@NataliaGnecco
“Los chicos malos me gustan”, con mucha picardía Gabriela de 17 años toma la palabra mientras su amigo Edgar se limita a escucharla, en medio de un agradable almuerzo previo a la celebración del Día de San Valentín, en Andrés DC. Gaby se apresura a explicar que no se refiere a un patán, ni un mal educado, ni violento, su rechazo va dirigido a esos jóvenes que ella y sus amigas llaman “gay” por ser muy melosos, tiernos, aburridos, llorones o demasiado sensibles.
Edgar mete la cucharada para protestar: “¿qué tiene de malo ser detallista o tierno? A mí me gusta regalar chocolates, escribir cartas, regalar flores en San Valentin…” Con toda la confianza del mundo, Gaby lo interrumpe para explicarle: “mira, por ser tan, tan especial, todas quieren ser tus mejores amigas, pero nadie quiere ser tu novia”. Con este baldado de agua fría no cabe duda que la tendencia “Being emotional is not cool, being tough is the rule” ( algo así como ser emocional no es chévere, la norma es ser rudo, racional) se está imponiendo en las relaciones, mucho más de lo que pensaba.
A menos 11 grados, Carlos estudiante de 21 años del collage Dawson en Montreal me comenta que esta actitud allá es epidémica, pues lo ve siempre en todas los bares o fiestas a los que asiste con sus amigos, por eso explica: “los tipos ni siquiera intercambian miradas, ni le hablan a la vieja, ni le murmuran nada al oído, ni las tipas les chatean…Pero volteo y los veo enredados en un sofá, listos para tener una aventura, tal vez después del sexo, si se gustan lo suficiente comienzan a conocerse un poco más”.
De regreso a los soleados días bogotanos, Cristina, publicista de 23 años se considera realista en el momento de opinar sobre esta tendencia, por eso advierte: “desconfío mucho de un tipo con el que me llevo bien de inmediato, de esos que desde la primera semana muestran demasiado interés y comienzan a chatear, “te extraño”, “me muero por verte”, etc., porque a la mayoría de los hombres les comienza a interesar una vieja a partir de la segunda salida. “Tanto derroche de romanticismo es pura paja”.
¿Pasaron de moda los románticos? Tal parece que muchas personas no quieren sentirse vulnerables fácilmente, es así como Camila, abogada de 27 considera que si un hombre no es tierno, ni detallista, esto no lo convierte en una mala persona y explica: “he aprendido a no demostrarle mucho interés, ni mucho afecto a mi pareja, es la única manera para tenerlo siempre interesado. Es increíble, pero entre menos le chateo, menos lo busco, menos le demuestro mis sentimientos, más quiere estar conmigo. No ha sido fácil para mí, me he tenido que esforzar mucho porque soy melosa, sentimental, cariñosa, quiero celebrar cada San Valentín, cada aniversario y publicarlo en mi Facebook, pero con él es imposible, ni siquiera le gustan las redes sociales.”
“El corazón tiene razones, que la razón desconoce” – Pascal
Por lo general uno tiende a pensar que las emociones se oponen al pensamiento racional, pero la evidencia científica sugiere que es lo contrario: es imposible ser racional sin ser emocional, mientras que las emociones pueden desbordar la racionalidad, la racionalidad no puede existir sin emociones. Nada mejor que debatir un poco estas ideas sin abandonar la tendencia que nos ocupa: “Being emotional is not cool, being tough is the rule” saboreando un humeante cappuccino con Manuel, médico de 49 años.
Sin muchos rodeos el medico asegura: “soy defensor de los sentimientos, me siento más emocional que cerebral, pero debo reconocer que el mundo actual es más racional. Si fuéramos más emocionales habría menos envidia, menos competencia, más estabilidad emocional, más entendimiento, y te digo algo, las mujeres se volvieron materialistas, interesadas… antes no eran así.
Se suponía que los materialistas éramos nosotros, ahora las mujeres son más materialistas que los hombres, uno les dice mi amor dame un besito, ¡pero ellas van al grano y punto! La cuestión es que hay hombres como yo a quienes nos gusta dar el primer paso en las relaciones, enamorar a la mujer, invitarla a cenar, a bailar, por eso cuando me enfrento a una mujer “entrona” que quiere dominar la situación, ¡me mata el deseo inmediatamente!
Cuando Manuel termina su explicación, no puedo más que comentarle la jocosa respuesta de Martha bacterióloga de 39: “en la relación manda el hombre: manda la champaña, manda los chocolates, manda los tiquetes, manda el hotel”…Luego de soltar una sonora carcajada Martha fue partidaria de encontrar un equilibrio en su pareja, pues le gustan los hombres tiernos, pero con carácter. Además reconoce esa necesidad innata de irse de caza que embriaga a los hombres, por eso nada mejor que dejarlos en libertad para demostrar sus sentimientos, colmar con detalles a la mujer que les gusta y ser especiales con ellas, así sea algo pasado de moda.
La última de mis entrevistadas, Denis, de 51 años, abogada especializada en derecho administrativo señala que no se puede ser ni muy emocional, ni muy racional, pues en la vida todo debe darse en la justa medida, sonriendo agrega: Cuando uno se vuelve muy emocional termina invadiendo el espacio de la otra persona y lo que más cuidamos ahora, incluyendo a los jóvenes, es nuestra libertad. Nadie quiere perder su esencia, ni cambiar para complacer a la pareja”.
Denis remata diciendo que por muy independiente que sea una mujer, por mucho que desee conservar su espacio, siempre quiere ser sorprendida, así no sea tan chapada a la antigua como ella, por eso exclama: ¿a quién no le gusta que la inviten a cenar, le regalen flores o un detallito el día de San Valentín?
Fotos: chadbrowncounseling.com;desilandiapr.wordpress.com