Recuerdo que Chantal, una madre soltera ítalo-canadiense de 45 años a quien entrevisté en Montreal para un especial del Día de las Madres de la revista Abanico, me dijo tajantemente: “tuve muchas decepciones amorosas en mi vida, por eso decidí adoptar a mi hija Lea y no tener nada más que ver con los hombres”. Pensé que sería una decisión pasajera, sin embargo, luego de 10 años, Chantal mantiene firme su decisión. Lo curioso es que cada vez se suman más personas con la misma conclusión: se les rindió el corazón.
Adriana, tecnóloga de 52 años, lo grita a los cuatro vientos: «¡No le creo a los hombres! No creo en su fidelidad, lo he comprobado a nivel personal y como espectadora de otras relaciones. No hay respeto por la pareja, por eso prefiero estar sola. Tuve unas segundas oportunidades que tampoco funcionaron, entonces me niego a intentarlo de nuevo y menos a estas alturas de mi vida”.
La voz masculina no se aparta de esta tendencia. Manuel, un profesor universitario contemporáneo de Adriana, con dos divorcios a cuestas y responsable de la crianza de sus dos hijos se une al parche diciendo: “he restringido mi vida sentimental, pero comparto el tiempo con buenos amigos. Viajo mucho y el fútbol es mi pasión. Así la gente diga que soy un viejo aburrido, gozo de una paz y tranquilidad única, lejos de cualquier enredo con mujeres similares a las que he tropezado.”
Escuchar estos tres testimonios nos da la idea de que esta decisión la toman solamente los maduritos de 40 para arriba, pero los tiempos han cambiado tanto que la decepción de las malas relaciones no es la única razón para mantenerse apartado de una relación estable. En una reciente publicación del periódico Daily Mirror se mencionó una encuesta realizada a varios sexólogos quienes en un 85% llegaron a la conclusión de que el “Self Love” es una de las tendencias más populares en estos momentos, al menos para las mujeres.
Pero ¿cómo se define eso de amor propio? Significa que las mujeres adopten y tomen el control de su sexualidad. Daily Mirror cita a Nadia Bokody, una arriesgada influenciadora en temas sexuales, quien explica por qué decidió tomar descansos de masturbación en el trabajo, en lugar de ir por un café. Mientras sus colegas están ocupados con sus antojos como fumar sus cigarrillos de vapores de canela, o haciendo viajes a Starbucks para esperar en la cola durante 10 minutos por un espumoso café latte, ella va al baño con su vibrador, se pone sus auriculares y navega en silencio por RedTube hasta que se le alivia el estrés.
Del “Self-love” al Speed Dating
Pero en medio de quienes apoyan la tendencia del Self Love, también están quienes luchan por sacudirse de las flechas venenosas de cupido. Prueba de ello es Juan Pablo, un abogado de 38 años, quien sin dudarlo dice: “le daría muchas oportunidades al amor. Somos seres humanos llenos de sentimientos, e independientemente de las situaciones negativas que hayamos afrontado en la vida, somos susceptibles de volvernos a enamorar, de tener una nueva esperanza. En la vida no se puede vivir sin amor. Hay que aprender de las experiencias negativas, madurar y crecer para así poder tener cada vez una relación mejor que la anterior”.
Para Nathaly, administradora de 28 años, la posición de Juan Pablo es válida. Aunque luego de terminar con su novio de 5 años está apática a la idea de ennoviarse de nuevo, se muere de curiosidad por el cuento de las citas cortas o Speed Dating. Entusiasmada explica: “al principio tenía mis dudas, pero he visto grandes progresos en la segmentación de sus convocatorias, citan a las personas por edades, profesiones o posgrados, etc. Además, es más seguro que el famoso Tinder, o esa opción de Dating de Facebook”.
El Speed Dating permite conocer y chatear hasta con 20 diferentes “buenos partidos” en aproximadamente 5 minutos, durante una noche. En Canadá y Estados Unidos lleva muchos años funcionando y vas a la fija, sin parecer un bicho raro porque todos están coqueteando como tú y esperan que también les eches los perros. Ahorra tiempo, es económico, conoces gente de carne y hueso. Además te da más confianza, sales de tu zona de confort, y si no ‘cuaja’ nada, al menos tienes una historia chistosa para contarle a tus amigos. ¿Quién se anima?
La experiencia tántrica
Darse oportunidades no aplica solamente para los solteros, hay muchas parejas que dejaron que la llama del amor se apagara. Víctor, profesor de yoga de 51 años, recomienda por experiencia propia, tomar los cursos para pareja que dicta Zarahy Román Domínguez, para todos aquellos que se sienten desanimados, con apatía hacia su pareja por largos años de convivencia.
Zahary está certificada como terapeúta tántrica y de sexualidad somática en el centro de Estudios de Sexualidad Humana con Paula Andreazza de Brasil, quien estuvo en Colombia en el 2018 hablando sobre el tantra y las 112 técnicas de meditación que incluyen la sexualidad. En una entrevista con EL TIEMPO explicó que esta metodología usa todas las situaciones de la vida cotidiana como vehículo para transcender y tener un mejor estado de conciencia, desde el manejo de la respiración hasta el contacto con los demás, incluyendo la intimidad.
“Coaching en pareja” es el curso que ofrece Zahary, quien afirma que el motor de toda relación no es solo la sexualidad, sino la conexión entre comunicación, intimidad y sexualidad. Las parejas aprenden diferentes ejercicios experienciales que se viven en la misma sesión y que están diseñados para llevarlos a casa y poder seguir practicando. Es ideal para que la pareja salga de lo rutinario y lleguen a crear una conexión más emocional entre los dos y unos encuentros más espontáneos y sexualmente satisfactorios.