@NataliaGnecco
“Mi día empieza muy temprano con las clases en la escuela New York Film Academy, las cuales se extienden hasta la noche, luego los fines de semana tenemos que poner en práctica todo lo que hemos aprendido.” Con el ritmo acelerado que impone la Gran Manzana, el actor Andrés Salazar se siente privilegiado de hacer parte del famoso método “learning by doing”, (aprender haciendo) que propone la NYFA a sus estudiantes, quienes escriben, producen, dirigen y editan sus propias películas, al tiempo que trabajan en las demás producciones de sus compañeros de clase, para obtener así una amplia experiencia en el set .
Andrés, a quien muchos recuerdan por su interpretación de Toño Mora, en la serie de televisión La bruja, donde actuó como hermano de la actriz colombo-canadiense Flora Martínez, siente que Nueva York es una metrópolis asombrosa donde los actores se inspiran para tomar riesgos gracias a su diversidad cultural y esa extraña sensación de estar bajo luces, cámaras y acción, en cualquier época del año. Por eso su afán de culminar sus estudios para tener acceso a las diferentes alternativas de trabajo que brinda la ciudad a inmigrantes como él, que llegan en búsqueda del sueño americano.
Anteriormente los estudiantes podían trabajar con sus visas F1 en Estados Unidos, pero ahora deben culminar los estudios para poder aplicar a un trabajo, pero esto no ha detenido al actor colombiano para hacer sus pinitos en Nueva York, gracias a John Rengifo, director del programa Más Latinos, quien le abrió las puertas para hacer un internship o práctica. Sonriendo Andrés afirma: “ha sido todo un desafío, pues nunca había trabajado como presentador, la experiencia es muy enriquecedora. El programa se transmite por TV Azteca los domingos al medio día y se puede ver también por youtube”.
Si bien su vida en NY es bastante agitada, Andrés vive al día con las noticias del espectáculo colombiano, por eso celebró con beneplácito la nominación de “El abrazo de la serpiente” a mejor película extranjera en los Premios Oscar y el homenaje especial que le hizo en Cartagena el Premio India Catalina 2016 al director Ciro Guerra, por eso no ahorra elogios para esta cinta: “Es destacable la manera como Ciro plasmó este increíble guión al cine, que ya es un referente para quienes deseamos llevar historias a la gran pantalla. Esta nominación es el resultado de mucho tiempo de investigación y de tomar riesgos a la hora de escribir y producir este formato”.
El boom de las biografías
Estar lejos de su país le ha permitido a Andrés reflexionar sobre la calidad de los productos que ofrece la televisión colombiana, si bien considera que existe una inagotable fuente de historias positivas para contar, siempre nos quedamos en el mismo título, no se puede desconocer que falta más criterio y preparación a la hora de realizar historias para cine y televisión en nuestro país. Con pesar explica: necesitamos innovar, porque se hacen «maquetas de novelas » y si funciona una, se sigue utilizando el mismo prototipo para las demás. No se toman riesgos, creen al pueblo ignorante y por eso le dan cualquier cosa, sin tener en cuenta que el televidente es exigente por eso muchos prefieren los canales por cable”.
¿Pero qué ha sucedido para que lleguemos a este punto de no retorno? Desde Bogotá, el periodista Fernando Sarmiento Ranauro, autor del libro Historia de la Televisión Colombiana complementa las reflexiones que hace Andrés desde Nueva York diciendo: “desde el 2006 en adelante el nivel de calidad de la televisión colombiana se quedó en intermedio, si bien los recursos cinematográficos que se comenzaron a emplear en la TV han demostrado un desarrollo tecnológico importante, el nivel artístico ha decaído mucho, estamos en un declive, lo cual ha incidido en el bajo nivel de los dramatizados”.
Sin perder el hilo de la conversación, Salazar acepta que el nivel ha decaído pero aclara que se debe a la falta de preparación de los artistas, lo cual empeora con la mediocridad de libretos y fallas en la producción. Por su parte Fernando no podría estar más de acuerdo con Andrés, por eso afirma: “indudablemente faltan mejores historias, mejores libretistas, es por eso que durante la reciente entrega de los Premios India Catalina se ignoraron muchas producciones, porque no llenaron las expectativas a pesar de la gran puesta en escena. Es como si el libreto no encajara”.
Con una increíble recopilación de series, novelas, concursos de la televisión colombiana, el libro de Sarmiento es todo un tesoro, lleno de fotos a blanco y negro e increíbles anécdotas de nuestro Jet Set criollo, por eso periodista comparte su opinión diciendo: “las últimas propuestas de la televisión se están basando demasiado en biografías, aunque algunas son rescatables como la novela de Celia Cruz que es excelente; la de Escobar, como testimonio de una época cruenta que vivimos y ahora La esclava blanca, que contiene gran contenido histórico.”
Ahora que Fernando menciona a Escobar, aparece el fantasma de las novelas de narcotraficantes, Andrés interviene para expresar que esta proliferación de series mafiosas influye en la imagen negativa que tienen los colombianos en el exterior y agrega: “nos hemos ganado la fama de no ser creativos, ni originales, ni profesionales, todo porque nos estancamos en las típicas historias de narcos o prepagos»
El periodista escucha atento los planteamientos del actor, pero refuta expresando: “pienso que Andrés por ser de nueva generación deja de lado la gran trayectoria que tenemos en la televisión colombiana, de hecho se pueden aún rescatar algunas novelas como La vendedora de rosas o A mano limpia. Además existe una ola nueva de actores talentosos que estamos descubriendo como en la serie de Celia, de la Hermanitas Calles, aunque aclaro que en Diomedes, las actrices Alejandra Azcarate y Kimberly Reyes dejaron ver que no tenían potencial. Es difícil encontrar actrices de la talla de María Eugenia Dávila o Teresa Gutiérrez.
Sarmiento es enfático en afirmar que seguimos en un nivel regular porque existe la combinación de varios factores: malas historias, ciclo de novelas biográficas, actores sin suficiente preparación y el manejo explícito del morbo en las producciones. Sin mucho entusiasmo añade: «Imagínese que ya están anunciando la serie Madame Rochy basada en la vida de una proxeneta que contactaba modelos y periodistas famosas para los jefes del cartel de Cali, me imagino será cargada de muchas escenas de sexo disimulado. En los últimos tiempos tanta vulgaridad ha afectado los productos de calidad, recordemos novelas como Café, Las aguas mansas o La viuda de blanco que fueron productos muy bien elaborados.
El periodista finaliza su intervención comentando que es difícil encontrar en la programación de los canales nacionales una producción que llene sus expectativas a excepción de La esclava blanca y la nueva versión de Azúcar, porque producciones como Sinú han sido todo un fracaso y eso es lo que nos rodea. Mientras tanto desde la NYFA, Andrés se inspira en el talento de su actor preferido Robert De Niro para dar lo mejor de sí en cada una de sus talleres, recomendándole a todos sus colegas la importancia de la formación actoral, pues uno de sus grandes anhelos es regresar al país para ser partícipe del cambio que requiere la televisión colombiana, en donde la educación prime en el contenido que se presente a los espectadores. Con optimismo remata: “si se logra salir de la zona de confort en la creación de historias, vamos a alcanzar niveles de calidad inimaginables.”
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