@NataliaGnecco


Aprender árabe, japonés, hebreo, tagalo, ruso, o coreano al parecer ya se puede hacer en solo dos semanas. Así lo afirman fórmulas de aprendizaje automático como Lauridsen y otros aplicativos de idiomas gratis como Duolingo, ABA English, Babbel, Busuu, Rosetta Stone y Lingualia, los cuales promocionan aprender inglés, francés, alemán, italiano, portugués o catalán con lecciones cortas y eficaces por niveles, sin mayor esfuerzo, sin necesidad de horarios de clase fijos. Pero ¿qué tan buenos resultados se obtienen? Luis Guio, Ingrid Barahona y Daniel Aguiar nos hablan un poco sobre esta revolución lingüística.

Luis Guio, traductor oficial inglés-español con resolución 1294 de 1991 de Minjusticia; 2000 horas en cabina, más de 7 millones de palabras traducidas y 17 libros traducidos, afirma que a pesar de que los jóvenes tienen mucho estimulo hoy para aprender idiomas, se limitan a tres criterios de aprendizaje: estar enterados, ser medianamente competentes y saber dónde se pueden convertir en expertos, por si más tarde les interesa el tema.

Antes de hablar sobre las aplicaciones de idiomas, Guio explica cómo funcionan estos tres criterios en la vida real: “la toma de decisión hoy dura 3 minutos, es como si te ofrecieran Sushi y en ese corto tiempo decides que no te gusta. Es algo rápido, somero. Quienes desean ser medianamente competentes te dicen tengo 2 horas para dedicarle al tema, (eso ya es una eternidad), entonces imagínate alguien que quiere aprender a conducir un carro, pero solo avanzar, retroceder y medio parquear, sin conocer siquiera las normas de tránsito. Aquellos que quieren saber cómo volverse expertos, solo les interesa conocer en dónde y cómo lograrlo, por ejemplo, ser piloto de Fórmula 1 … Pero esto no implica que se vayan a embarcar en ese reto”.

Mientras estos tres criterios se imponen, Luis asegura que el resto de la gente sigue pensando que es necesario adquirir pericia, la cual llega con el tiempo. «Digamos después de 10 años uno se vuelve experto y esto es aceptable, pues se requiere de una práctica. En el terreno de los idiomas, éstos se graban en la mente en el mismo sitio que hemos almacenado la información de cómo manejar una bicicleta: pedalear, mantener el equilibrio, etc. Eso se almacena en la mente, en la memoria antigua, y lo hacemos de manera automática».

Los idiomas primero se quedan en la memoria reciente y solo repitiendo se alojan en la memoria antigua, por eso Guio explica: “con un APP se pueden estudiar idiomas, pero se deben practicar todos los días 10 minutos, 15 minutos, hasta una hora, este mecanismo es clave, si se repite constantemente, se aprende y funciona. Lamentablemente, con el criterio de la inmediatez, los jóvenes no están dispuestos a invertir su tiempo en adquirir este conocimiento”.

Como el fuerte de Luis es la traducción, no duda en confesar: “puedo decir, sin temor a equivocarme, que Google era mejor hace 10 años, pues han terminado alineando las traducciones con otras páginas y los resultados no son los esperados. Ahora bien, volverse traductor requiere estudiar, certificarse y trabajar, algo que no se logra con una APP, ni con los criterios de aprendizaje que mencioné anteriormente, a menos que se posea una mente excepcional y eso no lo da una aplicación.

Para despedirse, el experto traductor me dice esperanzado: “yo recomiendo EDX.ORG que es un excelente sitio de internet para aprender no solamente idiomas sino muchos oficios profesionales. Estos cursos son gratis y solo cobran la certificación. Se estudia lo que la persona necesita, en lugar de pagar semestres a precios elevados. Esto si es una verdadera revolución educativa, y podría ser una opción para la educación pública en Colombia.

 

Las aplicaciones no son para todo el mundo

De acuerdo con Luis Guio, después del inglés los idiomas preferidos por los colombianos son: francés, portugués, alemán e italiano. Y nadie mejor que Ingrid Barahona, profesora privada de italiano desde 2009 para niños y adultos para hablarnos de su experiencia. Ingrid prepara para los exámenes de certificación de todos los niveles conforme al Marco Común europeo de referencia para las lenguas (CILS, CELI, PLIDA), da clases a domicilio y por Internet. Además tiene un club de conversación en italiano y organiza encuentros italo-colombianos para practicar idiomas y hacer networking.

