musical de Diomedes Díaz, pues es obligatorio interpretar dentro del repertorio una canción que haya grabado el Cacique de La Junta. Al preguntarle si puede adelantarme uno de los temas, se apresura a contestar: “Bueno, te digo uno, Palomita volantona, que es muy conocido. Estoy seguro que muchos colegas lo van a interpretar”.

Poncho considera que este homenaje al Cacique es más que merecido, pues sin duda alguna es el artista más grande que ha tenido el vallenato, por eso afirma que en hora buena la Fundación lo escogió para hacerle este homenaje póstumo. Al hablar de la herencia musical que nos deja Diomedes me dice con nostalgia: “yo recuerdo mucho cuando Rafael Santos empezó su vida artística coincidimos en varias parrandas y actuamos juntos en varias ocasiones, lo mismo con su hermano Diomedes Dionisio. Tienen una herencia muy grande y un talento que honra a su progenitor”.

Alfonso Monsalvo Baute empezó su carrera profesional en el 2007 haciendo parte del proyecto musical Los Gavilanes, por cuatro años se destacó como un gran acordeonero y arreglista dejando su huella en dos producciones, con canciones que fueron muy bien acogidas por el público como Los Gavilanes, La Pena que me dejó, Tarde, Pa’ lante es que vamos, entre otras. Asimismo, hizo pareja musical por dos años con Orlando Acosta (Ex vocalista líder del Binomio de Oro) y grabó un álbum del cual se desprendieron éxitos a nivel nacional como: Dime de frente, Vete ya, Voy a dejarte y Compañerita de mis sueños, trabajo que lo califica como unos de los acordeoneros con mayor proyección en la actualidad.

Al preguntarle cuál cree es su mayor virtud Popnchito me confiesa: “Pienso que es la de mantener esa esencia vallenata de nuestros juglares, la misma que se ha ido perdiendo en nuevas generaciones, quienes por el afán de comercializar la música vallenata han descuidado y dejado a un lado. Por eso para mí el acordeonero que dejó un estilo musical que identifica la música vallenata es Luis Enrique Martínez, de él se desprende la escuela moderna”.

Actualmente Alfonso es el acordeonero de Elkin Uribe, un joven artista que se ha destacado por su calidad vocal, una unión en la que ambos vienen trabajando con mucha disciplina para lograr esa armonía entre la interpretación del acordeón, los demás instrumentos del conjunto y la voz líder. “Con Elkin empecé a trabajar desde enero del 2014, luego de varios meses de escuchar opciones para hacer un proyecto musical con el cual me identificara, pues ya había culminado mi proyecto con Orlando Acosta a finales del año pasado. Me decidí por él porque considero que además de ser un muy buen cantante mantiene esa esencia vallenata con la que me identifico. Es una gran persona, con una calidad humana inmensa, la cual es necesaria para hacer un matrimonio musical perdurable y estable”. Asevera Monsalvo.

Como un adelanto para quienes ya están preparando sus maletas para ir a Valledupar a ver este duelo de acordeoneros en el 47 Festival Vallenato que tendrá lugar del 29 de abril al 3 de mayo, Ponchito me revela que tiene preparadas tres puyas inéditas, su faceta de compositor sale a relucir durante nuestra conversación: “ para componer, lo primero es definir el tema principal para la canción e identificar la melodía, que por lo general me llega en un momento de inspiración y aunque comercialmente no he grabado nada mío empecé con un son y en el 2013 presenté dos Puyas más”.

Para despedirme le pregunto por qué le gusta tanto componer temas para este ritmo tan afín a la cumbia, pero tan acelerado, que a simple vista es tan complejo, que es la prueba más difícil para un acordeonista y sonriendo me contesta, con ese soncito tan sabroso que usan los vallenatos al hablar: “ porque es muy jocoso y además se presta pa’ pullá la gente”.

Agradecimientos: Ana Monsalvo
Fotos: Archivos Ponchito Monsalvo