@NataliaGnecco


El día de San Valentín es el momento propicio para que las parejas expresen su amor mutuamente, pero al parecer Cupido, ese niño armado de un arco que dispara flechas a dioses y humanos para provocar un profundo enamoramiento está haciendo de las suyas, por cuenta del “síndrome de la Duquesa”.

La historia de la famosa Cayetana Fitz-James Stuart, Duquesa de Alba, (Q:E.P.D) quien vivió sus últimos años en compañía de su amado 25 años menor que ella, no sólo acapara los chismes de la farándula, también alimenta las alas de Cupido, al igual que el boom de las cougars: mujeres mayores que les gusta engancharse en relaciones con hombres jóvenes. La lista de “asalta cunas” es interminable, pero la encabeza Madonna de 55 años con su  extensa lista de novios de veintitantos, Susan Sarandon, Demie Moore, Kathy Griffin, Jenifer López, Cameron Díaz, Sandra Bullock… ¿Inspiradas tal vez en Ivana Trump, Joan Collins  o Raquel Welch?

Mientras esta tendencia se acentúa globalmente y las redes sociales explotan los “affaires” de las más afamadas “cougars” del planeta, aquí en Bogotá, para no llevarle la contraria a Cupido, se habla de preferencias entre ser niñera o enfermera, es decir, salir con un hombre menor o mayor. ¿Pero qué tan deseosas están las mujeres de la capital de empuñar las banderas de la fogosa Cayetana?

La encuesta que me propuse hacer arroja respuestas muy diversas, comenzando por Rosa, abogada, divorciada de 52 años, especializada en familia, quien sin tapujos me dice: “salir con un hombre menor de 40 años…¡ni pal pecado! Y menos con el hijo de una amiga”. Por su parte Marcela, publicista de 32 años se ha topado con muchos viejos verdes, por eso no le molestaría frecuentar a un hombre menor que ella siempre y cuando sea alguien independiente, trabajador, que tenga su propio carro y que no viva con la mamá… Mejor dicho, que sea un tipo “flying high”.

Después de estos dos testimonios decidí husmear en un nutrido grupo de mujeres que compartían un soleado día en una de las terrazas de Harris Bar en la G y coincidencialmente me encontré con Johana, administradora de empresas de 36 años, quien me asegura que haciendo de niñera se divierte más… Suelta una carcajada y manifiesta: “mira es cuestión de afinidad, antes salía con un hombre quince años mayor que yo, pero no podía compartir nada con él, ni la música, ni los gustos, ni siquiera ir a bailar. Ahora con mi novio de 31 años siento que tenemos muchas cosas en común, además tiene más energía… ¡Tiene mucha pila!”

Y como el clima bogotano se distingue por su bipolaridad, esperé la oportunidad de un delicioso día lluvioso en la plazoleta de comidas del Centro Internacional Bavaria para abordar a Lina, ejecutiva de 37 años, experta en mercadeo, quien sin pelos en la lengua asegura: “la verdad prefiero las relaciones sin gas” Enseguida la interrogo: ¿Cómo así? Ella sonriendo me explica: “¡sin gastar un solo peso! No cambio a mi pareja que es mucho mayor que yo, porque me llena de atenciones, me lleva a los mejores restaurantes de Bogotá, me apoya económicamente y además es un amante experimentado, muy complaciente”.

En otro ameno almuerzo en el restaurante Gaudi en La Macarena, Valeria, publicista de 51 años no disimula su disgusto ante mi pregunta de si preferiría salir con un hombre menor y va directo al grano: “el colágeno lo venden en Fedco, yo me quedo con mi cincuentón”. Su colega Clarita, no puede evitar meter la cucharada y jocosamente declara: “ni niñera, ni enfermera, amante”.

Ante la negativa de Valeria, quien es divorciada, les recuerdo un reciente artículo del Huffington Post que promueve cinco fabulosas razones para salir con hombres jóvenes: primero, les encanta la experiencia de una mujer mayor; son de mente abierta; son muy sensuales; tienen una energía contagiosa y finalmente si usted sabe lo que quiere, es muy probable que le den la talla.

Luego de revisar estos cinco puntos, mi última participante, Gina Paola, administradora de 48 años confiesa que definitivamente prefiere salir con hombres jóvenes porque no tienen tanta carga emocional, respirando profundo relata: “me cansé de los enredos que tienen los tipos de mi edad, entre el divorcio, el abogado, la psicóloga, la ex mujer, la ex suegra, los hijos, etc, etc. Mi último fiasco fue aceptar celebrar el Halloween con un amigo que tenía sus hijos a cargo justo ese fin de semana, recuerdo que me dijo voy a dormir a los chinos y te llamo… ¡Creo que todavía tiene pendiente esa llamada! ”

Fotos: Idiva.com, Zastavki.com.