Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, por eso ir a la playa, encontrarse con amigos en un bar, o un restaurante, salir a trotar a un parque o tomarse un cafecito con una amiga en una terraza para desatrasar el cuaderno, era hasta hace poco significado de libertad. Sin embargo, con la llegada del covid-19 la sensación de sentirnos controlados y cumplir con normas va en aumento, ahora solo hablamos de casos confirmados en Colombia, toques de queda, uso obligatorio de tapabocas en sitios públicos, distanciamiento social, cuarentena por localidades y aislamiento total para quienes padezcan de hipertensión, obesidad o diabetes.

Al ser Colombia el segundo país en el mundo con mayor tasa de mortalidad debido al coronavirus, los controles sobre el confinamiento no se han hecho esperar, la economía se sigue deteriorando y los casos siguen disparados, todo en medio de medidas de urgencia para proteger a la ciudadanía y frenar la pandemia.

La emergencia sanitaria decretada por el presidente Iván Duque,  extendió el aislamiento preventivo hasta el próximo 31 de agosto para soportar el pico de la pandemia y es posible que a los 170 Decretos con fuerza de ley que ha expedido el primer mandatario se sumen otros más.

El coronavirus nos tiene a todos controlados, así como cuando éramos niños y nos daban a la fuerza el odioso aceite de hígado de Bacalao y nos decían “sabe feo, pero es por tu bien”. Las medidas son necesarias para controlar la pandemia y salvar a los ciudadanos, así también lo han hecho muchos países como Argentina, que se sumó a Colombia al declarar la emergencia sanitaria. Por su parte, el Salvador, Panamá, Bolivia y Venezuela decretaron el estado de emergencia para contrarrestar la expansión, siguiendo el ejemplo de España, Portugal, Estonia, Hungría, Japón y Bulgaria.

Ahora con las noticias del rebrote en España y del regreso de nuevos confinamientos estrictos surgen más interrogantes sobre las libertades de los ciudadanos en estos tiempos de covid 19. La cadena de noticias ‘France 24 deja en la mira a varios países más por tener normativas totalitarias como Bulgaria, Japón, Hungría y Chile, donde el gobierno decretó el estado de excepción de catástrofe en todo el territorio nacional, una norma que le permite al Estado limitar las libertades de reunión en espacios públicos, así como decretar cuarentenas y toques de queda. Las medidas llegan después de meses de masivas protestas contra el presidente Sebastián Piñera.

Por su parte, el periodista Javier Villamor Cantera, especializado en temas internacionales, prende las alarmas sobre el control absoluto de la población y la implementación de un sistema totalitario, con miras a nivel global. Para Villamor los gobiernos usan como excusa el covid-19 para limitar o violar las libertades. Mientras el mundo ha estado confinado en sus hogares por meses, un estado de alarma que viola todo tipo de libertades ha impuesto leyes totalitaristas como el control de la libertad de expresión, una subversión política, un golpe de estado blando y poco a poco están haciendo el Estado a su imagen y semejanza.

Para el periodista español, cuando el Estado es absorbido por un partido hay menos libertades y más absolutismo político; menos libertad de expresión, y más control de la población lo que nos lleva a un paradigma de una sociedad china mundializada, donde todos los ciudadanos estamos siendo controlados, quieren saber dónde estamos, qué hacemos, y quieren eliminar el dinero físico. Es una película de terror, pero basada en un hecho muy real.


Asimismo, Villamor considera que este confinamiento ha sido más radical de lo que tendría que haber sido, porque se está dando la destrucción absoluta de la economía de su país. La situación de España, con un desempleo que asciende a 8 millones y medio, afecta la soberanía del país, lo que conlleva a que toda la población dependa de los poderes fácticos globales.

Se requiere de un Estado fuerte

Mientras Javier Villamor Cantera sustenta en sus redes sociales con hechos, datos, videos, e investigaciones periodísticas la manipulación que sufre la sociedad a nivel mundial a causa del coronavirus, desde Córdoba, Argentina, Damián Jacubovichgeopolitólogo, especialista en geoestrategia y defensa, enfoca más el debate hacia la controversia entre si la seguridad debe prevalecer sobre las libertades individuales.



Damián, cada país adopta sus propias medidas, pero ¿qué diferencia hay entre Estado de Emergencia y Estado de Excepción y de Conmoción Interior?

