@NataliaGnecco


La celebración del Día del Periodista el próximo 9 de febrero no sólo evoca la aparición del primer periódico de de la ciudad de Santafé de Bogotá dirigido por el cubano Manuel del Socorro Rodríguez, también inspira a una sana reflexión sobre la evolución del periodismo escrito, pues lamentablemente la “inmediatez” que ofrece el periodismo digital ha provocado una información efímera, en donde cualquiera puede convertirse en reportero.

De hecho el periodismo escrito cada vez está siendo más ultrajado por la era digital, pues todo el mundo asume el rol de periodista en internet sin el mínimo asomo de vergüenza: actrices, haciendo columnas de opinión cometiendo errores que solventan de manera banal, con sonrisitas porque estamos en la era “light”; blogueros anónimos haciendo denuncias judiciales; o jefes de comunicación con cero conocimientos de periodismo, pero juzgando a diestra y siniestra el estilo periodístico, porque después de todo no se requiere de una profesión para publicar en la red, titular noticias o redactar un comunicado.


Lo paradójico es que la ética de un periodista no le permite tomar un bisturí para operar a un paciente o irrumpir en una sala para determinar si existe suficiente evidencia contra un acusado para llevarlo a juicio, o no, porque quienes ejercen limpiamente la profesión están de acuerdo con el proverbio “zapatero a tus zapatos” y nadie mejor que Ramón Salaverría, profesor de periodismo especializado en la investigación sobre ciberperiodismo y medios digitales de la Universidad de Navarra para justificar aún más mis humildes cavilaciones.

En el libro Cambio Mediático del autor Francisco Campos Freire, el profesor  Salaverría dedica todo el capítulo cuarto al “Ciberperiodismo sin periodistas, diez ideas para la regeneración de los profesionales de los medios digitales” y es categórico en afirmar que la profesión periodística atraviesa por un momento delicado de precariedad laboral, desinterés por la formación permanente, escasa especialización, sospechas de sometimiento a las presiones políticas y empresariales, al igual que a la banalización de los contenidos.

Asimismo, en su cátedra de documentación periodística Salaverría propende por el aprendizaje de técnicas de investigación periodística en internet, un tema que deberían adoptar no sólo las universidades, sino todos los medios de comunicación en Colombia, para evitar atropellos cuando se tratan de denuncias penales o señalamientos delictivos que hacen a veces de manera irresponsable algunos cibeperiodistas o para evitar replicar noticias que aparecen en redes sociales como la historia del universitario en Medellín que era supuestamente el primer caso confirmado de ébola en Colombia.


La falta de investigación en el ciberperiodismo es tan notoria, que los ejemplos son vergonzosos, recordemos el del melodrama que se generó cuando el medio campista Serey Die lloró durante los actos protocolarios del partido entre Colombia y Costa de Marfil y en las redes se fomentó el rumor que se debía a la muerte repentina de su padre. Lamentablemente medios como El Espectador, El Tiempo, replicaron la información que circulaba por redes sociales, porque en segundos se volvió trending topic nacional en twitter, con el hashtag #FuerzaSerey.

¿Análisis vs Opinión?


Conjuntamente con la evolución del periodismo digital, también se han producido cambios en la audiencia, quien ya es capaz de forjarse su propia opinión respecto a las noticias que ve publicadas en la red, en este sentido vale la pena recordar las sabias palabras de Juan Gossain, quien explica que el mundo dejó atrás el concepto de opinión por el análisis, por eso es enfático en afirmar: “hay que eliminar los adjetivos de la información periodística”.

Gossain va más allá al expresar que los antecedentes y los protagonistas de los hechos presentados de forma clara le permiten a las audiencias construir su propia opinión. La pregunta entonces es ¿qué tanto análisis se está haciendo en el ciberperiodismo? Porque no todos los portales noticiosos conocen la diferencia entre opinar y analizar, por eso encontramos denuncias con altos tintes de imparcialidad, donde no se consultan todas las fuentes implicadas en  la noticia  y se induce a la audiencia mediante el uso y abuso de calificativos, que desacreditan el periodismo.

De acuerdo con el estudio Periodismo Digital en Colombia 2010 la mayoría de medios digitales que tenemos son versiones de medios tradicionales y se han identificado ochenta y ocho medios originales para la web que han tomado mucho auge entre ellos KienyKe, La Silla Vacía, Primera Página. Com, Razón Pública, etc, pero no dejan de inquietar las palabras de Gossain en estas propuestas de Ciberperiodismo que han revolucionado el periodismo tradicional colombiano ¿Qué tanto están incentivando más el análisis que la opinión?

Y como punto final a esta reflexión, de nuestro rol en el periodismo digital, quiero recordar las palabras de Gabriel García Márquez: “la regla de oro será la de siempre: la caballerosidad y el respeto por la fuente”, a la cual yo le agregaría, el respeto por la dignidad humana.

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