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@NataliaGnecco

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“Disfruta del hombre equivocado mientras llega el indicado”, este es uno de los consejos que escuchamos con más frecuencia en nuestra agitada era digital, por eso septiembre, mes del amor y la amistad es el momento propicio para conocer un poco la experiencia de quienes han seguido al pie de la letra esta lección, quienes no comulgan con esta práctica o quienes al igual que Sofía, piensan que nada se pierde con probar.

Con mucha picardía en los ojos la odontóloga de 30 años se lanza a contestar: “No somos adivinas, hay que tomar riesgos, porque en la vida uno nunca sabe lo que pueda pasar, ya sea que el tipo se convierta en una más de tus desilusiones o simplemente sea el amor de tu vida ¿Quién sabe?

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Desde un restaurante muy trendy en La Macarena, Marco, economista independiente de 47 años, me dice que está cansado de servir de pañuelo de lágrimas de sus dos mejores amigas, quienes son conscientes de su “metida de pata” pero prefieren seguir protagonizando el eterno culebrón. “Yo siempre les digo que el hombre perfecto no les va llegar nunca, pero de allí a empecinarse en mantener estas relaciones nocivas, hay una gran diferencia. No lo entiendo.”

Mientras tanto, en el norte de Bogotá, María de Pilar relacionista de 46 años, apenas termina su larga jornada de trabajo, pero el cansancio no le impide decir que no se puede y agrega: “No te puedes encarretar con el equivocado, es difícil, durísimo, lo digo yo que siempre he vivido rodeada de inapropiados, crees que ese es el tipo, le metes toda la ficha y terminas perdiendo el tiempo. Obviamente cuando tenía 30 años no pensaba igual, pero el hombre equivocado siempre te hace sufrir, te rompe el corazón y terminas desquitándote con el apropiado.”

Y hablando de tropezones, la historia de Sandra va más allá, porque es una de esas mujeres que padeció el síndrome “Runaway Bride” o “novia fugitiva, pero hizo caso omiso a su instinto y terminó en el altar con el hombre equivocado. Ahora siente que sus intereses, gustos, aspiraciones salariales, son muy disímiles, que no es la persona con quien desea pasar el resto de su vida, pero se siente incapaz de tomar la decisión, con tristeza explica: “estar casada con el hombre equivocado es como vivir en una jaula de oro”.

Por su parte Carole, artista de 49 años, señala no tener remordimientos por mantener una relación con el hombre, que a sabiendas no cumple con sus expectativas. “A pesar de ser un hombre divorciado, libre, socialmente es un desastre, no me representa para nada, no le gusta salir, no le gusta bailar, odia viajar, no es divertido, no se integra… solo tenemos sexo. Por eso estoy abierta a muchas posibilidades, frecuento otras personas, me divierto, no me aíslo y mientras tanto esta relación me evita tanta soledad”.

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Angie, abogada de 31 años, no se aparta mucho del punto de vista de Carole, por eso afirma emocionada: “ ¡Wow me parece perfecto! Porque si me pongo a esperar al hombre indicado no voy a saber nunca cuándo llegará, además estar con el hombre equivocado conviene porque de repente ese mismo se convierte en el indicado”. Sin querer aguarle la fiesta a Angie o a Carole, Adriana psicóloga de 50 años prefiere aclarar: “Cada equivocado te va dejando más prevenida, lo ideal es salir con ellos, pero sin compromiso, sin enamorarse y así cuando se termina el “affair” ni sufres, ni te previenes innecesariamente. Imagínate, si el indicado jode, ¿cómo será el equivocado?

Como el acertijo para muchas mujeres sigue siendo cómo dejar de salir en serie con hombres equivocados, tal vez una respuesta acertada la pueda suministrar Bárbara Greenberg, escritora, psicóloga clínica especializada en el tratamiento de niños, adolescentes y familia, quien afirma que si pudiera ganarse un dólar por cada mujer encantadora que confiesa que el hombre en cuestión, no es el indicado sería millonaria.

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A grosso modo, Bárbara explica que la mejor manera de acabar con esa cadena de “hombres equivocados” es cambiar el “prototipo de hombre” que se tiene en la mente y enamorarse de verdad. Si una relación causa más dolor que alegría en la vida, entonces es el momento para poner fin a este patrón, para esto ella habla de cinco maneras comunes que tienden a definir al tipo de hombre y cómo romper esos hábitos para empezar atraer al hombre ideal.

Lo primero es dejar de juzgar a los hombres por su apariencia y darle la oportunidad a quienes no están en nuestro “menú principal”. Luego propone dejar de indagarles tanto la vida profesional a los hombres, pues ¿qué tal que la felicidad esté al lado de un artista y no de un abogado? También está en contra de discriminar a un hombre por su edad, e invita a las mujeres aceptar citas con hombres más jóvenes o viejos de lo usual, pues así surgen las sorpresas y de paso el amor.

Y como las mujeres tienden a preferir al malo de la película, por ser aventurero y emocionante, Bárbara advierte que salir con el “nerd” del paseo puede ser igual de exitante. Además invita a no encasillar a los hombres en introvertidos y extrovertidos, pues a menudo las mujeres se quejan de esos rasgos de personalidad, sin saber cuál les conviene más. Finalmente, Greenberg sugiere que se deben tomar riesgos y desviarse del tipo de hombre tradicional, pues enamorarse y ser feliz es un acto de fe.

Fotos: All Dating Guide.

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