Primero quiero señalar que los requisitos para su implementación pueden variar según los países, y que de manera general, podemos decir que estos tres tipos de dispositivos suponen un grado cada vez mayor de restricción en las libertades individuales de los ciudadanos.

Vamos a hablar de manera muy general de los tres. Inicialmente podemos mencionar las disposiciones que los tres estados poseen en común. Los tres pueden instaurarse o declararse cuando circunstancias extraordinarias de diferente índole hiciesen imposible el mantenimiento de la normalidad mediante los poderes ordinarios de las autoridades competentes.

También en el marco teórico, digo bien teórico, tanto las medidas como su duración deberían ser lo justo e indispensable para poder asegurar la vuelta a la normalidad perdida y deben de establecerse de manera proporcional a los acontecimientos. Su declaración, en principio, no debería interrumpir el normal funcionamiento de los poderes constitucionales del Estado. Las diferencias principales es que en el Estado de Emergencia a diferencia de los Estados de Excepción y de Conmoción Interior no se necesita la aprobación del Congreso, en cambio para estos dos últimos sí. Pero repito que puede variar según los países.

El Estado de Emergencia o de alarma se puede declarar en todo, o bien en una parte del territorio nacional, cuando, como dijimos, se producen distintos tipos de alteraciones graves de la normalidad. Por ejemplo catástrofes como calamidades o desgracias públicas como terremotos, inundaciones, incendios, accidentes de gran magnitud, crisis sanitarias: epidemias y situaciones de contaminación graves. También paralización de servicios públicos esenciales para la comunidad, situaciones de desabastecimiento de productos de primera necesidad, saqueos.

La duración máxima varía según los países y su prórroga tiene distintos tipos de mecanismos aprobatorios dependiendo de cada uno. El Estado de excepción y el Estado de sitio suponen como dijimos un peldaño más arriba que el anterior en lo que respecta la restricción de las libertades individuales.

En ambos casos se tienen que mencionar los derechos cuya suspensión se solicita. Se pueden adoptar estas medidas cuando se dé una situación grave o de amenaza en el país que conlleve a una insurrección, o acto de fuerza contra la soberanía o independencia del país y que sea imposible resolverse por otros medios.

¿Cómo se gobierna con Estados de Excepción?

Un Estado de Excepción es un dispositivo estipulado en la constitución de un país, el cual puede ser utilizado por el jefe de Estado (en caso de ser un régimen presidencialista), frente a una situación específica en la cual se considera que perturba seriamente el orden interno de esa Nación. Es importante señalar que cuando se establece un estado de excepción en un territorio determinado, automáticamente los derechos fundamentales de los ciudadanos residentes de dicho territorio quedan suspendidos de manera parcial o total.

Estas medidas imponen limitaciones muy importantes a los individuos. Por ejemplo, en muchos países de Europa, debido al covid-19, se tomaron medidas de restricción de libertades individuales inéditas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

¿Por qué muchos gobernantes han adoptado Estados de Emergencia para controlar la pandemia del covid-19?

Porque, según la mayoría de los expertos en la materia, una de las principales herramientas para combatir una pandemia es el confinamiento o aislamiento de toda la población o de una porción determinada de ésta. Y esta medida, de alguna manera, entra en contradicción con uno de los derechos fundamentales y constitucionales del ciudadano que es la libre circulación dentro el territorio. Para poder implementar dicha prohibición de libre circulación es necesario un marco legal que permita la implementación de dichas medidas. Esta herramienta legal es el Estado de Emergencia o de Excepción.

¿Por qué existe la percepción de que en medio de Estados de Excepción se abusa del poder?

Lamentablemente es muy común en el mundo entero que algunos gobernantes aprovechen dichas situaciones especiales para hacer pasar en fuerza ciertas medidas. Pero creo que esto que mencionas va de la mano con la imagen o percepción ultra negativa que tiene el ciudadano del mundo de los políticos en general, y yo iría un poco más lejos la percepción que tiene el ser humano del prójimo en general.

¿Qué opinas sobre Bukele, presidente de El Salvador, quien ha sido criticado por dejar el Estado de Excepción indefinidamente, pero que otros lo aplauden porque su “mano dura” está funcionando?