Sin muchos rodeos, la profesora de italiano asegura que hay personas a quienes les funcionan las aplicaciones y a otras no, pues quedan con la sensación de estar limitados, por no tener con quién interactuar la parte oral. Esto sin mencionar las dudas que les surgen y la dificultad para entender las reglas gramaticales, así encuentren información en la red.

Al hablar sobre el esfuerzo que implica aprender italiano Ingrid advierte: “tengo dos adultos que han estudiado solitos la lengua italiana por Internet y a pesar de defenderse bien en la parte oral, cuando vas a ver la ortografía cometen muchos errores, además traducen literal del español al italiano y no lo hacen bien. Saben mucho vocabulario, pero curiosamente no es suficiente y algunas veces esto resulta frustrante.

«Yo doy clases online, estoy cara a cara con mis estudiantes, me pueden preguntar lo que necesiten, algunos dicen que no les gusta estudiar virtualmente  porque creen que es hablar con un aplicativo, pero en realidad es diferente porque no cambio el contenido de mis clases, ni la manera cómo les enseño y esto les agrada. Hay gente que reclama tener  al profesor enfrente, mientras que otros se adecuan muy bien al Internet. He tenido estudiantes autodidactas, pero llegan a un punto en donde requieren un apoyo más personal; otros son cero amantes de la tecnología, no les gusta estudiar solos, requieren de un continuo y permanente acompañamiento”.

Pero ¿cómo se siente ante esta revolución lingüística? La profe Ingrid, como le dicen sus alumnos asevera: “la cantidad de aplicativos despierta muchas expectativas en los estudiantes que desean aprender con un profesor y descalifican la intervención de una persona, que pueda explicar, enseñar, orientar, dar una estructura, un paso a paso, que vuelve las cosas fáciles o simples. A veces utilizando aplicativos se demoran más buscando porque en Internet obtienen mucha información que no saben cómo procesar”.

Definitivamente, dice Barahona, las aplicaciones no son para todo el mundo, hay quienes ya tienen una estructura en otra lengua y por tanto se les puede facilitar. Mientras que otros necesitan pulir su aprendizaje con alguien que les guíe, corrija, o necesitan con quien hablar o practicar. Pero si utilizan un APP y no hay explicaciones suficientes, si quedan dudas, persistirán los errores.

La tecnología es buen aliado


Daniel Aguiar, docente de lenguas y literaturas europeas, con maestría en portugués lengua segunda/lengua extranjera, quien se desempeña como profesor de los niveles 1,2 y 3 de portugués en la Universidad Javeriana, tiene una posición flexible frente a las APP y con aplomo responde: “no considero desventajoso aprender idiomas a través de aplicativos. Lo importante es intentar combinar tantos métodos como sea posible y si la tecnología nos ayuda, ¿por qué no? Debemos encontrar la mejor forma de aprender, establecer objetivos de aprendizaje alcanzables y valernos de diferentes recursos didácticos”.

De acuerdo con el profesor Aguiar el cerebro aprende mejor cuando usa tantos sentidos como sea posible y lo que más le llama la atención de los aplicativos es que cada persona pueda acceder a la tecnología cuando más lo necesite, ya sea en un café, en algún transporte público o en la calle.

Por otra parte, Daniel coincide con Ingrid al afirmar que hay factores que influyen muchísimo en el aprendizaje como cuántos idiomas se han aprendido; y con Luis al reconocer la importancia del tiempo que se invierte en aprender cada lengua. Sin embargo complementa:  “es importante tener en cuenta cuál es el nivel de motivación, las razones por las que se está aprendiendo un idioma… Pienso que la tecnología puede ser un buen aliado y ayudar bastante”.

Para finalizar, la pregunta del millón ¿se requieren todavía los tutores para aprender bien una lengua? Con franqueza el profesor de origen portugués declara: “los maestros siguen y seguirán siendo indispensables para adquirir un buen nivel de idiomas porque, aunque la tecnología sea una herramienta atractiva – y necesaria – considero que es extremamente útil contar con un acompañamiento/apoyo de alguien que le aclare al aprendiz aspectos gramaticales, del vocabulario y de su uso en el cotidiano. Definitivamente hay aspectos que jamás los vamos a encontrar en los aplicativos. Además, es importante crear confianza en la persona, motivarla, que sienta ese feedback personal… y real.

 

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