Primero es difícil opinar de un país en el cuál uno no vive, y aun así definir cuál es su contexto, porque según los multimedia que uno mire la realidad puede cambiar cien por ciento. El Salvador no es mi especialidad, pero en el caso particular del presidente Bukele he observado algunas acciones que me han parecido interesantes (al menos como propuesta comunicacional) para el desarrollo de este país tan castigado y por otro lado, algunas derivas “autoritarias” que pueden levantar como una alerta. Acá entra en juego un nuevo paradigma que es el de libertad vs seguridad; el covid-19 es una clara muestra, acerca de qué debe priorizar el ser humano, porque la seguridad implica control y es contradictorio con la esencia misma de la libertad individual.

Por eso la pregunta geopolítica que nos podemos hacer es ¿seguimos hablando de izquierda o derecha; socialismo vs capitalismo? o pasamos a los nuevos paradigmas geopolíticos del siglo XXI como consumismo vs madre tierra; soberanistas vs globalistas; seguridad vs libertad; espiritualidad vs religión. Los taoístas hablan del Camino del Medio, no parece un mal consejo.

En el siglo XX hemos asistido a un paradigma, a una grilla de análisis que dividía el mundo entre izquierda o derecha; liberalismo vs socialismo, y nos obligaba a elegir entre uno y el otro. Hoy el siglo XXI nos presenta nuevos paradigmas, nuevas contradicciones que el ser humano para su supervivencia necesitará encontrar los puntos de equilibrio.

En Argentina el presidente Fernández lanzó la frase: “porque si no entra con la razón, va a entrar con la fuerza”, para controlar el distanciamiento social. ¿Cómo lo perciben los argentinos?

Bueno, habría que ver a cuál sector de la sociedad argentina le preguntas. Argentina como la mayoría de los países de la región se ve envuelta en una guerra fratricida. Las polaridades políticas están muy exacerbadas, como lo es en Venezuela, Bolivia, Colombia, Brasil, etc. De hecho, en las reuniones familiares ya no se puede hablar de política porque la historia termina mal.

Por eso, la respuesta podría ser completamente diferente dependiendo del medio de comunicación que uno siga, o bien de la orientación política del encuestado. La propuesta política comunicacional en Argentina es la misma de Estados Unidos, Bolivia, etc., es decir que el ciudadano pueda elegir a qué franja de la población puede odiar, la mayoría de las consignas es juntarse para dirigir el odio hacia el de la vereda de enfrente, y la responsabilidad de los grandes medios de comunicación es total. Esperemos que en algún momento la actuación de los medios pueda ser sometida a evaluación por la sociedad.

Lo que sí ha demostrado la pandemia, según mi visión, es la necesidad de un Estado fuerte, con un sistema de salud a la altura de circunstancias como la que estamos viviendo; capaz de respaldar a sus ciudadanos y de organizarlos por su propio bien. Pero como siempre decimos: la historia ha demostrado que los extremos suelen ser nefastos.

¿Estás de acuerdo con algunos defensores de los derechos humanos que afirman que la democracia está en riesgo por la pandemia?

Pienso que la democracia está en riesgo desde hace años, tal vez la pandemia haya acelerado la crisis de un modelo que no estaba funcionando. Yo creo que la ONU, su gran bandera es hoy el mayor ejemplo. Este año se cumplen 75 años de la creación de la ONU, un gran sueño que terminó siendo una de las mayores farsas de la historia reciente. Hoy, la falta de credibilidad de esta organización es casi total. La pandemia terminó de demostrar la inutilidad de este aparato que está condenado a reinventarse o morir en el olvido. Siempre me ha llamado la atención que esta organización enarbole la bandera de la democracia global cuando el armado de la ONU está hecho de tal manera que 5 países (el G5 del Consejo de Seguridad), EE. UU., China, Rusia, Francia y el Reino Unido deciden la guerra y la paz en el mundo.

Por último, ¿crees que podría existir una amenaza de dictadura derivada de un Estado de Emergencia en Latinoamérica?

Yo creo que de existir un riesgo es global, el paradigma de seguridad ciudadana vs libertad individual es un desafío planetario transversal a todos los continentes y que va más allá de la situación económica de cada país. El mundo después de esto no volverá a ser el mismo. Antes del coronavirus ya estábamos viendo el agotamiento de las ofertas tradicionales de los partidos políticos a nivel mundial. El ciudadano ya empieza a buscar algo cercano a un anti-sistema, porque sabe que el actual no está funcionando correctamente: Macron, López Obrador, Trump, Bolsonaro, Bukele son solo algunos ejemplos. Finalmente, no podemos volver a la normalidad; porque esa normalidad era el problema.

 

Fotos: ASUIMAGENSTOCK